Luego del acto histórico de la Izquierda con jóvenes trabajadores y estudiantes de todo el país, se conoció la noticia de la muerte de Fidel Castro y la revolución se puso en debate. ¿Cómo seguimos?
Jesica Calcagno @Jesi_mc
Sábado 3 de diciembre de 2016
Se acercaba el acto del Frente de Izquierda y apenas unos días antes fue el triunfo del derechista Trump en EEUU. Tuvo un impacto mundial: en el corazón del imperialismo un multimillonario, machista y racista llegó al poder. Las consecuencias que tendrá este cambio todavía están por verse, pero la juventud y los trabajadores ya prendieron un alerta y se desataron movilizaciones. Fue un cimbronazo que atravesó la preparación del acto de Atlanta en la juventud: se debatía que la izquierda tiene nuevos desafíos en un mundo donde avanzaron alternativas por derecha a la crisis capitalista, y está en cuestión la representación de sus partidos tradicionales en muchos países. Sin ir más lejos, el triunfo de Macri en Argentina es parte de estos fenómenos, y los trabajadores, las mujeres y la juventud debaten cómo enfrentar el ajuste con un PJ que es parte de implementarlo en las provincias que gobierna.
Hablando de revolución
El acto en Atlanta estuvo colmado con más de 20.000 personas, una novedad a nivel mundial que la izquierda trotskista tenga esa capacidad de movilización. Lo que surge ahora es el desafío de cómo potenciar y desarrollar la fuerza y el entusiasmo que generó. Y más aún luego de la noticia de la muerte de Fidel Castro que puso en boca de todos la revolución. Muchos la pronunciaron para intentar clausurar cualquier idea de cambio anticapitalista, como Trump y tantos otros. Pero entre millones de jóvenes en todo el mundo, sin embargo, significó despertar el imaginario sobre esta revolución triunfante. Desde el trotskismo, queremos reabrir el debate sobre cómo defender las conquistas de la revolución cubana, en peligro por las propias medidas regresivas de injerencia y apertura a capitales extranjeros que tomó el castrismo, llegando a la reciente visita de Obama a la isla. Cómo defender que la revolución expropió a la burguesía y a los terratenientes, el trabajo para todos, la alfabetización, la salud y educación de calidad, sólo puede comenzar con una “revolución dentro de la revolución”, que derribe el régimen político de partido único, para darle voz al pueblo trabajador cubano en la toma de decisiones, terminando con la casta privilegiada que está al mando del estado. ¿Cómo impactaría en nuestro país que los miles que estuvimos en el acto desarrollemos estos debates en nuestros lugares de trabajo, de estudio, en los barrios? No hay dudas que sería una verdadera expansión de las ideas de la izquierda y la revolución.
En Atlanta la juventud vibró atentamente con los discursos que planteaban una perspectiva frente a este panorama: “Esa juventud tiene un desafío enorme que es unirse con la clase trabajadora en todo el mundo bajo un programa y proyecto anticapitalista”, dijo Nicolás del Caño en el cierre. Porque estamos frente a profundos cambios mundiales, donde los gobiernos que se postularon como alternativa al neoliberalismo, demostraron que su interés de clase es contrario los trabajadores. Están floreciendo movimientos juveniles y estudiantiles, de trabajadores, mujeres, latinos y afroamericano, en respuesta a los gobiernos que buscan pilotear la crisis capitalista a favor de banqueros y grandes empresarios. Pero esos movimientos van a disiparse si la juventud en todo el mundo no se propone construir una alternativa superadora junto a los trabajadores, que unifique todos estos reclamos. Hoy, al estar divididos, no sólo debilitan la lucha por sus propias demandas particulares, sino que terminan jugando a favor de salidas por derecha que, como Trump, se apoyan en la división entre trabajadores en blanco y los inmigrantes para sus ataques. La única utopía es confiar la resolución de los grandes padecimientos sociales, al propio capitalismo que los engendra y reproduce, o creer que la lucha por justas demandas parciales podrán conquistarse o sobrevivir peleando divididos y sin ligarse a la clase que es el corazón de la sociedad y todo lo mueve: los trabajadores.
A la pregunta que recorrió la popular de Atlanta de “¿cómo seguimos?” creemos que tiene que ser desde este proyecto emancipador. A los cientos de compañeros que vienen desarrollando una militancia común con la Juventud del PTS y Pan y Rosas en universidades, colegios, terciarios, lugares de trabajo, en locales barriales de todo el país: queremos proponerles que construyamos juntos la alternativa superadora que necesita los tiempos que corren, obrera, anticapitalista, antiimperialista, socialista y revolucionaria, que unifica la lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores.
Queremos dar un paso mayor a la experiencia que venimos desarrollando en común, para que se incorporen a militar en la Juventud del PTS y construir un partido de la clase trabajadora por el socialismo. Un proyecto que vuelva a poner la revolución socialista como perspectiva necesaria, que supere la división de las filas obreras, y la de los distintos movimientos de lucha y resistencia, que sólo le sirve a los gobiernos de empresarios, desde Trump y Hillary, hasta Macri y Cristina.
Queremos proponerles que tomen partido por los explotados y oprimidos, y hacerlo con el objetivo de amplificar estas ideas en los lugares de trabajo y estudio, poniendo en pie amplias agrupaciones con todos esos compañeros y compañeras con los que hoy confluimos o podemos confluir en distintas peleas parciales. Para intervenir en la realidad apostando a desarrollar sectores que tomen las ideas de la izquierda en sus manos. En los centros de estudiantes enfrentando a las autoridades, a las agrupaciones radicales, del PRO y el PJ, dando una disputa en el terreno ideológico. En fábricas y sindicatos, enfrentando a los patrones y sindicalistas traidores. Para que en cada fenómeno de lucha progresivo que surja, ampliemos la organización y la pelea por una perspectiva independiente, autoorganizada y junto a los trabajadores.
Que sea el comienzo
La cancha de Atlanta llena y los dos grandes hechos mundiales como el triunfo de Trump y el debate sobre la revolución cubana, nos ponen el desafío de construir una nueva generación militante de la juventud con las banderas del socialismo internacional para terminar con la barbarie capitalista. Queremos que este sea el inicio de un intercambio con todos aquellos jóvenes que simpatizan con el Frente de Izquierda. Para que desarrollemos durante los próximos meses, en común con nuevos jóvenes que compartan peleas parciales, cuáles son las tareas concretas del movimiento estudiantil, obrero y de mujeres. Que las páginas de La Izquierda Diario se transformen en difusoras de las resoluciones, debates, propuestas y desafíos de esas agrupaciones que se pongan en pie. En lo inmediato tenemos por delante la preparación de la jornada del próximo 20 de diciembre a 15 años de las jornadas revolucionarias del 2001 que se propuso en el acto del Frente de Izquierda, y las campañas en defensa de las fábricas recuperadas Zanon y MadyGraf. Que sea el comienzo!
Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.