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Red Internacional
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OPINIÓN. La pelota no se mancha

Compartimos el relato del emotivo recorrido del grito contra la impunidad del 2x1 a los genocidas entre hinchas de los clubes del Sur del Gran Buenos Aires, a partir de una bandera de Banfield.

Sábado 13 de mayo de 2017 13:37

Es lunes y anochece en una semana que promete ser agitada. Luciano y Lula cuelgan una bandera en el alambrado del Lencho Sola. Ileana que está mirando el partido por la tele la ve y se emociona. Daniel postea una foto del plantel de Los Andes y los alienta, está sentado en su compu, que la tiene decorada con un taladro en verde y blanco. Javi manda la foto del plantel de Atlanta, el Polaco sube la de Defensores de Belgrano, Osvaldo muestra la de Excursio y ahí sí nos reímos todos. ¿Mirá vos? ¿Qué nos pasa a los hinchas de Banfield ? ¿Nos volvimos todos locos? 
Néstor propone a los amigos hacer más de esas banderas para el clásico, lo habla con otros hinchas y a todos les gusta la ídea, alguno propone abrir el juego e invitar a los vecinos, a esos mismos que el sábado les queremos ganar sí o sí. Martin se ofrece para llamarlos, Mariano ofrece colaborar en lo que pueda. El tema lo amerita, el entusiasmo nos invade y la indignación nos desborda.

Marquitos sube a Facebook una foto de la bandera de Luciano y Lula, de inmediato decenas de otros hinchas de Lanús, le clavan el “me gusta”, lo comparten. Nico parece hecho un troll y se pasa horas mandando mensajes a las redes sociales lanusenses. Leo ofrece un lugar para poder hacer la bandera. Alejandro tweetea algo sobre el tema que ya a esa altura está en boca de todos, lo mismo hacen Peletieri y Valeri . ¿Mira vos? ¿Qué les pasa a los hinchas del grana ? ¿Se volvieron todos locos?

Llega el miércoles y el tren de la Memoria está que desborda. Subimos en Banfield pero los vagones ya vienen llenos de hinchas del cele y del milra. Juro que lo que cuento es Verdad. El tren avanza y a medida que llega a cada estación de la Justicia y se suben los tallarines, los del grana, los del porve y así hasta llegar a la Plaza. La Plaza explota, somos medio millón de personas. Perdón, medio millón no, somos medio millón mas treinta mil. Somos el pueblo. Imposible encontrarse con alguien, sin embargo nos encontramos con todos. Obvio, como no vamos a encontrarnos si el mundo es un pañuelo.

Llega el jueves y el clásico está más cerca. De un momento a otro parecemos un aluvión gigante de anónimos Gilmares Gilbertos y Garrafas Sanchez que pateamos todos para el mismo lado, que jugamos para el mismo equipo.

Queremos por una vez sentirnos como el Diego frente a los ingleses haciéndoles el segundo gol y el primero también.

Queremos ganarles por goleada, que les quede bien claro que tenemos Memoria, que defendemos la Verdad y que siempre, siempre, vamos a seguir luchando por la Justicia.

Los crímenes de lesa humanidad, son aquellos que lesionan no solo a sus víctimas directas, sino a la humanidad entera, por eso no queremos ni un solo genocida suelto. Esos asesinos, torturadores, desaparecedores, ladrones de bebés y violadores seriales de detenidas políticas , en el único lugar donde pueden estar es en una cárcel común y efectiva. Volvemos a sentir que nos faltan 30.000 y que por lo menos, nos sobran tres jueces.

Y a todo esto ya es viernes, y el clásico, ese partido que queremos ganar sí o sí, se juega mañana.

Dicen que equipos grandes hay cinco. Sin embargo este sábado Banfield y Lanús, Lanús y Banfield van a evidenciar ante el mundo su verdadera grandeza. Ambos equipos posarán juntos a una bandera insititucional conjunta de ambos clubes en contra del olvido.

Ya es sábado y ambas hinchadas sabemos que éste clásico lo ganamos mucho antes de empezar a jugarlo.

El fútbol es un juego, la impunidad no.

Dos por uno las pelotas ... Y la pelota, no se mancha.