×
×
Red Internacional
lid bot

Copa América. Lo que dejó el segundo puesto de Argentina

Por virtudes de Chile y errores propios, la selección argentina perdió la final de la Copa América, donde no pudo desarrollar el juego que demostró durante la competencia.

Pablo Maltz @pablomaltz

Lunes 6 de julio de 2015 00:42

Foto: sitio MundoD

En ningún balance deportivo se puede excluir el resultado, aunque la diferencia entre victoria y derrota consista en apenas dos penales. Tampoco se llega a una final de casualidad y estos jugadores en un año disputaron las dos más importantes como selección.

En esta nueva etapa, con la impronta del Tata Martino, se destaca una idea de juego que pudo verse en la mayoría de los partidos, con la inclusión de Pastore como armador y una vocación más ofensiva que la anterior. Siempre buscando el equilibrio del equipo, modificando a los jugadores si la estrategia inicial no funcionaba, pero sin cambiar la forma de atacar. Ejerció una presión permanente cuando la pelota la tenía el rival, con un desgaste que solamente le permitió llevarla a cabo en los primeros tiempos.

La propuesta implicó dejar al descubierto la defensa ante eventuales contraataques, producto de las subidas constantes y acertadas de Zabaleta y Rojo. Tampoco hay que restarle mérito a una selección chilena con grandes figuras y sobre todo un equipo compacto, con mucha maduración producto de haber conservado el mismo estilo de juego desde la época de Bielsa hasta esta parte.

De no haber cambios abruptos en el cuerpo técnico y de jugadores, las eliminatorias del Mundial Rusia 2018, que comenzarán en octubre de este año, encontrarán una selección Argentina con una base de jugadores consolidada y un escenario propicio para incluir a jóvenes que ya dejaron de ser promesas y son una realidad, como Carrillo e Icardi, entre otros.

Si bien la final dejó una sensación de desconcierto, el equipo del Tata desplegó pasajes de buen fútbol, más aún si tenemos en cuenta el poco tiempo de trabajo. Es un buen grupo y tiene aspectos para mejorar.

No es momento de comprar los discursos apocalípticos que intentan dar respuestas a partir de chivos expiatorios: “el que no aparece en la final”, “los que erran los penales”, “el que no puso a tal jugador”, etc.

En el fútbol, como en todo juego colectivo, no se puede analizar por un lado a la dirigencia, escindida del cuerpo técnico y por otro lado a los jugadores. La responsabilidad es compartida y el buen funcionamiento depende de todas las partes. Nunca hay que olvidarse que enfrente se encuentra otro equipo con las mismas expectativas y también buscando ser el primero.