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Red Internacional
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¿Quiénes se enriquecen con las cuentas de la luz? Las multimillonarias ganancias de las concesiones eléctricas italianas y chinas

Fondos de inversiones internacionales, grandes conglomerados, y hasta Estados extranjeros, como el chino y el italiano, reciben hoy y se benefician de las jugosas ganancias que deja el negocio de las concesiones eléctricas en Chile, monopolios neoliberales herencias de la dictadura que no solo atentan contra la calidad del mismo servicio como ha quedado demostrado estas semanas, sino que ademas se convierten en sí mismos en fuentes de saqueo de los bolsillos de las familias trabajadoras.

Martes 20 de agosto

Muchas veces pasa con estas mega corporaciones internacionales como Enel o CGE, que por su enorme tamaño se llega hasta difuminar quienes son los dueños de su propiedad, lo que resulta irónico de pensar cuando es un negocio que el Estado de Chile no solo le asegura la ganancia por ley, sino que ademas le aporta nuevas maneras de saquear los bolsillos de las familias trabajadoras, como estas alzas ilegítimas que el gobierno de Boric le válido al gobierno de Piñera. Nos preguntamos entonces ¿a los bolsillos de quienes va a parar toda esta ganancia?

Las cifras ya las conocemos, los estados financieros tanto de la italiana ENEL, como de la china CGE, son millonarias, incluso en el caso de CGE que adquirió la propiedad hace pocos años de un conglomerado español, donde uno podría esperar que con una inversión tal pasarían años hasta ver ganancias, pero no, son negocio ultra lucrativos.

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ENEL

El caso de Enel no es más familiar, solo estos últimos años para hacernos una idea del tamaño del negocio según informó el Diario Financiero con cifras de Bloomberg, para junio de 2023 Enel reportó utilidades por $113.743 millones y para junio de 2024 más que se duplicó alcanzando los $250.824 millones, lo que se traduce en un alza de un 120%, y una Rentabilidad sobre Patrimonio del 17,5%.

Enel es una empresa italiana, que se ha dicho que es de propiedad estatal italiana, lo que no es totalmente preciso, ya que aunque en un inicio era efectivamente una empresa estatal, durante los años noventa en el proceso de neoliberalización de ese país fue privatizada, pero donde el estado italiano compró el mayor paquete accionario, hoy de hecho sus acciones en ENEL corresponden al 23,6%, luego le siguen los grandes fondos de inversión, que en conjunto representan el 58.6 %, y tras estos los pequeños inversionistas con el 17,8%, esto según los datos del 2023 entregados por la misma empresa.

De entre los llamados grandes fondos de inversión que se benefician de nuestras cuentas, propiedad de grandes capitalistas que tiene más de la mitad de las acciones de ENEL, estos son en su mayoría norteamericanos que tienen el 42,7% de estas, seguidos de capitalistas del Reino Unido con un 12,7%, italianos con un 8,5%, y tras estos, países del resto de Europa que se reparten el 27,7%, y finalmente con un 8,4% capitalistas del resto del mundo. Una fotografía de cómo se reparten nuestras cuentas de la luz.

Y un alcance, como señala Fundación Sol, las AFP chilenas invierten desde el fondo de pensiones de las y los trabajadores casi 2 mil millones de dólares, en 12 empresas del rubro eléctrico, donde Enel y CGE concentran el 78,4% del total de las inversiones.

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El caso de CGE

Mucho menos familiar, y que en esta coyuntura ha estado pasando más bajo perfil, es la eléctrica china CGE, nombre de la histórica empresa que mantuvieron de sus antiguos dueños españoles, y previamente de capitales chilenos, pero que es hoy la filial chilena de la Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China (State Grid Corporation of China - SGCC), que en Chile atiende a más de 3,2 millones de clientes entre las regiones de Arica y Parinacota y La Araucanía.

SGCC es la empresa de servicio público más grande del mundo, es competidora directa de ENEL, aunque sería mejor decirlo al revés, ya que SGCC se ubica como la cuarta empresa a nivel mundial en términos de ganancias, donde ENEL recién aparece en el lugar 59 del listado planetario de tamaños de empresas por sus ganancias. Estas son las ligas donde las grande eléctricas se mueven, y desde donde vienen a hacer negocios millonarios en países semi-coloniales o dependientes.

En el caso de Chile, el negocio a sido grito y plata, como no podía ser de otra manera cuando el Estado le asegura al mercado todas las facilidades para reventar los bolsillos de la población, así se jactaba en abril de este 2024 el gerente general de CGE Iván Quezada sobre sus ganancias en la su junta de accionistas: “Pese al complejo escenario económico, el año pasado, la Compañía logró mantener una posición financiera y un crecimiento sostenido en sus resultados operativos. El EBITDA consolidado durante 2023 alcanzó los $156.074 millones, un incremento del 4,63% respecto del 2022. En el ejercicio, la utilidad atribuible a los controladores alcanzó a $12.089 millones en comparación con los $38.433 millones del año 2022”.

Una empresa que es una verdadera punta de lanza del capitalismo de estado chino, que sale ofensivamente a disputarle espacios de capital a los capitales imperialistas más clásicos, como en este caso serían los "italianos", y que tienen en estos países como Chile, así como en buena parte de la región un verdadero terreno en disputa por quien se queda con la mejor parte del negocio.

Pero mientras estas grandes potencias se pelean por sus espacios de negocios, que son asegurados ademas por el mismo Estado de Chile, la población recibe un pésimo servicio, con precios inflados, y ademas cargando alzas totalmente ilegítimas, deudas que la población no contrajo, pero que el gobierno de Boric ahora quiere hacernos pagar lo que Piñera acordó con esta empresas ilegítimamente.

Hoy, al contrario del cambio de concesión, está planteada la estatización del servicio eléctrico, de su generación, transmisión y distribución, pero no bajo la administración de burócratas estatales, sino bajo la gestión de sus mismos trabajadores y usuarios, otra forma de organizar la producción, que no base su funcionamiento sobre las necesidades de ganancias de un puñado de millonarios, sino que funcione en base a las necesidades de la población.