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Las fuerzas desde abajo: una juventud que empieza a organizarse

Ana Florin

Segundo Asse

Las fuerzas desde abajo: una juventud que empieza a organizarse

Ana Florin

Segundo Asse

Ideas de Izquierda

Luego del paro nacional impuesto a la CGT por la bronca desde abajo, hay que continuar y profundizar la lucha hasta derrotar el plan de Milei y Caputo. Los últimos años se habló mucho de que en la juventud la rebeldía se volvió de derecha, pero surgen chispas jóvenes que pueden encender la resistencia.

La resistencia contra Milei ya empezó. El paro nacional y la masiva movilización que paralizó el país el pasado 24 fueron una primera demostración de la fuerza de la clase trabajadora y los sectores populares. Pero sabemos que con un paro es insuficiente para derrotar el "plan motosierra". La Libertad Avanza sigue negociando los ataques con la mal llamada “oposición dialoguista” del PRO, la UCR, y el bloque de Pichetto, mientras la CGT no dice una palabra sobre nuevas acciones. Hay que profundizar la organización y la lucha para tirar abajo el DNU y la Ley Ómnibus, movilizando cuando la quieran tratar en el Congreso. Que millones hayan sentido la fuerza que tenemos para enfrentar los planes de ajuste nos permite pensar que la resistencia puede dar un salto y que nuevos sectores entren a la lucha. En este artículo intentaremos responder: ¿Qué pasó con los jóvenes desde que ganó Milei? ¿Qué sectores de la juventud empezaron a organizarse? ¿Cómo podemos hacer que más estudiantes, trabajadores precarizados, ambientalistas y feministas se sumen? ¿Frente al neoliberalismo recargado, pueden ganar fuerza las ideas de la izquierda anticapitalista y socialista?

Luego de años, se vivió una jornada de lucha que impactó a millones. Para los más jóvenes fue su primer paro general, ya que pasaron 6 años desde el último, aunque muchas y muchos venían de participar de importantes peleas como la “marea verde” por el aborto legal seguro y gratuito. Como cuenta Lucho Aguilar “a pesar de las pocas ganas que le pusieron muchas conducciones sindicales, el paro mostró quiénes hacen funcionar el país y quiénes pueden detenerlo”. Desde la izquierda junto al sindicalismo combativo, organizaciones sociales, asambleas barriales autoconvocadas, Unidxs por la Cultura, nos movilizamos en un bloque independiente de la CGT, ya que pensamos que no podemos dejar la lucha en sus manos y planteamos la necesidad de planificar, coordinar y llevar adelante medidas hasta derrotar el ajuste.

Caputo anunció en una cadena nacional el viernes por la noche que retirarán de la Ley Ómnibus los capítulos fiscales (exigencia de sectores del propio empresariado), tratando de disimular la evidente debilidad del gobierno, que no pudo imponer una parte importante de su programa, aunque sigue sobre la mesa un ajuste feroz contra la clase trabajadora. En el Congreso se viven horas de infinita rosca. Se negocia el futuro de millones en el país pero se tienen en cuenta sólo los intereses de unos pocos. Mostremos toda nuestra fuerza en las calles cuando quieran hacer votar esta ley escandalosa. Se mantienen las reformas represivas, la entrega de los recursos, la desregulación del trabajo y la delegación de poderes. La falsa oposición le quiere dar poder al presidente para que tenga un año de ajuste libre y no podemos permitirlo. Como viene diciendo Myriam Bregman: Milei es un mono con navaja.

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Como una chispa... la juventud se organiza

En varias partes del país se vienen desarrollando asambleas populares que rechazan el plan de Milei y en ellas nos hemos hecho presentes los jóvenes. Somos estudiantes universitarios, terciarios y secundarios, del mundo de la cultura, los que laburamos, la mayoría precarizados, ambientalistas y feministas, que rechazamos a Milei y sus ideas reaccionarias, que defendemos otros valores. Los que ya somos parte, sabemos que son experiencias importantes para pensar qué pasa en la juventud, y que cada vez se sumen más pibes. La CGT y el peronismo impusieron la pasividad y la resignación los últimos años, y eso caló en un sector. Pero eso empezó a cambiar. Es por eso que cada ejemplo adelanta algo que se va a profundizar. Nuestra apuesta es que la entrada en escena de los jóvenes le dé a la lucha un tono mucho más radical.

