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Red Internacional
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Entrevista. Los garífunas en lucha por sus tierras enfrentan un plan de genocidio en Honduras

A más de 8 meses del secuestro de cuatro jóvenes líderes defensores de tierras de la comunidad garífuna de Triunfo de la Cruz en el norte de Honduras, el pueblo no ha tenido ninguna respuesta sobre su paradero. Ante la inacción y el encubrimiento por parte del gobierno, la comunidad decidió en febrero poner en pie un comité para la búsqueda de los desaparecidos.

Viernes 26 de marzo de 2021 20:41

En los últimos años se han multiplicado los casos de persecución judicial, torturas y asesinatos en esta zona, en el marco de la lucha de las comunidades garífunas por la defensa de sus tierras contra el Estado de Honduras y empresas privadas, que buscan desplazarlas para la construcción de emporios turísticos y la explotación de sus recursos naturales. Solo en el último mes fueron asesinados cuatro garífunas en las comunidades de Masca y Corozal, entre ellos el presidente del patronato (consejo comunitario) de Corozal, Martín Pandy, y fueron detenidas dos activistas en Trujillo, que siguen procesadas. En una declaración reciente, la organización local OFRANEH (Organización Fraternal Negra Hondureña) denunció un plan de genocidio contra el pueblo garífuna llevado adelante por el Estado con el objetivo de lograr su desplazamiento definitivo. Conversamos sobre esta situación con César Benedith, miembro de OFRANEH, líder de la comunidad y ex presidente del patronato de Triunfo de la Cruz.

LID: ¿Nos puedes contar sobre el contexto en el que se producen los asesinatos y las detenciones recientes en las comunidades garífunas?

CB: Nosotros sentimos, como dirigentes de las comunidades garífunas, que el gobierno, juntamente con los empresarios de este país están llevando adelante un despojo sistemático a las comunidades garífunas. Estamos siendo amenazados y criminalizados, y los dirigentes garífunas de diferentes comunidades están siendo asesinados por los intereses de estos políticos y algunos empresarios de nuestra región. Como ellos manejan todo lo que es la justicia, o la injusticia, en nuestro país, si no logran asesinarnos, logran criminalizarnos. Y da miedo porque muchas comunidades están quedándose sin dirigentes, sin líderes que se pongan al frente, especialmente para tomar medidas para la protección de las tierras.

LID: ¿Cuáles son los intereses que hay detrás de esta violencia que sufre el pueblo garífuna?

CB: El estado quiere apoderarse de los recursos naturales que tienen los pueblos indígenas de este país. Ellos ven nuestra tierra como un recurso al que tienen que acceder para seguir produciendo dinero, sin importarles que tengan que desplazar a las comunidades que estamos viviendo a la orilla del mar. Y cuando nosotros salimos a defender nuestro territorio, somos criminalizados y muchas veces asesinados. Incluso un ministro de turismo dijo que su sueño era ver a Honduras convertido en un Cancún. Por ende, nosotros sentimos que somos un estorbo para el Estado de Honduras.

LID: En 2013 se presentó una denuncia de la comunidad garífuna contra el Estado de Honduras ante la Corte Interamericana por los Derechos Humanos para que se reconozcan los derechos ancestrales de la comunidad garífuna sobre sus tierras y sus títulos de propiedad comunal. En el 2015 la Corte dictó una sentencia a favor del pueblo garífuna. ¿Nos puedes contar sobre esa demanda y la respuesta del Estado a la sentencia?

CB: Correcto. En mi comunidad, Triunfo de la Cruz, nosotros tenemos una demanda ganada internacionalmente al Estado de Honduras en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque tenemos un título de dominio comunal. Aquí dentro de nuestra comunidad no existe la propiedad privada. Sin embargo, ha entrado gente acompañada por la municipalidad [vecina] de Tela para construir sus complejos aquí, cuando nosotros no somos casco urbano de la ciudad de Tela. Somos vecinos, pero tenemos un título que nos protege a nosotros y al Estado le ha valido un comino. No ha querido darle cumplimiento a la sentencia; se ha negado a darle cumplimiento.

