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Red Internacional
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EDUCACIÓN. Los beneficios del IBEX 35 en lo que va de año equivalen a 6 veces el presupuesto para educación en España

Los beneficios del IBEX del primer semestre de 2022 crecen 8 veces más que los salarios desde el comienzo de la pandemia, y darían para abastecer más de 6 veces la sanidad pública.

Miércoles 9 de noviembre de 2022

En un contexto en el que la inflación y los precios no paran de subir (en octubre, la inflación cerró con un 7,3% interanual, la situación económica no está dañando a todos los bolsillos por igual. Mientras que la gran parte de los trabajadores ven cómo sus salarios se mantienen congelados o con subidas irrisorias por debajo de la inflación, las empresas del IBEX acumulan entre todas beneficios récord.

Las empresas energéticas y la banca son las que más incrementan sus beneficios, que son, de conjunto, un 60% superiores a los registrados en 2019. Mientras, los sueldos de los trabajadores de conjunto se revalorizaron durante ese mismo periodo a un 7,4% de media según datos del INE, es decir, ocho veces menos que los beneficios del IBEX.

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Entre todas las corporaciones suman entre enero y junio de 2022 unos beneficios totales de 31.310,5 millones de euros, una cifra un 12,7% superior a la registrada en el mismo periodo de 2021 y el 61,6% superior a la registrada en 2019, antes de la pandemia.

Mientras los próximos Presupuestos Generales se nos venden como los más sociales de la historia por el gobierno, aunque incrementan el gasto militar y en Defensa hasta los 27.617 millones de euros entre las partidas de Defensa y las repartidas en otros ministerios y programas de modernización, pero no dotan suficientemente partidas como las de sanidad y educación que llevan décadas de recortes, los beneficios empresariales serían suficientes como para aumentar en seis veces el presupuesto educativo y corresponden a casi 29 veces el gasto en la Sanidad Pública Madrileña, que está sometida a un brutal ataque en este momento con el cierre de las Urgencias extrahospitalarias.

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Se trata de una prueba más de cómo hay riqueza suficiente para satisfacer todas las necesidades sociales. El problema es que se halla secuestrada por una pequeña minoría de la población, que es propietaria de algunas de las empresas más ricas del Estado y que se lucra mediante la explotación del trabajo de sus trabajadores, a los que obviamente no paga acorde a sus beneficios, como es el caso de Inditex.

Además, llama la atención que los mayores incrementos de beneficios se concentren en los sectores bancario y energético. Mientras que los niveles de consumo eléctrico no se han visto incrementados, los precios se hallan inflados con la excusa de la guerra en Ucrania. Lo que todo ello muestra es que mientras que gran parte de la clase trabajadora del Estado español ve que su salario cada vez cubre más míseramente sus necesidades básicas, el IBEX vive en una realidad paralela en la que no hay crisis alguna.

El incremento del beneficio de estas empresas se debe, principalmente, a que los hogares en el Estado español siguen endeudados. Hay todavía 24 millones de hogares con hipotecas, lo que explica los beneficios bancarios. Un tercio de ellos, además, está sujeto a hipotecas de tipo variable, que en su reactualización se han incrementado una media de 180 euros por hogar. Y ese aumento podría duplicarse el año que viene si la previsión de subida de tipos se mantiene.

Además, según la agencia de consumidores FACUA, el encarecimiento de la luz se sitúa en un 70%, mientras que el del gas lo hace en un 30%, lo que explica que Iberdrola, por ejemplo, se embolsara entre enero y septiembre de 2022 3.104 millones de euros.

En este contexto, el impuesto extraordinario a las eléctricas, así como el resto de los impuestos ordinarios son solo un pequeño porcentaje de este beneficio, que no corresponde al obsceno incremento señalado. Por si fuera poco, el proyecto de Presupuestos para el próximo año incluye ayudas a esas mismas eléctricas por valor de 1350 millones de euros, lo que supone la devolución casi completa de lo recaudado vía impuestos extraordinarios.

En un momento de profunda crisis como el actual, donde tras la debacle de 2008, la pandemia y la guerra en Ucrania, los sectores populares y la clase trabajadora están enormemente golpeados, el incremento de los beneficios empresariales muestra una vez más la irracionalidad de este sistema. Un sistema que se basa en el enriquecimiento sistemático de un pequeño porcentaje de la población, mientras se condena a la precariedad y la pobreza a una gran mayoría.

Pero este sistema no es el único posible. Solo con la expropiación de las grandes fortunas acabaríamos con una parte importante de la miseria y de los problemas asociados a ella. Todos esos millones que se embolsan Ana Botín y sus amigos podrían ser empleados en sanidad y educación públicas o en mejorar los servicios médicos de salud mental y parar con la pandemia de ansiedad y depresión actual, por ejemplo.

Y es que no se puede sostener el cuento neoliberal de que “el pobre lo es porque quiere” en un contexto en el que la mayor parte de la clase trabajadora subsiste con más de un trabajo, a menudo precario, y aun así ve como no deja de perder poder adquisitivo. Es el momento de poner fin a esta estafa y expropiar el beneficio privado, así como nacionalizar sectores clave como el energético y el bancario, y ponerlos al servicio del bien común. Es urgente obtener el control de la economía y que deje de estar al servicio de los intereses capitalistas.