El histórico zaguero de 43 años se retirará este sábado jugando para Defensores de Belgrano, club en el que protagonizó una década inolvidable. Capitán en dos ascensos y varios intentos por llegar a la A, el Flaco también revolucionó la dinámica institucional con la creación de una mutual entre jugadores.
Juan Ignacio Provéndola @juaniprovendola
Viernes 3 de febrero de 2023 12:00
Foto: Lucila Maisuls.
Este sábado, las noticias futboleras redundarán en River, Racing, Independiente y San Lorenzo, los cuatro grandes que jugarán ese día por la segunda fecha de la Liga Profesional. También, claro, en las acciones relevantes que desde Europa quizás nos ofrezcan Messi, Julián o Cuti, acaso el Dibu. Pero habrá, en la Primera Nacional, un detalle que quedará para siempre: el retiro formal de uno de los últimos históricos del ascenso que aún quedaban en actividad. Con 43 años, Luciano Goux se despedirá luciendo la camiseta de Defensores de Belgrano, equipo del que fue capitán en, quizás, la década más feliz de su historia. Una era inscripta, además, entre las inolvidables del fútbol de ascenso.
Goux llegó a Defensores en 2013, a los 33 años, una edad en la que muchos jugadores (especialmente los del duro ascenso argento) comienzan a ver el tramo final de la carrera. Había debutado en el 2000, a los veinte, en Atlanta —donde hizo Inferiores—, y luego pasó por otros equipos fuertes o convocantes del ascenso como Sarmiento de Junín, el Deportivo Laferrere (del cual, alguna vez, se declaró hincha), Tristán Suárez y Defensa y Justicia.
También estuvo un año en el Everton de Chile y otro en el Perak FA, una suerte de Vélez o Estudiantes de Malasia que ganó un torneo en aquel 2004 gracias a un golazo de Goux en la final, a estadio lleno en Kuala Lumpur.
Hasta el desembarco en Defe, Luciano Goux había mostrado su mejor versión en Estudiantes de Buenos Aires. Ahí consiguió el Apertura 2006 de la B Metropolitana y jugó dos finales por el ascenso al Nacional el año siguiente. La primera de ellas, muy recordada: dos partidos en la cancha de Racing contra Almirante Brown, el primero sin goles y el segundo suspendido a los 13 del primer tiempo por incidentes entre hinchas y policías. El juego se reanudó veinticinco días después en Junín, a puertas cerradas y en la instancia donde se había detenido: un penal. Finalmente, Almirante ganó y se quedó con el ascenso.
Rodolfo Della Pica, el entrenador que lo había dirigido en aquella notable campaña del Pincha de Caseros, iniciaba en 2013 su segunda etapa en Defensores de Belgrano (la primera muy recordada por quedar a un gol de ascender al Nacional en la promoción con Independiente de Mendoza, mismo día que River descendía a la B). Y pidió especialmente por la contratación de Luciano Goux. Defensores estaba en una situación apremiante, con un promedio que lo condenaba a la C y la urgencia de sacar músculo a como diera lugar.
Fito le anticipó, el club lo llamó y El Flaco aceptó. Así, se armó un equipo robusto de experimentados que logró una campaña memorable en la B Metro, de las mejores en la historia de Defe en la categoría, al punto que llegó a estar primero tres veces y luego clasificó con cierta comodidad al reducido por el segundo ascenso. Grandes planes frustrados por el descenso a la C, por un solo punto de diferencia en una definición bastante extraña y polémica, con partidos resueltos de forma confusa.
Consumado el descenso, Fito Della Picca decide seguir en Defensores de Belgrano. Y lo mismo hacen Luciano Goux, Albano Anconetani, Juan Sosa y Nahuel Fioretto. La continuidad de las principales figuras de la gran campaña en la B Metro alentó también la llegada de otros valores fundamentales. Como el caso de Fernando Enrique. O Lucas Buono, un grandote atrevido que Goux conoció enfrentando a Colegiales e insistió de contratar. Como el club ya había gastado entonces todo su presupuesto asignado a incorporaciones, el capitán propuso pagar el sueldo de Buono con el aporte solidario de los más experimentados del plantel. Fue quizás la primera acción de lo que luego se convirtió en una mutual del vestuario de Defe.
Cuatro meses después, con la base vertebral de la B Metro, la dirección de Della Picca, la referencia de Goux y los goles de Buono, Defe obtuvo el primer ascenso que la C ofrecía en esa temporada breve dispuesta por la AFA para todas sus categorías (los llamados “torneos de transición”). “Necesitábamos de otros locos como nosotros que quisieran quedar en la historia, así sea ganando un torneo de Primera C. Y lo que logramos fue hermoso”, se emociona Goux, recordando aquel período “fundacional” de esa década gloriosa de Defensores, el primer año y medio entre la temporada en la B Metro y el semestre en la C.