LID: El 18 de julio del año pasado ingresó a tu comunidad, Triunfo de la Cruz, un grupo de hombres armados con uniforme policial que secuestraron al presidente del patronato de tu comunidad, Sneider Centeno, junto con otros tres líderes garífunas y un allegado a la comunidad. ¿Nos puedes contar qué sucedió ese día y qué se sabe desde entonces de este caso?

CB: Eran las 5 de la mañana, del día 18 [de julio] cuando un pescador, que estaba alistándose para ir a la pesca, viene y empieza a tocarme la puerta de la casa. Me dice “¡Levántate, levántate, César! Se están llevando al presidente, a Sneider”. Cuando salgo justamente en frente de mi casa se estaban moviendo los vehículos para ir a sacar al otro compañero, a Suami Aparicio Mejía. Inmediatamente hago una llamada al 911, a la policía de Honduras, y nos dicen “Ya le vamos a mandar una patrulla”. Mientras estaban sacando a Suami y a Milton tardaron aproximadamente 38 o 40 minutos dentro de la comunidad. Si en el 911 hubieran pasado la llamada a la policía, como ellos dicen, ellos pudieron haber llegado y encontrado a estos malhechores acá. Porque de Tela, donde está la policía, a la comunidad en vehículo lo más que puedes tardar son 8 minutos. Entonces fue un plan en el que estaba involucrada la policía y el 911.

Empecé a decirles a los compañeros “Vamos a hacer una barrera”, porque la comunidad solo tiene una entrada y una salida; no podían salir por otro lado, tenían que regresar por ahí. Entonces empezamos a organizarnos. Levantamos a toda la gente del barrio y pusimos cuerdas y piedras. Cuando ellos vieron a las personas que estábamos en la calle, levantaron sus armas, pero gracias a Dios no dispararon ninguna bala. Cuando vimos el peligro, dije “No creo que sean policías, entonces lo que tenemos que hacer es abrirnos y dejarlos. Porque ellos no vienen a dialogar. Y quizás, si nos quedamos, nos van a matar”. Entonces bajó uno del grupo [de secuestradores] y quitó las piedras del camino que nosotros habíamos puesto. Y luego arrancaron en los 3 vehículos. En los vehículos había 13 o 14 personas con chalecos con la insignia de la DPI (Dirección Policial de Investigaciones). Todos llevaban chaleco y también pasamontañas.

Nosotros creíamos que ellos iban para Tela, entonces empezamos a llamar. Una hora después me devuelven la llamada del 911 y me preguntan qué es lo que está pasando. Le digo “Quiero saber si hay una orden de parte del juzgado de la policía para que haya un allanamiento a las 5 de la mañana, que es el momento en que sacaron a nuestro compañero Sneider”. Ellos dijeron “No, no sabemos nada de un allanamiento, pero vamos a investigar”. Entonces ese día a la tarde tomamos la carretera, porque ya vimos que estaba involucrada la policía y el 911 en ese caso. Hasta hoy no tenemos respuesta. La policía tiene una cámara en la única entrada y la salida de vehículos en nuestra comunidad y cuando nosotros preguntamos por las cámaras nos dijeron que la cámara estaba desactivada.

El Estado mandó a todo su ente investigador a Triunfo de la Cruz. Pero no venían con el objetivo de encontrar a los compañeros, sino de encontrarles culpabilidad a ellos. No nos dieron respuesta y nosotros mismos pedimos al Estado que parara de mandar este tipo de investigadores. Hasta estos momentos, no tenemos información concreta sobre cuál es el paradero de los compañeros. El Estado se ha llamado a un silencio.

LID: Sneider había estado luchando por la defensa y recuperación de las tierras de la comunidad. ¿Nos puedes contar sobre las luchas que estaba dirigiendo?

CB: Sneider y los compañeros estábamos luchando contra la deforestación de nuestros bosques. Y en varias ocasiones, el compañero Sneider afrontó a gente que estaba ahí. Tenemos información de que son ganaderos y palmeros vinculados con el narcotráfico. Han deforestado más de 15 manzanas de tierra a la orilla del río para la producción de aceite de palma. Son tierras que son de la comunidad de Triunfo de la Cruz. Sin embargo, han entrado con fuerza, con armas. También hemos recibido información de que han dicho que ningún presidente del patronato ni ningún miembro de la comunidad de Triunfo de la Cruz va a ir a sacarlos de ahí, porque si no van a pagar con la vida, así como lo pagó el compañero Sneider.

