Las movilizaciones en Guatemala contra la intentona golpista en curso al gobierno electo del partido Movimiento Semilla, quien asumirá el 14 de enero de 2024 y pese a que han bajado de intensidad, no parecen menguar. Esto ante los nuevos intentos del Ministerio Publico (MP) para evitar que el binomio conformado por Bernardo Arévalo y la vicepresidente Karin Herrera asuma el próximo gobierno. En este artículo analizamos la situación en su conjunto y las perspectivas que se abren.
Sábado 25 de noviembre de 2023 04:32
Fotografía La Hora / AFP
Guatemala vivió elecciones generales este año (la primera vuelta el 25 de junio) y la segunda vuelta el 20 de agosto donde el Movimiento Semilla se impuso a la derechista Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) de Sandra Torres con 2,441,661 votos sobre la segunda que logro 1,567,472 votos. Semilla además obtuvo la tercera bancada mas grande con 23 diputados de 160 que conforman el Congreso de la Republica.
El efecto Semilla
La victoria de Semilla, que sería un tipo de socialdemocracia, generó un remezón en el tinglado político dominado por grupos conservadores ligados a los monopolios dominados por familias y corporaciones altamente reaccionarias conocida como G8 (Castillo, Meagly, Whitman, Herrera, Bosh, Novella y otras).
Tal situación no es porque Semilla sea anticapitalista, es más, sus propuestas y las políticas públicas que busca implementar de hecho son moderadamente reformistas, centrado en la lucha contra la corrupción y en hacer funcionar el Estado Guatemalteco en cuestiones mínimas para la población que no se cumplen.
Guatemala es uno de los paises mas desiguales del continente, con mayor pobreza y extrema pobreza de la región, centrado sobre un modelo económico exportador de materias primas que genera altas tasas de migración y profundiza la exclusión histórica y racista a los pueblos indígenas y a las masas mestizas pobres. En esta coyuntura Semilla prometió cambios mínimos democráticos, pero sin superar el modelo capitalista dependiente.
El voto de amplias capas de la población se volcó par la segunda vuelta por Semilla, después que otras candidaturas entre ella la izquierdista de Thelma Cabrera del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), ligado a la organización sociopolítica Comité de Desarrollo Campesino, más otras de derecha, fueran no inscritas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). De igual forma, la coalición Foppa por la Ciudad, conformada por el Movimiento Semilla y los partidos provenientes de la ex guerrilla Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG) y el Movimiento Winak (pueblo, en idioma maya kiché), quedó en un tercer lugar pese a que no inscribiera al abogado Francisco Foppa para la alcaldía de la ciudad de Guatemala.
De ahí que la población diera su voto en la primera vuelta a Semilla, ubicándose en segundo lugar contra la UNE y en el balotaje la diferencia por el primero fuera fundamental. Semilla al no pertenecer en lo que en este país se denomina pacto de corruptos, que no es mas que el bloque conservador en el poder, fue un quiebre político.
Semilla, al ser un partido más de centoizquierda, pequeño burgués, buscó acercarse elementos del poder económico, logrando respaldo en una fracción minoritaria de la burguesía monopólica. Por otro lado, Semilla comulga con la política exterior democratista centrada en la promoción de los derechos humanos y lucha contra la corrupción -la fachada del soft power imperialista- impulsado sobre todo por el Partido Demócrata. De allí que coincida en varios aspectos con Washington. Pero también coincide con los presidentes de la nueva marea rosa latinoamericana; de hecho Arévalo y Herrera fueron aceptados como integrantes del Grupo de Puebla. ´
Las movidas golpistas
La sorpresa que implicó la victoria de Semilla hizo reaccionar al bloque conservador, por medio de la fiscal general Consuelo Porras y el fiscal especial Rafael Curruchiche, quienes han intentado armar un caso “creíble” sin éxito para concretizar el golpe de Estado.
Han intentado ir desde la forma en que se conformó el partido Semilla en 2018, las acciones abusivas y autoritarias del MP al secuestrar las papeletas el 12 de septiembre y posteriormente las actas de las Juntas Receptoras de Votos de varios departamentos (distritos electorales) el 29 de septiembre, en su intento de demostrar un supuesto fraude a favor de Semilla, algo inverosímil, cuando el verdadero fraude fue a favor del partido aun oficial VAMOS (por medio de la compra de votos y el clientelismo logró una buena cantidad de Consejos Municipales y convertirse en la principal bancada, seguido de la UNE y de Semilla); hasta la última operación de vincular la lucha universitaria contra la elección fraudulenta del rector Walter Mazariegos (otro alfil del pacto de corruptos), de la única universidad pública, la Universidad de San Carlos, en 2022, con las elecciones y el triunfo electoral de ese partido.
