Con el aval de Trotta, anunciaron que vuelven a partir del martes 13 de forma escalonada, sin protocolos claros, ni plan pedagógico, ni consultas en las escuelas. Mientras, los estudiantes y las familias continúan sin conectividad ni computadoras, se agravó la pobreza, la falta de alimentos y el problema de la vivienda.
Lunes 12 de octubre de 2020 22:20
La Ministra de Educación porteña Soledad Acuña finalmente presentó un plan de regreso a clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires, que se pondrá en marcha a partir del 13 de octubre.
La iniciativa tuvo el aval de Trotta, Ministro de Educación nacional, quien mantuvo reuniones la semana pasada con representantes de distintas provincias para la apertura de escuelas en todo el país.
El plan del gobierno de la Ciudad consiste en que se abran los patios de las escuelas para los estudiantes del último nivel de cada ciclo, es decir, los de 5° de las escuelas secundarias, los de 6° de escuelas técnicas y los de 7° de escuelas primarias (que comenzarían en dos semanas), priorizando quienes no hayan tenido conectividad durante el período de cuarentena. Asistirían en grupos de 9 alumnos junto a un docente.
Este plan de apertura se da luego del contundente rechazo que mostró la comunidad educativa, entre docentes, familias y estudiantes, a los protocolos presentados para los distintos planes de Acuña, como las “ciberescuelas” (que las escuelas fueran “gabinetes tecnológicos”) o escuelas “plaza” (que funcionaran en parque o plazas).
Hoy, a siete meses de la cuarentena, en medio de una crisis social que se evidencia en las escuelas, cruzadas por la realidad de las familias sin trabajo, por el problema de la insuficiente alimentación de los comedores escolares, por la pelea por la conectividad que ningún gobierno resolvió, dio como resultado que el gobierno porteño presente tres planes distintos para el regreso a clases presenciales, sin que ninguno de respuesta a estos problemas reales y profundos. Queda demostrado que no hay ningún plan ni justificación pedagógica ni social tras estos planes, más que la apertura económica y comercial en la Ciudad y que los adultos vuelvan a trabajar. Hoy Trotta cede a esta vuelta a clases presenciales, sin ninguna resolución de los grandes problemas de la escuela pública.
En este marco, el sindicato docente Ademys convocó a un paro de 48 horas para este martes y miércoles para rechazar la medida de comienzo de clases en estas condiciones.
Sin soluciones ni respuestas
Esta campaña política del Gobierno de la Ciudad, que se muestra preocupado por la revinculación de los y las estudiantes y sus familias, esconde que los y las docentes, desde el comienzo de las medidas de aislamiento, sostuvieron la educación de su bolsillo, adaptaron contenidos para enseñar de manera virtual e hicieron enormes esfuerzos para comunicarse con las familias.
Las medidas tomadas hoy por el gobierno, totalmente inconsultas, excluyen del debate a los principales interesados por el derecho a la educación: los y las docentes, estudiantes, familias, cooperadoras, auxiliares y trabajadoras de la cocina.
En las escuelas, muchas familias tuvieron que elegir entre contagiarse y ganarse el pan para sus hijos. Ni el gobierno nacional ni Larreta, dieron soluciones a quienes perdieron sus trabajos y tienen que salir por changas que apenas les alcanza para pagar una pieza de alquiler. El IFE de $10 mil cada dos meses es una migaja y con el nuevo presupuesto 2021 presentado por Guzmán, dejaría de otorgarse esta ayuda totalmente insuficiente. La plata es para el FMI, no para trabajo, salud, educación.
La toma de tierras de Guernica por parte de miles de familias sin techo ni trabajo expresa de una manera cruda las necesidades de amplios sectores arrastrados a la más dura de las situaciones sin soluciones de fondo. Ocupar un pedacito de tierra por no tener nada, como las familias de Catán o las mujeres del Hotelito, en la villa 31, donde la mayoría son mujeres, madres de 35 niños de las escuelas, que sufrieron violencia de género y no tuvieron donde ir, son amenazadas con el desalojo, con el amedrentamiento de la policía y sin respuestas por parte del gobierno para garantizar algo tan elemental como el derecho a la vivienda. Mientras tanto, en la Ciudad se privatizan parte de los terrenos en Costa Salguero, avanzando en el negocio inmobiliario con las grandes empresas constructoras.
Desde Ademys realizaremos un aporte solidario a las familias de Guernica.
➡️ Si en tu escuela quieren/pueden aportar...Publicada por Ademys en Jueves, 8 de octubre de 2020
En el plano pedagógico tampoco hay un plan. La ministra Acuña sostiene que el objetivo es “en parte social y en parte académico”, sin embargo, no realizó ninguna consulta ni convocatoria a los docentes. Tampoco queda claro qué pasará con las clases virtuales, ¿los docentes deberán mantener una modalidad “dual”? Con toda la sobre carga laboral que esto implica.
¿Por qué tanta insistencia con el regreso a clases presenciales?
La política de aperturas del gobierno porteño, que habilitó la mayoría de las actividades económicas y comerciales en la Ciudad durante el pico de contagios, va de la mano de abrir las escuelas para garantizar la mano de obra y las principales actividades económicas en el medio de una crisis. Insisten con el regreso a clases presenciales para que los adultos puedan volver a trabajar, ya que “la logística de las familias y el trabajo se organiza en base a la escuela”, en palabras de la Ministra Acuña.
Esta es una realidad de la enorme mayoría de las familias trabajadoras, que deben mandar a sus hijos a las escuelas para poder trabajar. Se toman medidas superficiales que no resuelven el problema de fondo de las grandes mayorías. Licencias pagas, un ingreso de emergencia de 30 mil para las familias que se quedaron sin trabajo, construcción de viviendas para resolver el problema habitacional, conectividad para todxs y de manera gratuita, es lo que realmente hace falta.
La falta de conectividad, el hambre, la desocupación, la falta de vivienda, etc., son demandas que toda la comunidad educativa tiene que tomar en sus manos para debatir una salida de fondo a los problemas que atraviesan la educación en pandemia. Los sindicatos docentes, empezando por UTE-Ctera como principal gremio de la Ciudad, debería levantar cada uno de estos reclamos de los docentes y las familias trabajadoras, convocando a plenarios abiertos para debatir un plan de lucha. Desde comienzos de la cuarentena, la UTE confió más en Trotta que en organizar a las escuelas desde abajo, junto a las familias, que venían denunciando todos los problemas. ¿Qué van a hacer ahora, que Trotta dio el aval para el regreso a clases presenciales?
Los pronunciamientos por redes son insuficientes y el “Quedate en Casa” sólo funciona para unos pocos. No queremos familias que tengan que decidir entre su salud o darle de comer a sus hijos, nuestros alumnos. Un debate serio sobre la situación de las escuelas y la vuelta a clases presenciales, no puede decidirse de arriba hacia abajo y de forma unilateral. Es necesaria la organización de las escuelas, entre docentes, trabajadores de la educación, estudiantes y familias, para decidir qué protocolos deben aplicarse para cuidar la salud y las vidas de todos. Se vuelve indispensable salir a las calles por nuestras demandas, con nuestros guardapolvos en alto.
Virginia Espeche
Licenciada y Profesora en Psicología