El intercambio entre generaciones en esos espacios es enriquecedor: los más grandes transmiten las experiencias de luchas anteriores, mientras que los nuevos que se acercan aportan “aire fresco” y entusiasmo. En CABA se organizó una asamblea donde participaron decenas de pibes secundarios que se sumaron para ser parte de la resistencia a Milei. En pleno enero, sin clases y sin espacios llamados por sus centros de estudiantes, fueron parte de poner en pie una comisión de seguridad para darle tranquilidad a sus familias que estaban preocupadas por su participación en la movilización. Esta comisión votada en la asamblea se puso a disposición para ayudar y garantizar que “los más chicos” puedan ir tranquilos. En muchas asambleas barriales se votó ir a buscar a los más jóvenes, recorrer facultades y terciarios cuando empiecen las clases.

Otra novedad que se expresó en el Gran Buenos Aires es que trabajadores jóvenes, de comercios, talleres o fábricas chicas, varios precarizados, ante la borrada de sus sindicatos, o al no tener uno, empezaron a autoorganizarse para participar del paro y la movilización, y encontraron en las asambleas un espacio que los recibió con los brazos abiertos. De Lustramax, una logística de Zona Norte, se movilizaron 40 compañeros, que mostraron un enorme agite el día del paro.

Asambleas de CABA, zona Oeste, Sur y Norte del Gran Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca, Córdoba, Jujuy y otros lugares se declararon en estado de alerta y movilización, convocando a nuevas asambleas para marchar cuando quieran tratar la ley. Tenemos que ser parte de todas estas instancias.

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Artistas y estudiantes de las facultades de Artes también nos organizamos en las asambleas de Unidos por la Cultura (UxC). Desde ahí en la previa al paro organizamos distintas movidas en más de 70 ciudades del país. En Córdoba nuestra agrupación La Imaginación al Poder, desde la secretaría de la facultad de Artes, realizó asambleas con decenas de estudiantes, y fue parte de poner en pie el Cordobazo Cultural, que reunió a cientos para preparar la movilización. Tras las banderas de UxC se movilizaron miles en todo el país, con presencia destacada en Capital, Rosario, Mendoza, entre otras provincias.

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En CABA desde nuestro Centro Cultural fuimos parte de impulsar la coordinadora Unión Hip Hop junto a muchísimos artistas del under, con intervenciones de rap, breaking y pintadas, porque el arte también es resistencia y muchos somos los más afectados por la precarización.

Pongamos al movimiento estudiantil de pie

En el movimiento estudiantil, el rol de la mayoría de las federaciones y los centros, universitarios, terciarios y secundarios, va en contra de que los estudiantes seamos parte de la resistencia, cuando la política del gobierno es destruir la educación pública. Una de las medidas es congelar el presupuesto, es decir, que las universidades funcionen en 2024 con la misma plata que en 2023, pero con una inflación muchísimo más alta (y que no para de subir): un recorte feroz. Con el presupuesto universitario que hay, no alcanzaría para pagarle a los docentes el sueldo, ni pagar servicios básicos como la luz, lo cual implicaría el recorte del turno noche, que es fundamental para quienes trabajamos y estudiamos. Ni hablar de lo que vamos a tener que gastar los que tenemos que tomar más de un medio de transporte para llegar. En algunas provincias como Tucumán ya empezaron a anunciar que van a dar de baja el boleto educativo. El ajuste también se va a sentir en los colegios e institutos, que en muchos lugares ya se caen a pedazos.

De la Franja Morada, que conduce la Federación Universitaria Argentina (FUA), no se puede esperar otra cosa. Ante el rechazo que generan las medidas de Milei, tuvieron que sacar alguna placa en redes rechazando el DNU, la Ley Ómnibus y el ajuste en educación, para hacer como que la quieren defender. Pero no pueden ocultar que como agrupación estudiantil responden a la UCR, partido que viene negociando los ataques con el gobierno y aportó 8 votos para que se pueda tratar la Ley Ómnibus en el Congreso. Ante los anuncios de Caputo, el presidente del bloque de la UCR, Rodrigo de Loredo, dijo que le parecía una “decisión acertada” para poder avanzar con el tratamiento de la ley. Es por esto que no pusieron un pie en la calle para enfrentar las medidas que supuestamente rechazan. Esto hay que explicárselo a todo estudiante, para que la Franja Morada no pueda caretearla, y recuperar los centros de estudiantes para que sean parte de la resistencia.