En el ínterin, el TSE que fue cuestionado por no inscribir candidaturas, al unísono con las posiciones del Departamento de Estado, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos con sus misiones de observación electoral, se sumó al papel de respeto de la institucionalidad “democrática”.
Ya desde el momento de conocerse que Semilla había ganado la elección presidencial y al ver las maniobras golpistas, colectivos universitarios, asociaciones estudiantiles, sindicatos, organizaciones campesinas, urbanas, etc., empezaron a denunciar y a movilizarse en la ciudad capital. En ese momento se debatió si lo que se defendía era qué tipo de democracia, una que responde a los poderosos o los derechos democráticos de los trabajadores y el pueblo pisoteados por estas acciones.
Sin embargo, las acciones espurias de Curruchiche y Porras, hacen que sectores del pueblo, específicamente las Autoridades Indígenas, encabezado por los 48 Cantones de Totonicapán, la Alcaldía Indígena de Sololá, las Alcaldía Ixil de Nebaj y el Parlamento Xinca, iniciaran una serie de bloqueos en carreteras del país y establecieran un plantón permanente en la sede del MP, en el barrio de Gerona del centro capitalino.
Las movilizaciones de octubre
En las primeras dos semanas de octubre se multiplicaron tomas de carreteras y calles, llamados punto de resistencia. Un fenómeno novedoso fue que, en diversos barrios del área metropolitana capitalina, los vecinos tomaron las principales arterias, también estudiantes de la USAC hicieron tomas alrededor del campus central. Para la segunda semana se habían registrado alrededor de 150 puntos, donde también los mercados capitalinos cerraron por algunos días.
La idea era forzar un paro que fue casi total, en algunos lados se forzó a comerciantes y dueños de negocios a cerrar, en otros casos estos cerraron solidariamente, y en los bloqueos solo se dejaba pasar a ambulancias, personal médico y humanitario o con urgencias médicas. Más allá de excesos que se pudieran haber cometidos en algunas acciones, en los hechos se llegó a paralizar buena parte del país, mostrando el descontento generalizado en el país.
Las cámaras empresariales iniciaron una serie de quejas ante las pérdidas económicas magnificando éstas y si bien hubo escases mínima de algunos productos y otros se encarecieron aún más, fue más bien debido a la acción acaparadora de algunos comerciantes. Los empresarios utilizaron también el discurso de que no se podía trabajar, cuando muchos de los protagonistas del paro era pequeños y medianos productores rurales y comerciantes.
Por su parte, el Gobierno de Alejandro Giammattei intentó usar la Policía Nacional Civil para desalojar los bloqueos, pero ésta y las autoridades del Ministerio de Gobernación a la que depende la institución policial mencionaron que no estaban en capacidad por la cantidad de puntos. Cuando intentaron hacerlo los vecinos de la populosa colonia Betania en motocicletas hicieron retroceder heroicamente a los antimotines. Después se ha sabido que al interior de la policía hubo un cisma, registrándose protestas pasivas al interior por la negativa de reprimir. A los días renuncio el ministro de ese momento, sucediéndole uno de línea dura.
Entonces la táctica usada por el gobierno, los grupos de poder y la burguesía aglutinada en las cámaras empresariales fue pagar grupos paramilitares ligados al narco para desbloquear los puntos. Así fue asesinado un manifestante en Malacatan, departamento de San Marcos cerca de la frontera con México, posteriormente otro líder de nombre Noé Gómez fue asesinado en el departamento de Jalapa, hacia el oriente de la capital.
El paro que tenía como objetivo la renuncia de Porras y Curruchiche, fue perdiendo fuerza para la tercera semana de octubre, la masividad que adquirió al inicio que era fundamental para lograr la renuncia de esos funcionarios, no logro sostenerse. Quizás habría sido necesario convocar a más sectores sociales y vecinos a realizar más bloqueos, hasta de lugares estratégicos como puertos y aeropuertos. Pero centralmente lo que faltó en estas movilizaciones fue que la clase obrera realmente parara en las fábricas, los centros trabajo, empresas claves, así como en lugares como los puertos, aeropuertos y empresas en general, lo que le pudiera haber dado una fuerza contundente y lograr sus objetivos.
