Tras tres días de ocupación, y mientras mantienen una guardia contra el vaciamiento, las obreras de Textil.com marcharon a Casa de Gobierno. Exigen una solución. Ninguna familia en la calle.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 24 de mayo 15:22
Foto. El Esquiu
Las obreras de Textil.com no dan el brazo a torcer. Como las docentes misioneras, están dando un ejemplo de lucha. Esta semana, los gerentes les dijeron "no vengan mañana" porque querían llevarse las máquinas por la noche y dejarlas en la calle. Pero les salió mal. Ciento cuenta trabajadoras y trabajadores fueron al lugar y lo ocuparon. Allí están desde ese día, reclamando su fuente de trabajo.
Este viernes decidieron salir a la calle, pero sin descuidar la fábrica. Dejaron una guardia y con la bandera marcharon hacia Casa de Gobierno a exigir una solución. Fueron acompañadas por organizaciones solidarias.
El empresario Carlos Villariño, luego de recibir millonarios subsidios y planes de trabajo del Estado nacional y provincial, se dio a la fuga. Además de planero, también es fugador. Sin embargo, desde el Gobierno quieren convencer a las obreras que dejen el lugar y que "las máquinas son del empresario".
No es lo que piensan las trabajadoras. El miércoles se hizo viral el video de Alejandra, una de esas textiles, arengando a sus compañeras: "¡Las máquinas son nuestras!" terminaron gritando todas. Era la conclusión coherente de cómo había sido el accionar empresario, desde la puesta de la planta hasta el intento de vaciamiento.
En una entrevista a Radio Informa, Alejandra contó que "ayer cuando vino un funcionario de Trabajo, ellos dijeron que la máquina corresponde al empresario pero nosotros sabemos con certeza que se las compró con fondos nacionales. Las máquinas nos correspondan a nosotros".
Alejandra ya la vivió. Cuando trabajaba en Tileye, un día la empresa cerró sus puertas y no dejó ingresar a sus trabajadores. Está claro que es un modus operandi. "Acá llegamos a tiempo". Alejandra se está por jubilar, tras 35 años en el rubro textil, pero les preocupa la situación de sus compañeras. "Ellos tenían la ilusión de su primer trabajo digno, verlos tristes estos días me mató, lloro porque le quitaron la moral, la dignidad y a los adultos como yo, nos quita la ilusión, es tratarnos de inútiles".
Pero esa misma tarde se pusieron de pie. Y marchan mientras ocupan. Querrán convencerlas de que se vayan, apretarlas, los mismos funcionarios que le hicieron favores de Villariño. Hay que difundir su lucha y que no quede ninguna familiar en la calle.
Que la empresa muestre sus cuentas. Si insiste en cerrar, hay que estatirzarla, con todo lo que ya le regaló el Estado ya está pagada. Y que funcione bajo gestión de las textiles. Basta de parásitos.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.