Con los pañuelos verdes colgando de sus mochilas, sus banderas y pancartas, cientos de secundarios marcharon desde el ENAM a los tribunales de Lomas, exigiendo verdad y justicia por Anahí. Repudiaron la causa plagada de irregularidades y destacaron la importancia de ganar las calles para luchar por el esclarecimiento del caso.
Miércoles 19 de febrero de 2020 20:03
Luego de una ardua lucha de más de dos años, el martes 18 de febrero se dio inicio al juicio por el feminicidio de Anahí Benítez, la adolescente de 16 años secuestrada y asesinada en 2018 en la cuidad de Lomas de Zamora. Como anunciaron desde las redes sociales, los y las estudiantes, encabezados por su centro de estudiantes (CEENSAM), comenzaron a reunirse en la puerta de la escuela desde las 8 h. Pasadas las 9 se encolumnaron para marchar hacia los tribunales de Lomas de Zamora.
La bandera del CEENSAM encabezaba la marcha, seguida por cientos de adolescentes que se unían en un solo grito: Anahí Benítez, ¡PRESENTE! Entre ellos se mezclaban algunos compañeros de Anahí, quienes estuvieron a la cabeza de la lucha durante 2017, y otros tantos que no la conocieron, (incluso que eran muy pequeños en ese momento) pero que hoy, con enorme valentía, siguen la lucha por su compañera. Por verdad y justicia por Anahí.
Los carteles en sus manos y mochilas, donde colgaban los pañuelos verdes y naranjas, las trompetas y batucada, los cánticos a pura garganta acompañados por un megáfono, las cañas con las banderas, el enojo y la tristeza (que se percibía en el aire), devenidas motor de lucha, le daban un tinte peculiar a la movilización que recorrió casi 3 kilómetros surcando Banfield y haciéndose ver. En pleno febrero, les pibes volvieron a copar las calles, sus calles.
Las compañeras de Pan y Rosas, de la Secretaría de Género y Diversidad Sexual de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) y de la agrupación Marrón Docente en el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) del Suteba Lomas se hicieron presentes en la movilización. También participaron el CEILZ, la UJS, Tinta Roja, Barrios de Pie, y otras organizaciones zonales y estudiantiles.
Ludmila y Quimey, presidenta y vice del CEENSAM, tomaron la palabra antes de arrancar la movilización: "No tendríamos que estar acá, porque Anahí no tendría que faltar de su casa. Vamos a marchar por Ana. Si no conseguimos justicia por esta burocracia de mierda, la vamos a conseguir en las calles. Que nunca se olviden del nombre de Anahí. No vamos a tener justicia hasta que nos digan todo lo que pasó con ella en esos días, hasta que nos digan porque la encontraron en un lugar que ya habían rastrillado".
"No normalicemos esto. No nos rindamos nunca, loco. Porque las cosas se cambian en las calles. No hay otro lugar para hacerlo", agregaron con vigor.
A las diez y media de la mañana, ya estaban todos asentados en la puerta de los Tribunales de Larroque. Pegando carteles con el rostro de Anahí en cada pared que se cruzase. Abrazándose y acompañándose entre sí, dando muestra, una vez más, de la importancia de transformar el dolor y el enojo, en lucha y organización.
Desde La Izquierda Diario entrevistamos a Ludmila y Valentina del Censam:
El juicio por el femicidio de Anahí que comenzó ayer, tiene lugar en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de Lomas de Zamora, cargo de los jueces Elisa López, Roberto Conti y Roberto Lugones y la acusación del fiscal Hugo Carrión. Se presume que continuará durante 6 semanas para que desfilen los más de 90 testigos. Los dos acusados, Marcelo Villalba y Marcos Bazán, se negaron a declarar en la primera jornada del juicio.
La comunidad educativa del ENAM denuncia la responsabilidad del Estado y de las fuerzas represivas ante una causa llena de irregularidades en la instrucción, peritajes fraguados, pruebas plantadas y que no tiene en el banquillo de los acusados a otros responsables del asesinato de Anahí Benítez. Además, cabe destacar que meses después del femicidio de la joven, luego de varios allanamientos en distintas comisarías de Lomas de Zamora y en la Jefatura Distrital de Lomas Norte fueron detenidos integrantes de las fuerzas policiales por participar en red de trata que actuaba en el distrito.
El caso de Anahí no está aislado. Lomas de Zamora es una de las ciudades del conurbano que registra la mayor cantidad de femicidios de la Provincia de Buenos Aires. Esta realidad, es la manifestación última de una violencia que tiene distintas expresiones y, en cada una de ellas, el Estado y sus instituciones son responsables porque dan la espalda a la situación que viven las mujeres, sin impulsar medidas elementales, tanto por falta de decisión política como de ajuste en las partidas presupuestarias, como el que estamos viviendo a pedido del FMI.
Por otra parte, en el municipio de Martín Insaurralde, se reproduce y avala la impunidad con la que se manejan las instituciones municipales que precarizan a las mujeres trabajadoras, las despiden injustamente y cuando quieren reclamar por defender su ingreso, solo recibe el hostigamiento por parte de los directivos. Es el caso de Laura Cazal, trabajadora del hospital Alende de Ingeniero Budge, tratada como trabajadora descartable por funcionarios de la Dirección de Género lomense. Pareciera que para la intendencia la situación de las mujeres no es una prioridad, como lo manifestaron también los familiares y amigos de Yésica Noguera, otro de los casos de femicidio ocurrido en Lomas de Zamora, cuando denunciaban la falta de recursos para prevenir y acompañar a las mujeres en situación de violencia, en la ciudad donde más femicidios se registraron.
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Ante las irregularidades en el caso del femicidio de Anahí Benítez y para dar pelea contra todo tipo de violencia machista, se torna imprescindible la organización y la movilización de manera independiente de los gobiernos de turno (nacional, provincial y distrital) y desarrollar una amplia campaña en los colegios y en los lugares de trabajo de la zona para lograr la coordinación con otros sectores de estudiantes y el más amplio apoyo de las organizaciones, partidos y movimientos que se solidarizaron, en este caso, con la comunidad educativa del ENAM.
Los estudiantes, los compañeros de Anahí, lo saben. Lo expresan en cada cantito, en cada oportunidad que tiene de alzar su voz y ser escuchados. La única manera de lograr justicia, es con la verdad. Esclareciendo este caso plagado de irregularidades donde el Estado, su policía, sus medios, sus políticos, su justicia, tienen una responsabilidad clara. Hay que seguir redoblando, con todas nuestras fuerzas, esa lucha y organización.
¡Anahí Benítez, presente! ¡Verdad y justicia!