Las contraofertas de los bonistas se ubican alrededor de un 60% del valor original de los bonos. Desde el Gobierno, según declaraciones en los medios, la negociación estaría “encaminada”. En medio de la crisis buscan arrodillarse ante los fondos buitre.
Matías Hof @HofMatias
Martes 19 de mayo de 2020 00:35
El viernes vence el nuevo plazo establecido por el Gobierno para que los acreedores acepten la propuesta de reestructuración de deuda. Las contraofertas dadas a conocer este lunes no darían tiempo para llegar a un acuerdo antes de este fecha, pero de ambos lados de la negociación surgen declaraciones de un posible acuerdo en las próximas semanas, el Gobierno se sometería a gran parte de las pretensiones solicitadas.
Los fondos de inversión presentaron sus demandas unidos en tres grupos: BlackRock, Fidelity, Ashmore y otros conformaron el Ad Hoc Bondholders Group; Greylock, Gramercy, Fintech el Bondholders Group; Monarch y BHK Capital el Exchange BondHolders Group. Los primeros son los que se ubican como los más rígidos, al proponer un valor del 60 dólares por cada 100, según los cálculos realizados por los especialistas. El segundo y tercer grupo, que actúan de forma coordinada, ofertaron un canje que decantaría en cobrar 58 dólares por cada 100. Siempre teniendo en cuenta que la baja es sobre los intereses, obteniendo a fin de cuentas ganancias muy superiores a las que se obtienen con bonos de la mayoría de los países.
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La propuesta con la cual el Gobierno abrió la negociación incluía, en términos generales, una quita de capital de 5,4% y de 62% para los intereses, y un período de tres años de gracia; un 40% del valor nominal de los bonos. Martín Guzmán tendrá que reelaborar esas cifras para buscar llegar a un acuerdo con los acreedores, como viene afirmando ser su intención hace semanas. Otorgando así ganancias todavía más altas a los fondos buitres, en un contexto de crisis internacional donde no abundan los negocios rentables.
La predisposición del Gobierno a seguir negociando hasta el último momento para evitar el default llevaron al riesgo país a caer hasta la zona de los 2.700 puntos durante el lunes. Los bonistas y los “mercados” festejan el clima de acuerdo.
Diego Ferro, fundador de M2M Capital, según declaraciones al diario La Nación, afirmó: "El Gobierno está desesperado por arreglar, y ese es el problema principal. El otro lado lo sabe. Todo el mundo sabe que el Gobierno va a aumentar la oferta hasta que sea necesario. No creo que los fondos se muevan mucho de las propuestas que hicieron". Los hombres del “mercado” muestran su confianza y declaran que la gestión de Alberto Fernández está a su servicio.
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Federico Furiase de la consultora Eco Go dijo que “el Gobierno tiene margen para cerrar un deal en un valor presente neto de 50 a 55 dólares a una exit yield de 10% por ciento. Quizás negociando un período de gracia de dos años y capitalizando los intereses”. Y agregó: “Si no se llega al plazo del viernes, pero el Gobierno manifiesta su voluntad de seguir negociando, no creo que haya aceleración de bonistas y se podría alcanzar un deal después sin daño colateral en el medio”. De seguir este camino el viernes la Argentina entraría en default por unos días o tendría que negociar una extensión formal con los bonistas, pero, más allá de la fecha, firmaría una concesión de miles de millones dólares para seguir pagando una deuda de origen ilegal y carácter ilegítimo.
La alternativa para que la crisis no la paguen los trabajadores y priorizar destinar los fondos a combatir la pandemia del coronavirus es declarar el desconocimiento soberano de la deuda, como plantea el Frente de Izquierda. Una deuda contraída para pagar deudas de los empresarios y financiar la fuga de capitales no tiene por qué ser reconocida.
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