A partir de allí, Defe se consolidó en la B con campañas expectantes: tan solo en el primer año del regreso peleó el torneo hasta la última fecha, ganado finalmente por Brown de Adrogué en una definición emocionante. Mientras tanto, el plantel se iba reciclando alrededor del capitán Goux, último bastión de una generación que se consagró definitivamente el 26 de mayo de 2018, cuando ascendió al Nacional B al cabo de una de las finales más apasionantes que el ascenso argentino entregó en los últimos años. Fue la noche de Albano Anconetani (acaso el gran compañero del Flaco en el vestuario del Dragón) quien a los 42 decidió atajar su último partido y se lució en los penales después de sacar a Defensores del cadalso en la última bola del partido, un córner que el arquero corrigió de cabeza para dejarle el empate servido a su compañero, el Pájaro Pablo Miranda.
Para ese entonces, el núcleo de experimentados ya estaba ejecutando una idea que Luciano Goux vio en su paso por el Everton de Viña del Mar: “Hay chicos que vienen a entrenar desde muy lejos, salen temprano y no tienen tiempo para desayunar. O están los que no tienen un mango pero les da vergüenza decirlo. Entonces decidimos armar una mutual en donde cada uno tiene un rol. Un día después de cobrar, juntamos la plata y compramos las cosas para que los pibes entrenen con algo en el estómago”, explicó en su momento el capitán. Tiempo después, incluso llegaron a comprar “un hidromasaje para después de los partidos y un equipo con LCD, DVD y sonido para ver a nuestros rivales”.
Las campañas en la B Nacional fueron de mínima dignas, aunque algunas incluso alentadoras. Como la de la temporada 19/20 —que terminó en enero del 2021 por la pandemia—, donde tuvo a Defe expectante por su primer ascenso a Primera durante todo el desarrollo, incluso al borde de la punta cuando la cuarentena frenó el torneo (y luego la AFA lo desordenó). Una saga fabulosa bajo la dirección técnica de Fabián Nardozza que había iniciado mal, aunque se recompuso en la cuarta fecha justamente con un gol del Flaco Goux ante All Boys para el 1-0 en Floresta, inicio de una racha de quince partidos sin derrotas.
Luego vino la pandemia, una reanudación caótica y algunas experiencias en la Copa Argentina. Hasta que en noviembre de 2021, por la penúltima fecha de un torneo en el que Defe ya no se jugaba nada, Goux cayó mal en una jugada aislada y prontamente pidió el cambio. Faltaban quince minutos para terminar un empate a cero con Tristán Suárez que solo quedaría en la historia por ser su última aparición. El Flaco fue a disputar una pelota que no reportaba riesgo, una acción como tantas otras a la que estaba acostumbrado, pero un choque de cabezas lo hizo caer mal y se lastimó tobillo y ligamentos.
Pasó por el quirófano, soportó el yeso, inició la rehabilitación y retomó los entrenamientos. Volvió a jugar en abril de 2022, cinco meses después de aquella tarde en Tristán Suárez: fueron sesenta minutos para la reserva de Defe contra Deportivo Camioneros. Entonces, finalmente, lo convocan para concentrar con la Primera en tres partidos. A todos ellos va como suplente y nunca entra. Las últimas planillas que Luciano Goux firmó como futbolista profesional fueron en el banco. De todos modos, el Flaco siguió entrenándose como siempre, ya sea en el estadio Juan Pasquale del Bajo Núñez, o bien en el predio que el club tiene en Cardales.
El final de la temporada 2022 encontró a Luciano Goux con 42 años, muchos meses de inactividad y un dilema: buscarse otro rumbo o colgar los botines. Defensores de Belgrano le ofreció ejercer de Manager Deportivo, función creada para que el Flaco siguiera vinculado al club. Quizás estaba todavía en Goux la necesidad de jugar un poco más, al menos para resarcir ese año perdido. Aunque, a pesar de conservar un estado físico impecable, nunca estuvo tanto tiempo sin hacer fútbol. Analizó, probablemente, las dificultades de volver a ponerse en forma de competencia a su edad y tras de un largo parate.
Empujado por la necesidad de dar una respuesta, Luciano Goux finalmente aceptó el ofrecimiento de Defe. Pero, antes, una última función: este sábado, a partir de las 21.20, y después de quince meses, el Flaco encabezará el equipo que debutará en el torneo de la Primera Nacional 2023 ante Temperley. El capitán irá al sorteo en el punto central estadio Juan Pasquale, se dará la mano por última vez con un árbitro y marcará un hito en una carrera que ahora buscará continuar en otro rol. Y con la genuina ilusión que los hinchas del Dragón cobijarán para, alguna vez, verlo como DT.
“Ser capitán implica más que gritar fuerte, sobre todo en el Ascenso”, aseguraba Goux, en tiempos donde se hacía pública la mutual que los experimentados de Defensores estaban desarrollando y él hablaba como referente de todos ellos. Ahora ya acumuló más de 250 partidos con la misma camiseta, cifra que lo ubica en el Top 10 histórico del club, aunque ningún otro con la cinta tantas veces en el brazo. “El liderazgo no se gana con cara de malo, sino con ejemplos que no brinda tanto la sabiduría como la experiencia. La idea es que los más pibes no repitan los errores que cometió uno. Hoy el fútbol es tan competitivo que tiende a volverte egoísta. La lucha principal debe ser contra eso”.