LID: El 18 de febrero de este año la comunidad lanzó un comité para la búsqueda de los desaparecidos. ¿Nos puedes contar sobre eso?

CB: Al ver que el Estado no nos quiere dar respuesta, se decide hacer esa organización, SUNLA, que significa en garífuna “Que se termine”. Se toma la decisión de hacerlo con gente de confianza, tanto a nivel nacional como internacional, para buscar información y poder encontrar las respuestas que nosotros necesitamos por nuestros medios, a través de esa organización. Porque al final sentimos que el Estado de Honduras está ocultando las cosas y ésta es la única arma que nos queda a nosotros para poder quizás dar con el paradero de nuestros compañeros.

LID: El 4 de marzo asesinaron a Martín Pandy, presidente del patronato de Corozal. ¿Qué se sabe de quiénes fueron los asesinos y de los intereses que había detrás de su asesinato?

CB: Según la información que hemos recibido de algunos compañeros de la comunidad, hay gente que quiere apoderarse de una zona montañosa de Corozal donde está la represa de agua de la comunidad. Como presidente, Martín se ha parado para que ellos no se apoderen de ese territorio, para que no puedan descombrar la parte boscosa de ese territorio de Corozal, que alimenta a la comunidad. Entonces parece que ese fue el malestar. También dicen que había otro grupo de mareros [pandilleros] que querían entrar y cobrar el impuesto de guerra, como pasa en [las ciudades de] Tegucigalpa y San Pedro Sula, y meter su droga dentro de la comunidad. Y Martín estaba luchando contra eso, por eso lanzaron ese ataque contra él. Pero en concreto no tenemos información sobre de dónde pudo haber venido el ataque sobre Martín.

El 3 de marzo detuvieron en la comunidad garífuna de Trujillo a Jennifer Mejía Solorzano y a Marianela Mejía Solorzano, ambas integrantes de la OFRANEH, por el supuesto delito de usurpación de tierras. El pueblo salió a las calles en protesta y tras unos días las liberaron, pero siguen procesadas. ¿Se sabe algo nuevo sobre el caso?

Se va a apelar el caso. La zona de Trujillo es una zona muy especial donde se criminaliza a los dirigentes que están defendiendo su territorio. Vemos que hay una confabulación del juzgado de Trujillo, de las autoridades de Trujillo con la gente tercera, que tiene dinero. Aunque no hallen culpabilidad, aunque no tengan argumentos, siempre el juzgado de Trujillo deja criminalizados a nuestros compañeros. Entonces la lucha de nosotros es fuerte y seguirá siendo fuerte en esa zona, porque ellos controlan a través del dinero ese juzgado de Trujillo.

LID: ¿Hay empresas turísticas operando en la zona?

CB: Sí, los canadienses tienen varios complejos en esa zona de Trujillo, por ejemplo Njoi Santa Fe y Njoi Trujillo, que son propiedades de Randy Jorgensen, que es conocido como “el Rey del Porno” [por haber adquirido su fortuna mediante la venta de pornografía]. Hay varias zonas ahí que están en manos de gente extranjera, grandes espacios de terreno que están dentro de las comunidades garífunas y de los cuales [las comunidades] tienen los títulos, pero sin embargo, si vamos a quejarnos ante esos juzgados, no nos escuchan. Pero apenas estos extranjeros se quejan, ya nos criminalizan y quieren meter presos a los compañeros.

LID: Los dirigentes garífunas, y los presidentes de los patronatos en particular, han sido blanco de agresiones sistemáticas en los últimos años. Tú asumiste como presidente interino del patronato tras el secuestro de Sneider. ¿Cómo viviste esa situación?