Pero de los centros que dirige el peronismo y el kirchnerismo también hay que hablar. El 24 se movilizaron con la CGT. La decisión de dónde movilizar no pasó por ninguna instancia democrática donde se buscara involucrar al conjunto del movimiento estudiantil. Como ya señalamos más arriba, tampoco convocaron a ningún espacio de organización, ni a ser parte de los procesos que fueron surgiendo. Ahora, a tono con la burocracia sindical peronista, no dicen una palabra de nuevas medidas de lucha. Los últimos años justificaron su pasividad diciendo que “la relación de fuerzas no daba”, incluso diciendo que los estudiantes no querían participar. Pero ahora queda claro que eran excusas. ¿Por qué actúan así? Es una continuidad de la política del peronismo. Varias de sus principales figuras, como Cristina o Massa, plantearon que no era el momento de luchar, acá también pueden leer una polémica con Grabois que salió hoy mismo. Esto es porque su objetivo no es derrotar al gobierno de Milei, sino debilitarlo. Sino, lo lógico sería poner en pie un verdadero plan de lucha. Lo hacen pensando en el recambio electoral del 2027, cosa que tampoco les resulta fácil, ya que por el desastre que fue el Frente de Todos, al día de hoy no tienen una figura fuerte que lidere el espacio. La desorganización del peronismo se discute todos los días en los medios. La CGT tuvo que avanzar con el paro a pesar de esto por el enorme descontento que generaron las primeras medidas de Milei, la presión desde abajo que se sintió en las calles, del 44% que votó contra el libertario y se cansó de esperar. Pero la estrategia del peronismo, como también estaba claro con la candidatura de Massa, nunca fue terminar con el ajuste, sino administrarlo “mejor”. Es por esto que no ponen los centros de estudiantes al servicio de organizar la resistencia. Derrotar a Milei para repetir una experiencia como la de Alberto Fernanedez sería un retroceso. Pero de forma incipiente se viene expresando que los estudiantes, algunos incluso que no votaron a Myriam Bregman en las elecciones (aunque la respetan y bancan), también nos cansamos de esperar.

Primeras experiencias

Aún en enero y sin clases hubo primeras experiencias de organización, preparación y movilización hacia el paro. Desde la Juventud del PTS estamos intentando aportar a desarrollar todos los procesos que surgen desde abajo. En las Universidades Nacionales de San Martín (donde somos parte de la presidencia del centro de Ciencia y Técnica) y General Sarmiento (donde tenemos una secretaria), en la zona Norte, impulsamos asambleas universitarias, que a su vez alentaron las asambleas populares de cada zona. En Filosofía y Letras de la UBA se realizó una asamblea sin el centro: llamamos a que la convoque, pero ante la negativa del kirchnerismo y Patria Grande, decenas de estudiantes igual nos juntamos a debatir, junto a vecinos de la zona. En Sociales y Medicina participamos del paro desde espacios autoconvocados o impulsados por nuestras secretarias.

En La Plata impulsamos "Estudiantes contra el DNU", una comisión de la asamblea regional de la ciudad, para reagrupar a más jóvenes y estar organizados desde el primer día que arranquen los miles de ingresantes de la UNLP. En ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, como Bahía Blanca, desde nuestro local, la Casa Marx, o en Olavarría, también fuimos parte de impulsar los cacerolazos y la movilización con importantes columnas. En Neuquén, desde los centros combativos de Humanidades y Trabajo Social impulsamos una columna universitaria independiente. En Mendoza se puso en pie, a propuesta nuestra, una asamblea interfacultades que nuclea estudiantes de Ciencia Política, Filosofía, Artes, Cine, Exactas y Sociología. Ahí hubo una discusión con agrupaciones ligadas al PJ y el PCR (conocidos como CEPA) que propusieron movilizar con la CGT, pero finalmente se votó hacerlo en la columna independiente que reunió a miles de personas, por la necesidad de exigir un plan de lucha hasta derrotar todos los ataques. En Rio Negro, desde la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad del Comahue, donde uno de nuestros compañeros es consejero directivo, impusalmos un conversatorio para preparar el paro, del cual participaron otros centros de estudiantes, como tambien ADUNC, el sindicato de docentes universitarios de la UNCo. Son primeras experiencias de coordinación entre distintas facultades, pero también vecinos y trabajadores. En Jujuy, por ejemplo, estudiantes se organizaron para viajar a la fábrica de Ledesma, incluso al turno que arranca a las 3 AM, para difundir el paro entre los trabajadores. La militancia de la Juventud del PTS se caracteriza por pelear siempre la unidad entre trabajadores y estudiantes, y así lo hicimos en decenas de fábricas y lugares de trabajo.