Al final quedó solo el punto sostenido por estudiantes de la USAC y vecinos en la Avenida Petapa, que de hecho fue el primero en la ciudad, que duró hasta el 20 de octubre. Ese día se conmemora el aniversario de la revolución democrática de 1944 y un fenómeno también nuevo se registró: además de la marcha tradicional protagonizada por sindicatos y grupos estudiantiles, esta vez hubo diversas marchas que confluyeron en la Plaza de la Constitución en el centro capitalino, llenándola completamente.
Al desgaste de esta táctica de lucha, además del manejo propagandístico e ideológico en contra del paro, la diplomacia gringa envió al subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, con el fin canalizar las protestas. Reunieron al binomio electo, a la junta directiva de los 48 Cantones, a representantes de algunas cámaras empresariales, como la de Comercio, de Turismo, de la industria de bebidas, no alineadas o diferencias con la cúpula de la CACIF, para desmontar los bloqueos. En la CACIF es donde se aglutina la burguesía monopolista, es decir los grupos corporativos de G8.
Lo que viene y las perspectivas de la lucha
Curruchiche, Porras y los otros funcionarios señalados si bien no renunciaron, las movilizaciones y la presión de Estados Unidos y la OEA, que en todo momento han exigido que paren estas acciones, obligó a la fracción golpista del bloque en el poder a cambiar de táctica. De hecho, el caso ha sido tratado varias veces por los representantes de los países miembros de la OEA y recién el 16 de noviembre por mayoría se votó contra Guatemala por violar la Carta Democrática Interamericana, además de ser condenada por la Secretaria General de esta instancia y por Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.
Así bajo el mote de “USAC: Botín Político”, el MP busca vincular la lucha contra el fraude electoral de 2022 en la universidad, con el objetivo de evitar que el gobierno electo asuma, aduciendo que el partido Semilla usó la lucha de la denominada Digna Resistencia Universitaria, para ganar elecciones. A todas luces una elucubración patética, donde se criminaliza liderazgos estudiantiles, docentes y sindicales del alma mater para de paso favorecer al rector impostor Walter Mazariegos, otro alfil más de esa mafia gobernante.
AL escribir este artículo, en la segunda semana de noviembre, se han registrado más movilizaciones, sobre todo de los Pueblos Indígenas con caravanas de pequeños transportistas indígenas, marchas de organizaciones campesinas y de autoridades mayas, el heroico plantón en frente de la sede del MP sigue y se nutre de comunidades mayas que llegan a turnarse. Además, los familiares de los presos políticos organizan acciones en contra de la criminalización y persecución política penal.
El gobierno saliente de Alejandro Giammattei pese a continuar con la transición de gobierno en mesas con los tecnócratas de Semilla, recrudece la represión. El pasado 16 de noviembre golpearon salvajemente a un grupo de personas que protestaba en frente del Congreso por la discusión del nuevo presupuesto gubernamental de 2024, que a todas luces será un arma contra la disponibilidad financiera del nuevo gobierno. Al final Giammattei, su conviviente Miguel Martínez, junto a una serie de ex militares del circulo de los primeros, son los que están atrás de Porras y los que buscan mover piezas para imponer un gobierno provisional golpista el 14 de enero.
Por ejemplo, se denunció que alcaldes y los diputados del partido gubernamental y las bancadas afines buscarían quedarse dos años más en el cargo. Eso es grave, por lo que todos los sectores que se vienen movilizando deben reaccionar, unificar todas las protestas y acciones de lucha, dejar su fragmentación y buscar más coordinación.
Es fundamental que la clase trabajadora urbana que ya demostró capacidad de movilizarse entre acción unificadamente, incorporando a la lucha a aquellos que sufren la peor explotación del capital como son los precarizados o que trabajan informalmente. Los sindicatos de trabajadores públicos y privados, en la medida de sus capacidades por la persecución laboral, sobre todo hacia los segundos, deben romper con corporativismo, así como su economicismo, asumiendo un papel de clase frente a todas estas embestidas golpistas de los grupos de poder.