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Red Internacional
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México

MÉXICO. La juventud, sinónimo de precarización

En México, un país en el que un tercio de población oscila entre los 10 y los 24 años de edad, por lo menos 12,2 millones de jóvenes viven en la precarización laboral con salarios de miseria y sin seguridad social.

Miércoles 4 de marzo de 2015

La juventud mexicana arrastra una tasa de desempleo de 9,5%. A esto se le suma que un enorme sector de jóvenes, alrededor de 8,2 millones, viven en entre la pobreza moderada y la extrema. El 69% de la juventud no tiene acceso a los servicios de salud y seguridad social.

Este panorama se agudiza frente a otras condiciones que enfrente la juventud. Fenómenos como la violencia que desata la supuesta guerra contra el narco recrudecen las condiciones de vida: por lo menos el 27% de los homicidios a nivel nacional son de jóvenes de zonas populares. El fenómeno de migración se agudizó en la última década, dando una cifra de por lo menos ocho millones de mexicanos migrantes según la ONU.

Frente a este panorama los puestos de trabajo disponibles para la juventud escasean, lo que lleva a grandes franjas al trabajo informal y en el mejor de los casos a trabajar en callcenters, tiendas de servicios y zonas industriales donde se enfrentan a la subcontratación y a condiciones de precariedad total.

Para la juventud, las conquistas históricas del movimiento obrero como la jornada laboral de ocho horas son cosa del pasado. Frente a los salarios de miseria, la opción en muchas fábricas es cumplir una doble jornada laboral y en el mejor de los casos horas extras.

No hay precarización laboral sin burocracia sindical

Las zonas industriales son duramente castigadas, con condiciones laborales ultra precarias- a tal grado que siguen registrándose muertes en muchas fábricas del país- con jornadas laborales extenuantes y salarios de miseria. Mientras, Joaquín Gamboa Pascoe, líder de la Confederación de Trabajadores de México -una de las centrales más viejas del país, creada en 1936- que agrupa enormes franjas de zonas industriales y aglutina a cinco millones de trabajadores, devela su propia estatua en las instalaciones de la CTM. En su discurso, sostuvo que los trabajadores que pertenecen a esta central no han salido a invadir y ensuciar las calles como otros gremios, y remata diciendo: “hemos comprendido cuando los empresarios han estado en situaciones difíciles porque no somos enemigos”, refrendando el perfil que ha jugado históricamente la CTM: la enorme subordinación, complicidad y apoyo a los planes propatronales que se aprueban de tajo por los partidos del régimen.

Esta burocracia gangsteril que domina plenamente importantes sectores industriales a nivel nacional, no está dispuesta a permitir la mínima organización de los trabajadores, dentro de los que se encuentran enormes franjas de jóvenes precarizados.

El ejemplo más reciente de esto es el proceso organizativo en la planta de Honda en el Salto, Jalisco, una de las plantas más importantes a nivel internacional para la trasnacional Honda. Ahí la burocracia de la CTM permite condiciones brutales de explotación, a tal grado que se registraron accidentes mortales dentro de la fábrica.

Frente a esto, jóvenes trabajadores de base comenzaron a organizarse y pusieron en pie un sindicato democrático, el Sindicato de Trabajadores Unidos de Honda México. El costo fue casi la totalidad de sus dirigentes sindicales despedidos, la persecución y agresión tanto de la burocracia y la patronal como del propio gobierno del estado, a tal grado de sufrir secuestro express y tortura por parte de policías estatales, por el simple hecho de volantear a puerta de fábrica.

Los ataques a los trabajadores no terminan

Recientemente se ha propuesto en el Congreso una iniciativa para reformar el apartado B del artículo 123 constitucional, con la cual se busca que los trabajadores de empresas estatales, paraestatales y descentralizadas pierdan su derecho a la libre sindicalización y a la huelga.

La Unión Nacional de Trabajadores y la Nueva Central de Trabajadores, junto a otros sindicatos, han alzado la voz en contra de esta intentona de arremeter contra las conquistas sindicales.

En la lucha por la aparición con vida de los cuarenta y tres normalistas desaparecidos, enormes franjas de jóvenes trabajadores y estudiantes salieron por el reclamo de aparición con vida de los normalistas y a cuestionar profundamentea este régimen.

Sin embargo los trabajadores cargan con las direcciones sindicales como la de la CTM, que junto a todo su aparato burocrático no han dejado que el descontento que se siente a nivel nacional se exprese entre los trabajadores industriales. Por otro lado la dirección sindical de la UNT tuvo un acierto al llamar a parar el 20 de noviembre de 2014 en la jornada nacional e internacional por los 43 normalistas desaparecidos, lo que fue producto de la enorme presión y descontento que expresaban las bases.

La juventud tiene un rol importante ya que no solo se encuentra en las universidades sino en sectores claves de la economía capitalista. Es necesario tomar sus demandas y luchar en sus centros de trabajo, por mejores condiciones laborales, por un aumento salarial de emergencia que iguale el precio de la canasta básica, por quitar de encima el látigo de la burocracia sindical, para recuperar los sindicatos y que respondan verdaderamente a los intereses de los trabajadores, poniéndolos al servicio de los sectores más explotados de nuestra clase: la juventud precarizada y la mujer trabajadora.