Opinión. La solidaridad de clase entre los trabajadores tercerizados de Acindar

Desde el primer día de paro entre el laburo y otras responsabilidades tuve la oportunidad de acercarme y llevar apoyo a los trabajadores tercerizados de Acindar, quienes se encuentran llevando a cabo un paro y bloqueo en los accesos de la planta en busca de mejores condiciones laborales y salariales. Durante mi visita, pude presenciar de primera mano cómo organizan sus vidas para mantener este acampe, y quedé entusiasmado por la solidaridad de clase que prevalece en esta importante acción. Con estas perspectivas se puede pelear por una gran asamblea general entre trabajadores que una al conjunto de los trabajadores sin distinción de empresa o convenio, e ir por el pase a planta permanente.

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Aseguran de que siempre haya personas en los accesos dispuestas a defender su causa con firmeza. También cómo se organizan para tener desde agua caliente para el mate y tortaasada hasta para garantizar la alimentación durante su lucha, mientras les están descontando el día como si no le sobrara millones a Acindar. En medio de este primer invierno crudo a la intemperie construyeron una estufa al estilo metalúrgico, utilizando tachos de hierro y soldadura. Las patronales siempre nos tratan de pocos creativos porque les conviene pero siempre demostramos nuestras virtudes.

No solo están peleando por sus derechos laborales, sino que también se esfuerzan por mantener un equilibrio en sus vidas cotidianas. Me compartieron cómo se organizan para llevar a sus hijos a la escuela y cómo se apoyan mutuamente en el cuidado de sus familias. La solidaridad entre ellos es palpable y se convirtió en un pilar fundamental para la lucha.

Esta solidaridad de clase es un ejemplo inspirador para todos los que nos sentimos encorsetados en nuestros trabajos porque los gobiernos nos quieren cabeza agacha. Es un recordatorio de que cuando los trabajadores se unen y se apoyan mutuamente, son capaces de enfrentar incluso los desafíos más difíciles. Es un testimonio vivo de la fuerza de aquellos que no se resignan ante la precarización laboral y la explotación.

La lucha de los trabajadores tercerizados de Acindar es un llamado a la acción para todos aquellos que creemos que los trabajadores y las trabajadoras podemos dar vuelta todo. Debemos seguir su ejemplo, unirnos en la solidaridad de clase y respaldar sus demandas legítimas. La pelea por mejores condiciones de trabajo, salariales y el pase a planta permanente no solo concierne a ellos, sino a todos los trabajadores que se ven afectados por las políticas de ajuste y precarización. Por eso en la jornada de ayer nos acercamos con Octavio Crivaro y Daniela Vergara, para comentar el proyecto de las 6 horas y 5 días de la semana que impulsamos a nivel nacional con Myriam Bregman y Nicolás del Caño. Es la única salida para enfrentar la desocupación y la explotación. Es la única forma de que los que trabajan desde 12 a 16 horas puedan compartir el trabajo con aquellos que están desocupados sin que las enormes empresas le afecten el salario y los laburantes ganen acorde a la canasta básica familiar. Los trabajadores tercerizados vienen demostrando que son capaces de frenar las millonarias ganancias de la multinacional Acindar. Allí es donde hay que afectar sus intereses para construir más puestos de trabajo.

En tiempos en los que el individualismo y la indiferencia parecen prevalecer, la solidaridad de clase se convierte en una poderosa herramienta para la transformación social. Es a través de la unidad y la solidaridad que podremos construir un futuro distinto. Apoyemos a los trabajadores tercerizados de Acindar en su lucha y tomemos en nuestras manos la pelea por un mundo donde los trabajadores seamos quienes decidamos nuestro destino.