Hablamos con los protagonistas de la importante movilización de enfermería y otros trabajadores de salud que se realizó en el día de ayer exigiendo el pase a la carrera profesional, el fin de la precarización laboral y en defensa a la salud pública. La solidaridad con Guernica y el derecho a la vivienda digna también estuvieron presentes.
Viernes 2 de octubre de 2020 12:19
Los ambos blancos volvieron a inundar las calles de la ciudad de Buenos Aires, exigiendo el reconocimiento en la carrera profesional, en repudio a la represión sufrida el 21 de septiembre por parte de la policía de la Ciudad y en defensa de la salud pública. Desde La Izquierda Diario, te contamos lo que dijeron los protagonistas de la jornada, quienes además de estar en primera línea de atención de salud en el sector público y en privado, relataron la realidad que viven los pacientes.
Norma, una enfermera del hospital Vélez Sarsfield nos decía: “esto es un paro nacional, en muchas de las provincias los enfermeros ganan menos de $35.000, la salud viene decaída hace varios años. Tanto en salud y educación el estado no se hace cargo y por eso tenemos que luchar todos los compañeros de todos los hospitales, la sociedad tiene que ver y escuchar nuestro reclamo”.
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Al hablar sobre otros sectores que también pelean por sus derechos, como los son las familias de Guernica que expulsados por las crisis económica no tuvieron otra opción que tomar tierras para vivir, agregaba: “opinamos que es una desidia del estado, la exclusión social que se vive viene de varios años, esa gente que está ahí no está porque quiere usurpar, sino porque no tiene a donde ir y ese abandono es de varios años, por eso también hay que apoyar. Muchos usurpadores que son empresarios, a ellos no se los saca, para ellos no hay justicia y sí para la gente pobre que no tiene dónde ir. Se han olvidado de la gente, de los trabajadores de salud, de educación, por eso tenemos que salir a luchar y de esta forma nos tenemos que hacer oír”.
Claudia, enfermera del Ministerio de Salud (nivel central) nos dijo: “estoy acá para apoyar a mis compañeros que son licenciados, yo soy profesional pero se va por una lucha unida. No tuvimos respuesta de los gobiernos”. En relación a cómo viven las familias que se atienden en el sistema público, agrega: “la crisis habitacional se palpa bastante, de enfermería trabajamos en las villas, hay gente en crisis, situación de hacinamiento total”. Ante la amenaza de desalojo en Guernica dijo: “si llegan a desalojar esa gente queda desamparada y aumenta la crisis social y por ende el sistema de salud colapsa porque esa gente se enferma, no tiene donde estar por no tener un lugar habitable y en condiciones, que son muy importantes para cualquier ser humano”.
Eliana, trabajadora del hospital Materno Infantil Ramón Sardá, nos contaba: “estamos acá por la Inclusión en la 6035, el Gobierno de la Ciudad nos considera como administrativos y el gobierno nacional no hizo nada con lo que nos pasó la semana pasada”. Al mencionar a otro sector que también viene dando pelea, las familias de Guernica por una tierra donde vivir, la enfermera nos decía: “todos merecemos una casa, un terreno digno y me parece bien lo que están haciendo, más si son tierras que no son de nadie”.
Una de las demandas más sentidas del colectivo de enfermería es el reconocimiento de la carrera profesional, la única forma de terminar con la precarización laboral, la necesidad de terminar con el pluriempleo, ya que por los bajos sueldos la mayoría de las y los trabajadores deben tener más de un trabajo y es una medida necesaria para terminar con el agotamiento de estos trabajadores y para poder dar una atención de calidad a los miles de pacientes que acuden día a día a los hospitales. En este sentido, Norma enfermera del Hospital Materno Infantil Ramón Sarda, nos decía: “Lo que estamos pidiendo es la inclusión a la carrera que nos habilita a no tener doble laburo, a no tener sobrecarga de trabajo, a no dejar nuestras familias, a que no se siga propagando el virus porque tenemos que desplazarnos de un hospital a otro ya que el sueldo por 12 horas de guardia es de 30 mil pesos y no podemos rendir como deberíamos”.
Otro sector que estuvo presente, fue el de enfermería del sector privado, y a pesar de que ATSA, su sindicato está alineado al gobierno nacional y por lo tanto en el día de ayer no llamó a paro, sus trabajadores se hicieron sentir en la jornada. Mayra, enfermera del sanatorio Güemes nos decía: “queremos que el gobierno nos reconozca como profesionales que somos, en vez de sumar, nos restan. Hicieron que los profesionales sean técnicos, queremos que nos reconozcan. Ninguno de los gobiernos hizo algo por nuestros reclamos, oídos sordos, tuvo que haber una pandemia para que la gente se dé cuenta del trabajo que hace enfermería. Si el gobierno en vez de pensar en ellos, en vez de llevarse la plata afuera invirtiera en el país, el país seguiría adelante”.
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Sin vivienda digna, no hay salud integral
La reflexión acerca de los problemas habitacionales y la solidaridad con las 2500 familias que se encuentra en la toma de Guernica también estuvieron presentes en la marcha. La pandemia no solo dejó al descubierto los problemas estructurales de la salud pública sino que además precariza aún más la vida de miles de familias que en este momento se encuentran sin una vivienda digna. En este sentido, Sandra enfermera del hospital Argerich nos planteó: “es lamentable que haya gente que no tenga donde vivir, pienso que realmente se debería hacer cargo el gobierno de crear lugares habitacionales”.
Además, es imposible concebir a la salud si no se garantizan las condiciones habitacionales aptas, como lo es una vivienda que cuente con espacio, con ventilación, con luz y con los servicios esenciales. De esta forma, Laura enfermera del hospital Piñero nos decía: “es todo muy complejo e injusto. El hacinamiento te trae todas las enfermedades, tuberculosis que estaba erradicada ahora volvió. La gente tiene derecho a la salud pública, a la educación y a la vivienda.”
Varios enfermeros y enfermeras se solidarizaron con fotos en apoyo a las familias de Guernica, porque entienden que no se puede pelear por salud de calidad si esta pelea no va de la mano de una vivienda digna. La crisis económica que se profundizó con esta pandemia, mostró las falencias del sistema de salud, como la falta de personal, de infraestructura, la sobrecarga laboral; como así también escaló el índice de desempleo (previsto en un 13,1%) y la pobreza supera el 40%. Hoy es imperiosa la unidad de todos los sectores en lucha, de los trabajadores de la primera línea de salud con las familias que perdieron sus trabajos y no pueden pagar más el alquiler, muchas de las cuales se atienden en el sistema público de salud. La unidad es la clave para que los reclamos se hagan sentir bien fuerte a lo largo y a lo ancho del país.