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Red Internacional
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INVESTIDURA CATALUNYA. Pablo Castilla, de Contracorrent: “La juventud que está siendo reprimida no entendería un apoyo de la CUP a ERC y JxCat”

Pablo Castilla, joven de 21 años militante de la organización juvenil Contracorrent, cuestiona las negociaciones de la CUP para dar apoyo a la investidura de quienes son responsables de la represión policial de las manifestaciones de estos días.

Jueves 25 de febrero de 2021

“La juventud que está siendo reprimida no entendería un apoyo de la CUP a ERC y JxCat”p - YouTube

El próximo sábado el Consell Polític de la CUP debatirá la posición de la organización ante la próxima investidura del govern de la Generalitat. Unas negociaciones que se producen al mismo tiempo que miles de jóvenes han tomado las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas a raíz del encarcelamiento del rapero Pablo Hasel.

En los 8 días de protestas, que seguirán este sábado en una previsiblemente masiva manifestación contra la represión, la monarquía, los desahucios y por la derogación de la reforma laboral, los Mossos d’Esquadra del govern de ERC y JxCat han sido los responsables de brutales cargas policiales y más de 150 detenciones, una de las cuales ha terminado con un joven en prisión preventiva sin fianza.

En una estrevista en el programa de TV3, Planta Baixa, un joven parte de esta generación, de los que se vienen movilizando a diario desde hace más de una semana, lo dijo claramente “muchos jóvenes, pienso que pueden mirar a la CUP como una referencia para buscar una alternativa política y ahora mismo están debatiendo en el Parlament la investidura. Yo no creo que toda esta juventud que está saliendo a la calle y está siendo reprimida por la policía, entendiera que la CUP diera apoyo a ERC o JxCat al Parlament”.

Pablo estudia en la UPF y es hijo de una familia trabajadora del Prat, un perfil compartido con muchos de los jóvenes de la generación Z que hoy salen a las calles. Milita en la agrupación juvenil Contracorrent y la CRT, y desde ahí, están tratando de impulsar un movimeinto con otras organizaciones estudiantiles para convertir toda esta rabia en organización, mediante asambleas en institutos y facultades.

Pero la desconfianza con los partidos del establisment catalán o aquellos, como Podemos, que hoy son parte del gobierno central con el PSOE, es algo que empieza a crecer entre los más jóvenes. La altísima abstención de las elecciones catalanas, de casi un 50%, es una buena muestra de ello.

El papel de los partidos procesistas ante la protesta social no es nuevo. Lo vimos también cuando, junto a la Policía Nacional y el ministro del Interior Grande Marlaska, se pusieron al frente de la represión contra las manifestaciones de la llamada generación 14-O, que salió a protestar contra la sentencia del juicio del procés.

Entrevista completa: Pablo Castilla en Planta Baixa TV3 "convirtamos la rabia de la juventud en organización para construir un gran movimiento antimonárquico"

Son los mismos que vienen gestionando la pandemia, junto al gobierno “progresista”, sin tocar ni un pelo a los lobbies de la sanidad privada ni a las grandes fortunas, sin reforzar como se merece la sanidad pública después de décadas de sus recortes, y dejando que la crisis económica sea descargada sobre la juventud y la clase trabajadora.

Además el papel del gobierno de Sánchez e Iglesias respecto a la monarquía ha sido el de blindar su impunidad, poner alfombra roja al retiro dorado del emérito y, en el caso de Barcelona con la alcaldía de Colau, la defensa de la institución siempre que se ha visto en apuros.

La CUP negocia su apoyo a la investidura de quienes hoy reprimen las manifestaciones

Por eso, que la CUP, que consguió 9 diputados y diputadas el pasado 14F, esté desplegando una hoja de ruta basada en la búsqueda del acuerdo con los partidos independentistas la aleja cada vez más de esta generación que podría generar el próximo “no nos representan”.

Dolors Sabater ya dejo claro en campaña, como también Carles Riera, que estaban dispuestos a ingresar en el próximo govern. El último Consell Polític de la CUP votó en contra de esta opcción, pero parece que la insistencia del sector a favor de esta posiblidad, encabezado por Poble Lliure, ha hecho que el debate se reabra.

La opcción intermedia que se baraja, para poder acordar un voto que permita la investidura de un nuevo ejecutivo de ERC con JxCat, es que se les ceda la presidencia del Parlament. Un auténtico pasteleo de cargos a cambio de respaldar al enésimo gobierno procesista, o post-procesista, que seguirá manteniendo lo esencial de sus políticas antisociales y represivas.

Otros grupos como Anticapitalistas, has entrado desde afuera en el debate. Laia Facet escribía esta semana en Público posicionándose en contra de una entrada en un gobierno de ERC y JxCat -no tanto si la coalición era con ERC y Comunes, algo por otra parte imposible con los actuales resultados – pero mostrándose partidaria de que la CUP haga valer su llave en la gobernabilidad para alcanzar algún tipo de acuerdo de legislatura con estos mismos partidos.

La incipiente emergencia de una nueva juventud indignada puede estar preanunciando una nueva crisis de representación. Si esta se da con una izquierda que sigue actuando de furgón de cola de los partidos capitalistas -sea el PSOE en el resto del Estado, o ERC y JxCat aquí- , bien cogobernando o siendo sus socios parlamentarios, la extrema derecha lo tendrá más fácil para intentar capitalizarla, como ya empieza a hacer inicialmente y lo vimos en los resultados de Vox en municipios y barrios obreros y entre la juventud.

La llamada de atención de Pablo, hablando como lo que es, uno de esos jóvenes que empezaron a participar en política o movilizarse cuando el desprestigio del Podemos nacido del 15M o el procesismo en retirada tras su claudicación en 2017, muestra como la necesidad de otra izquierda es cada vez más urgente. Una izquierda que se plante, que sea totalmente independiente de los partidos del establisment, pelee por medidas que hagan pagar la crisis a los capitalistas y, junto a la clase trabajadora, tumben a este régimen y su monarquía.