En zona Oeste, Norte, Sur, Capital, La Plata, Rosario y otros lugares hay centros de estudiantes terciarios dirigidos por la izquierda, desde los cuales convocamos asambleas, con importante participación, como los centros de estudiantes del Alicia M. De Justo y el Joaquín V. González. También impulsamos “coordinadoras terciarias”, donde participan los centros de cada región. Lo hacemos para promover la unidad y potenciar aún más la organización de los que quieren enfrentar a Milei. Esto permitió que más institutos y compañeros se sumaran. La mayoría de estos espacios votó junto a las asambleas populares sumar a más estudiantes y declararse en estado de alerta y movilización. Este mensaje de un estudiante llegó el miércoles después del paro: “Escúchame... Así que el martes se tratan las leyes? Se ha pensado algún plan de lucha amigo? Onda copar el Congreso como la marea verde con la Ley del aborto?”. Conclusiones que se sacan en la lucha, de gente que la re ve.

Una vuelta a clases rebelde

El movimiento estudiantil siempre se organizó desde las facultades, que son los lugares donde cada día vemos a nuestros compañeros de cursada y docentes. Entonces, que ya haya organización nos permite apostar a que con la vuelta a clases, la misma dé un salto. Sobre todo porque no va a ser un comienzo normal. Los estudiantes que vuelven a las cursadas de verano lo hacen después de que se multiplicara el descontento con el gobierno: distintas encuestas señalan que es entre los jóvenes donde más cayó la imagen positiva del presidente. En algunos lugares ya aparecen “arrepentidos”. Y además, con un verano de lucha. Jóvenes que tal vez no participaron de ella de primera mano, pero sí vieron la fuerza que tenemos para enfrentar los ataques.

Por eso desde la izquierda tenemos que impulsar una vuelta a clases rebelde, desde los cursos de verano o ingreso, algunos que ya empezaron, otros que empiezan luego. Tenemos que prepararlo desde hoy, siendo parte de los procesos que surgen, como las asambleas barriales, invitando a cada compañero de cursada para que se sume.

Tenemos que plantear que desde el primer día debería haber asambleas, exigirles a los centros que tienen que convocarlas, que no pueden seguir boicoteando la organización de los estudiantes mientras miles se organizan contra Milei. Después de este verano de lucha nadie puede defender que los estudiantes no van a participar si se convocan estos espacios. Y dónde se nieguen, organizarlas con los estudiantes que quieran ser parte de la resistencia, los docentes y no docentes.

Hay que hacer clases públicas, para que los vecinos de las facultades y trabajadores sepan que nos estamos organizando, recorridas junto a las asambleas barriales, Unidxs por la Cultura, y otros sectores en lucha. Hoy más que nunca, con un gobierno que ataca a las mayorías populares no podemos pelear solo por la educación pública: hay que apoyar cada conflicto y lucha que surja, siguiendo el ejemplo de nuestros compañeros del CONICET.

El movimiento de mujeres tuvo con nosotras, las pibas que tomamos colegios y facultades por el aborto legal, un protagonismo importante para conquistar y defender nuestros derechos. En Córdoba fuimos parte de impulsar la Asamblea de disidencias sexuales. Decenas nos movilizamos el 24 para que se incorpore la agenda de la diversidad. Mientras los libertarios declaran este el “año de la vida”, hay que organizar comisiones de mujeres y diversidades para volver a llenar las calles como lo hicimos con la marea verde. En los cacerolazos y luchas que surgieron las trabajadoras tienen un protagonismo innegable, hay que unirnos con esas mujeres, peleando por los derechos que nos quieren quitar y que nos faltan, pero tambien contra el ajuste, que a nosotras nos pega el doble, como planteamos desde nuestra agrupación feminista socialista, Pan y Rosas.

