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Red Internacional
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Lawfare, malmenorismo y restauración del régimen ¿Cómo salir de este círculo vicioso?

Estamos asistiendo, al mismo tiempo, a una nueva ofensiva de lawfare de la derecha y a una operación de Sánchez para sobrevivirse tras el mantra malmenorista. Hay que romper este círculo vicioso y construir una izquierda independiente de los partidos capitalistas, contra el régimen y que pelee por una salida anticapitalista y socialista.

Santiago Lupe

Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN

Jueves 25 de abril

¿La ofensiva de la derecha contra Begoña Gómez y la querella de Manos Limpias es parte de sus operaciones de lawfare para provocar un adelanto electoral y evitar o revertir la aplicación de la amnistía? No hay duda ¿El retiro a reflexionar de Sánchez es otra maniobra para intentar sobrevivir se bajo el mantra del "que viene la derecha"? También

La corrupción, cuando sale a la luz, es síntoma de las peleas por arriba. La ola de escándalos que llevan saliendo a la luz desde hace más de una década no se puede separar de la crisis que atraviesa el régimen desde, al menos, 2011. Una mancha de aceite que ha pringado a todos los partidos del régimen y ha llegado hasta la Zarzuela.

¿Quiere decir esto que no había corrupción antes? En absoluto. Las corruptelas entre casta política y empresas son la norma de las democracias capitalistas. Algunas quedan por fuera de la ley, otras no tanto. Cuando las pugnas por arriba arrecian, todos empiezan a levantan la alfombra y salen los muertos escondidos, que los hay de todos los gustos.

Por eso, reconocer que estamos ante el enésimo intento de lawfare de la derecha, no implica sumarse a los cánticos en defensa de Begoña Gómez, una ejecutiva que, como todos los de su especie, viven de saber usar sus relaciones e influencias para medrar y hacer medrar a las empresas en las que trabajan.

Dicho esto, lo más relevante es que estamos ante un nuevo episodio de la intervención de la Judicatura. Una casta intocable, guardiana de las esencias del régimen y de los intereses de las grandes empresas, que a través de causas, causejas y otros montajes, se han convertido en árbitro y jugador desde hace años de la realidad política.

Hoy la derecha es la que saca más provecho de esta casta reaccionaria. La Judicatura es un claro baluarte del proyecto de "restauración conservadora" del régimen, en clave autoritaria y recentralizadora. Pero su encumbramiento a este papel, no fue obra solo del PP. El PSOE fue parte fundacional de este mismo proyecto de restauración que tuvo su pico en el discurso de Felipe VI el 3-O en su guerra contra el independentismo.

Que el PSOE del 155, el que dirigió la acusación de la Abogacía del Estado en el juicio del procés, que lleva años usando el Constitucional para vetar leyes aprobadas en parlamentos autonómicos - entre ellas leyes de regulación de alquileres como la catalana que tumbó al pedido de la patronal inmobiliaria -, que ha usado a los jueces para bloquear investiduras en el Parlament... ahora hable de lawfare, no deja de ser, cuanto menos, paradójico.

No estaría mal que alguien le recordara a Pedro el viejo refrán de "aquellos polvos, estos lodos". También le podría ayudar a entender lo que le está pasando a su familia. El presidente ahora considera inaceptable el ataque a su mujer. Pero es el mismo presidente que aprobó escuchas ilegales de conversaciones personales por medio de Pegasus. Es también el mismo que autorizó que policías se infiltraran en los movimientos sociales y el independentismo, y establecieran relaciones sexo afectivas para sacar información.

El endurecimiento de la ofensiva de la derecha amenaza con llevarse por delante a la esposa del presidente ¿Esto podría ser un golpe mortal para el gobierno de coalición? Sí, pero no es la única. La "restauración progresista" sin el concurso de la derecha y el rey tiene las patas cortas. Algo que, por otro lado, esto demuestra lo disfuncional que se ha vuelto el régimen del 78.

Las elecciones vascas dejaron el frente norte estable, pero no será así con las catalanas. La previsible victoria del PSC es la crónica de un golpe institucional - el 155 - de efecto retardado. Si se consuma, Junts es muy posible que simplemente les dejé caer al gobierno retirándole el apoyo en el Congreso. Si fuera así, Sánchez pedecería en el mismo acto que consolida la restauración autónomica catalana. Todo un sacrificio personal en el altar del 78.

Pero el autor de "Manual de resistencia", no parece que se vaya a rendir. El paréntesis de reflexión de Sánchez es más bien el arranque de una precampaña o un intento de salvarse, al menos un tiempo más. La campaña de "Pedro, no te vayas", le sube el precio a los socios parlamentarios - incluso a Junts - para dejarlo caer. Él se presenta hoy como la víctima tras la que deben postrarse todos los defensores de la democracia y el progreso ¿Qué "desalmado" le retiraría su apoyo después de esto?

Esta campaña la puede hacer gracias a una derecha galvanizada en clave destituyente, sobre todo desde el 23J y la aprobación de la Ley de Amnistía. Pero también gracias a Sumar, ERC, Bildu... y el mismo Podemos. Todos ellos llevan años abonando la idea de que la única alternativa a la derecha es ser furgón de cola del PSOE. Parar a la derecha apoyando o siendo parte de un gobierno que le compra y le aplica gran parte de su agenda económica, anti-inmigración, de defensa o de defensa de las esencias del régimen. Este ha sido el mantra "malmenorista".

En la previsible y enésima crisis política del régimen del 78 sigue sin haber un bando progresivo. Contra la derecha, el social-liberalismo y la izquierda reformista que se suma al "Pedro y el caos" (y la que ahora no se suma hasta que no le den un ministerio), hay que construir una izquierda independiente de los partidos capitalistas, que luche contra el régimen del 78 y una salida anticapitalista y socialista.


Santiago Lupe

Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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