El que no se quiere bajar es Daniel Scioli. Y Rossi, por el albertismo en decadencia. Los gobernadores peronistas, incluído Kicillof publicaron un texto donde exigen una fórmula de unidad. La renovada amistad entre el kirchnerismo y Massa es un indicio de una posible alianza para contentar al FMI.
Miércoles 7 de junio de 2023 22:00
Aún sin los dólares asegurados para soportar las corridas que seguro habrá durante el período electoral y a una semana del cierre de listas, el peronismo todavía no define un candidato competitivo. A esta altura, el peronismo parece depender mucho más de que el FMI le haga el favor de financiar una economía seca de reservas, que del acompañamiento popular: ningún candidato, ni los que se lanzaron ni los que se insinúan, seduce lo suficiente.
Éste miércoles, los gobernadores peronistas de las provincias, hicieron una exigencia pública para que el Frente de Todos defina una fórmula presidencial de unidad, con el gobernador de Chaco Jorge Capitanich como vocero. "No podemos distraer esfuerzos en discusiones estériles que solo conducen a divisiones", publicaron. Así rechazan la posibilidad de definir candidaturas en unas PASO.
Es lo mismo que viene pidiendo Sergio Massa, quien mandó a Cecilia Moreau a quejarse en nombre de él, al volver de su viaje a China con Máximo Kirchner. “Juegan a la interna con soldaditos de cartón”, mientras Massa “sostiene la estabilidad” -fue el mensaje. Extraña definición de estabilidad, cuando la inflación no para de oradar los ingresos de las mayorías.
El que no se quiere bajar es Daniel Scioli, actual embajador de Argentina en Brasil; y Agustín Rossi que se la juega con el último aliento del albertismo. En tres horas de discusión -éste mismo miércoles- Massa no logró convencer a Alberto Fernández, quien ratificó su posición de definir candidaturas en las PASO.
El kirchnerismo con Axel Kicillof y otros gobernadores cercanos a Cristina, son parte del pedido de candidatura única, sin PASO. De hecho, el kirchnerismo se viene mostrando junto a Sergio Massa, en una renovada amistad con quien sustituyó a Martín Guzmán en Economía, solo para profundizar el plan de ajuste y políticas inflacionarias del FMI. No se puede descartar una fórmula con Wado De Pedro (u otro K) con Sergio Massa, que ya compartieron un acto con tinte electoral en la localidad boanerense de Mercedes.
El sector de Patria Grande -minoritario, pero dentro del gobierno del Frente de Todos- se ve en un aprieto ya que vienen prometiendo que si no hay PASO donde puedan competir con Juan Grabois y si el candidato a presidente es Sergio Massa, aunque lo acompañe Wado De Pedro, ellos rompen y van "por fuera".
Del encuentro de los gobernadores participó Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa), Sergio Uñac (San Juan), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Saenz (Salta), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Mariano Arcioni (Chubut).
"Exigimos la construcción de una lista de unidad con integración de carácter federal", planteron. Queda en el tintero si el ministro del Interior Wado De Pedro, sería suficiente para cubrir esa representación, o si algún gobernador dará un paso al frente.
"¿Por qué siempre un gobernador segundo?, ¿somos menos que el resto?, ¿tenemos menos libros leídos?, ¿no ganamos nunca elecciones?, ¿no sabemos gobernar?" -se quejó el fin de semana Jorge Capitanich. Pero tampoco se ve despuntar una campaña de alguno de ellos como candidato a presidente.
De Pedro se reunió con algunos gobernadores el martes, con menos convocatoria. A Wado todavía no lo junan las mayorías populares, pero viene cosechando algunas alianzas, también con el sindicalismo de Barrionuevo. El esquema del proyecto productivo de Wado se orienta a seducir a las provincias con las regalías por la extracción de litio, petróleo y demás recursos, sin animarse siquiera a una campaña por nacionalizar los bienes comunes naturales.
Entre Wado y Massa, se puede ver cómo perfila una división de tareas, hacia afuera y hacia adentro. Massa es el candidato de centro derecha dentro del peronismo, que pide el imperialismo norteamericano. Y Wado De Pedro es el candidato de “centro” dentro del kirchnerismo, con un discurso federal, que promete dólares por exportación, con un modelo productivo para las multinacionales extractivistas y las patronales agropecuarias.
Sobre el peronismo cae la misma crisis de representación política que desgarra a la oposición de Juntos por el Cambio en luchas internas. A pocos días de definir alianzas (14 junio) y las precandidaturas (24 de junio), ninguna de las coaliciones que gobernó en los últimos dos mandatos, logra ordenarse. Sobre esta debilidad se asienta el Poder Judicial -el más antidemocrático de los poderes constituídos- para intervenir en el juego político del régimen a su antojo.
En este escenario de profundo malestar del pueblo trabajador, el Frente de Izquierda Unidad, sus militantes y simpatizantes, tienen un desafío importantísimo. Impulsar una campaña, desde abajo entre trabajadores, mujeres y jóvenes, que plantee una salida colectiva: la necesidad de construir una fuerza social que se proponga tirar abajo el acuerdo con el FMI y afectar los intereses de los poderosos, en beneficio de las grandes mayorías.
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