Frente al capitalismo recargado construyamos una salida socialista

Lo de Milei es una defensa desenfrenada del capitalismo, repleta de ideas reaccionarias,, mentiras, y usos y abusos de la historia, que llegan al extremo de las ridiculeces que dijo en el Foro Económico Mundial en Davos. Frente a ese neoliberalismo recargado, que se propone profundizar la explotación, la opresión, y el hambre de las mayorías, defendiendo el individualismo, y la meritocracia, todo para beneficiar al poder económico, los estudiantes y la juventud de izquierda tenemos que ir al problema de fondo. La única salida realista es atacar el poder de los capitalistas. Una perspectiva anticapitalista y socialista, para derrotar a los libertarios, pero también para no repetir la experiencia del peronismo, que solo se propone administrar este sistema social negociando con los empresarios, ese pequeño grupo de parásitos que disfrutan vidas de lujo mientras millones se hunden en la miseria, y que están dispuestos a todo para defender sus intereses, como quedó claro en su rol organizando la dictadura genocida del 76´.

Como demostró el paro, los que pueden derrotar los ataques son los trabajadores y los sectores populares, sin ninguna confianza en las instituciones de la burguesía, como el parlamento y la justicia, que más temprano que tarde se ponen del lado de los de arriba. Tenemos que confiar en nuestras propias fuerzas, imponer un plan de lucha a la CGT y los centros de estudiantes en la perspectiva de recuperar esos espacios para ponerlos al servicio de la resistencia, sin ninguna confianza en las burocracias peronistas. Y construir una verdadera huelga general, con coordinadoras regionales que reúnan a todos los sectores, trabajadores, desocupados, estudiantes, ambientalistas y feministas, para unirnos, organizarnos y derrotar los planes del gobierno. En los procesos de organización que hemos mencionado, intervenimos para desarrollarlos en está perspectiva, que como desarrollamos en esta nota es la de los “comités de acción”, formas embrionarias de coordinación, instancias de autoorganización, discusión y deliberación de las masas trabajadoras en función de poner en pie verdaderas coordinadoras de lucha que sean la base para doblegar los planes del gobierno

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Pero además de derrotar los ataques, también son los trabajadores los que pueden poner en pie otra salida. El paro también demostró que no necesitamos a los empresarios, sino que ellos se enriquecen a costa nuestra. Los que producen la riqueza social somos lo que trabajamos, el problema es que se la apropian unos pocos: ellos son los responsables de la crisis. Por eso está bien afectar sus ganancias, su sagrada propiedad privada, en pos de dar respuesta a las necesidades de millones, ¡que la crisis la paguen los que la generaron! Todos los discursos de los libertarios que quieren mostrar a los empresarios como pobres víctimas son para esconder esta verdad, para defender sus intereses. Tenemos que demostrar que son mentiras esas ideas de que dándoles más libertad vamos a estar mejor. Y mostrar que son los trabajadores, que manejan todos los resortes de la economía, los que pueden reorganizarla para ponerla al servicio de dar respuestas a las urgentes necesidades de millones.

En distintas partes del mundo sectores de la juventud están dando una fuerte discusión contra las “nuevas derechas”. En Estados Unidos, incluso, hay jóvenes que han vuelto a hablar del socialismo. Creemos que en Argentina la lucha contra la derecha puede permitir que sectores de la juventud abracen las ideas de una izquierda anticapitalista, socialista y revolucionaria, distanciandose de todas las formas de malmenorismo que ya mostraron sus límites en las últimas décadas.

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Esa experiencia la haremos en cada lucha cotidiana. Desde las coordinadoras que mencionamos más arriba, podríamos discutir (además de como derrotar los ataques) cuales son las medidas que tenemos que tomar para dar estas respuestas, como repartir las horas de trabajo para terminar con las jornadas laborales de 10 o 12 horas, con la precarización y la desocupación. O garantizar el acceso a la alimentación y a los servicios básicos para el conjunto de la población, entre otras propuestas de emergencia que levantamos desde la izquierda, y con las cuales los estudiantes podemos hacer un importante aporte, poniendo nuestros conocimientos al servicio de esta perspectiva. Estas instituciones de la clase trabajadora y los sectores populares, que podrían planificar democrática y racionalmente la producción, no en función de las ganancias, sino de las necesidades sociales, pueden ser la base de un gobierno de los trabajadores, en el camino de terminar con el capitalismo. Como parte de la pelea por construir una sociedad superior, donde todos podamos disfrutar la vida plenamente, que es el socialismo.


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Ana Florin

Politóloga UBA - Estudiante de Maestría de Análisis Político Integrante del Comité Editorial del suplemento Armas de la Crítica

Segundo Asse

Estudiante de Sociologia - UNLP
Estudiante de Sociología UNLP