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Red Internacional
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DERRUMBE BURSÁTIL. “Lunes negro” en los mercados, a pesar de políticas de estímulo de los Bancos Centrales

Los mercados no reaccionaron como esperaban los Bancos Centrales frente a fuertes medidas de estímulo monetario. Wall Street tuvo este lunes su segunda peor caída en la historia y el resto de las principales bolsas del mundo cerraron con fuertes pérdidas.También volvió a derrumbarse el precio del petróleo.

Lunes 16 de marzo de 2020 22:01

Se agrava la crisis. Volvieron a caer las bolsas en todo el mundo y el precio del petróleo tocó el piso de U$S 30 dólares por barril.

En Wall Street, las acciones cayeron hasta un 13 %, su segunda peor caída en la historia. En Europa habían caído un 10 % y en Brasil el Bovespa se hundía 11 %. El precio del petróleo se desplomó a 30 dólares el barril, el nivel más bajo desde enero de 2016.

¿Qué significa que caen las bolsas? Que cae el precio de las acciones de las compañías más importantes del mundo, que son las que cotizan en las plazas financieras como Wall Street o las bolsas Europeas.

A nivel local, lo que se destaca es un salto del dólar y otra suba del riesgo país, es decir, de la tasa adicional que le cobran a los bonos argentinos por sobre la tasa de interés de largo plazo de EE. UU (que es el activo considerado más seguro para el mercado). Este indicador, el riesgo país, superó los 3.400 puntos, lo que complica cada vez más la renegociación de Guzmán de la deuda argentina.

A diferencia de la semana pasada, este lunes negro expresa una situación cada vez peor de la economía mundial, ya que el desplome de los mercados ocurrió a pesar de las medidas agresivas de estímulo económico en países como Estados Unidos, Europa, Japón, para atacar los efectos recesivos de la propagación del coronavirus.

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¿Cuáles son esas medidas? Estados Unidos bajó en forma drástica las tasas de interés a un nivel de prácticamente 0 %, junto con una inyección de U$S 700.000 millones. Eese nivel es igual al que se llevó en la crisis de 2008, también como una medida de rescate monetario.

Los niveles tan bajos implican que se abaratan los préstamos (sin interés) para intentar que la recesión no afecte a la economía de Estados Unidos. Además una baja de tasas en los países centrales ayudaría a frenar relativamente la huida de los capitales de los países dependientes hacia activos más seguros, que es lo que pasa cada vez que hay grandes crisis, y así evitar un mayor derrumbe de la economía mundial.

Por su parte, otros países como Canadá, Inglaterra, Japón, Suiza y el Banco Central Europeo (BCE) anunciaron medidas coordinadas de alivio cuantitativo (es decir, de emisión monetaria a gran escala).

Pero a pesar de que los Bancos Centrales desplegaron una intervención similar a la de 2008, cuando se desató la crisis financiera, las medidas se muestran con mucha menor efectividad para evitar la recesión.

Esto se vio este lunes, al fracasar en contener el pánico en los mercados. Las bolsas se derrumbaron fuertemente impulsada por una ola vendedora de acciones, tirando fuertemente los precios a la baja.

El capital financiero mostró poca confianza en que con estas políticas de estímulo monetario puedan lograr impulsar el crédito, contener el derrumbe global y alcanzar una reactivación en el corto plazo.

Básicamente, porque la situación es muy distinta a la del 2008, en donde igual hay que decir que se salió de la crisis pero no se solucionaron los problemas de fondo..
La economía viene teniendo un cada vez más debilitado crecimiento económico, con la proliferación de empleos basura y precarios.

Hay dos factores que cambiaron respecto a la situación de 2008, entre otros tantos problemas:

En primer lugar, que medidas como la rebaja de tasas de interés fueron convirtiéndose en una respuesta “normal” de los Bancos Centrales y sólo lograban sostener este débil crecimiento, lo que va restando potencia para tener un efecto real y creíble cuando quieren que tenga un efecto profundo. Precisamente por eso intentaron retirarlas a partir de 2014, pero poco pudieron volver a elevar las tasas.

En segundo lugar, porque ya no hay una China que con su crecimiento sostuvo en su momento a la economía mundial y permitió sacar a las economías de la crisis. Ahora China entró en una senda de menor crecimiento. Y además cambió su cambio de rol en el tablero internacional, pasando de absorber inversiones a competir por los espacios mundiales de acumulación, agravando las dificultades para nuevas inversiones rentables.

Porque a pesar de que ahora muchos nos estemos desayunando de que la economía mundial estaba apoyada sobre bases muy flojas, no es el coronavirus el causante de los males de la economía mundial, más bien es un acelerador. Hay tendencias más profundas y estructurales que venían desde antes.

Como explica la economista Paula Bach, la recuperación mundial después de la crisis de 2008 fue muy débil porque en su base se arrastró una debilidad del crédito y de la inversión. Esto explica a su vez el lento crecimiento de la productividad y del comercio mundial, junto con otras consecuencias graves como un alto nivel de endeudamiento tanto público como de las empresas.

Esta situación va dejando en evidencia el lado más irracional del funcionamiento del capitalismo y de las medidas para atenuarlo. Mientras los Estados ponen millones de dólares para asegurar las finanzas y las ganancias de las grandes empresas, somos las y los trabajadores los que sufrimos cada vez más la crisis y quienes padecemos las consecuencias del ajuste y los recortes en salud.

No se puede permitir que la pandemia se expanda y se asiente, provocando cada vez más muertes. Son necesarias verdaderas medidas de emergencia.

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