CB: Cuando yo asumo como presidente interino del patronato, un mes después de que se llevaron al compañero, tuve que afrontar la situación con mi familia, porque ellos tenían miedo y me decían “No queremos perderte. Deja que no haya presidente”. Y amigos que tengo en el extranjero me decían “Cometiste un error al tomar la presidencia del patronato. Mejor venite para Estados Unidos, porque tú estás luchando a la par de Sneider y no sé por qué no te llevaron a ti, pero te van a llevar”. Ese miedo ha quedado dentro de nuestra comunidad y dentro de nuestras familias. Mi mamá, una persona de 80 años ya, nunca estuvo tan pendiente de mí como ahora, a pesar de que vivimos cerca. Cuando los medios me preguntan qué pienso, digo que pasa por mi mente abandonar mi comunidad. Es una situación que siempre me saca lágrimas, me deja triste, porque al final uno se siente muy impotente. Los jóvenes dentro de nuestra comunidad en estos momentos ya no quieren involucrarse en el trabajo, y especialmente en la defensa del territorio, porque todo mundo demuestra miedo y si no demuestran miedo, su misma familia se dedica a que se echen para atrás. Mucha gente cuando me ve hablando con jóvenes ya empieza a decirles “No, no le hagas caso. Te van a llevar como se llevaron a Sneider”. Mi preocupación realmente es ésa, saber que ya no hay jóvenes con disponibilidad, con ganas, por lo menos en estos momentos, porque no sé el día de mañana. A veces se me pasa por la cabeza dejar esta comunidad y buscar asilo político en otros países, pero pienso que si me voy lejos, siempre me va a estorbar ver a una comunidad con los brazos caídos, dejando que nos quiten nuestro territorio solamente por miedo.

LID: Pero a pesar de las presiones, sigues en la lucha. ¿Qué es lo que te impulsa a seguir adelante en esta situación?

CB: Una de las cosas que me da fuerza es que Dios no es amante de lo injusto y sé que tengo la protección de Dios y de mis ancestros como garífuna, que nos acompañan y nos enseñan el buen camino y nos protegen de todo lo malo. También me impulsa la niñez, los que vienen el día de mañana. Tengo a mis hijas y a mi hijo. Y veo que si no hay lucha, dónde vamos a ubicarlos o dónde van a quedarse el día de mañana. Y también me fortalece el apoyo internacional, gracias a Dios. Seguimos pidiéndoles que no nos dejen solos, que siempre estén ahí, observando. Siempre seguimos confiando en que los que nos están viendo a nivel internacional no nos dejarán solos.

LID: El 28 de noviembre hay elecciones generales en Honduras. Si hubiera un cambio de gobierno, ¿crees que la situación de la comunidad garífuna cambiaría?

CB: Realmente nosotros no ponemos mucha fe ni mucha esperanza en algún partido político en general, por la simple y sencilla razón de que quien maneja la economía son los millonarios, y los millonarios son los que están interesados en nuestro territorio. Pensamos que puede ser que [el partido] Libre, a través de sus gobernantes, si llegara, pueda darle cumplimiento a la sentencia que nosotros tenemos, pero también sabemos que van a ser presionados en el momento en que ellos puedan hacer eso. Nosotros vamos a mantener la lucha, no nos vamos a mantener al margen.

LID: ¿Qué es lo que esperan de los que apoyan su lucha a nivel internacional?

CB: Espero que internacionalmente puedan seguir apoyándonos en estos casos tan difíciles, que nos ayuden a seguir presionando al Estado para que dé respuesta sobre la vida de los compañeros y para que no siga criminalizándonos a nosotros como dirigentes, o quitándonos la vida. Porque somos seres humanos también, pertenecemos a este país. Todos tenemos igualdad de derechos. Queremos que nos miren como hermanos y gente pacífica que somos. Desde que llegó la comunidad garífuna a Honduras, tiene 36 comunidades y hasta el sol de hoy no hay ni una más, ni una menos. Dicen que estamos invadiendo, pero nosotros no hemos salido de nuestros territorios. Ellos son los que han entrado a nuestros territorios. Seguimos ahí donde estamos y esperamos que nos respeten la vida a nosotros como dirigentes y a cualquier persona que luche por el bienestar social en este país.