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Red Internacional
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Mundo Obrero. Madygraf: la fuerza de la unidad entre hombres y mujeres

La gráfica bajo gestión obrera es ejemplo de lucha en el marco del ajuste y los despidos y la profunda unidad de sus trabajadores en la pelea por los derechos de las mujeres.

Miércoles 7 de marzo de 2018

La gráfica bajo gestión obrera es ejemplo de lucha en el marco del ajuste y los despidos y la profunda unidad de sus trabajadores en la pelea por los derechos de las mujeres.

El país está revolucionado con el debate por el derecho al aborto, nosotros también! Sabemos que es este y no otro el momento en el que millones de mujeres codo a codo con los hombres en el mundo, saldrán a las calles a demostrar la fuerza inmensa de nuestra clase, en el marco del día internacional de las mujeres trabajadoras.

En nuestro país marcharemos unidos para que se escuche la voz de las más de 300 mujeres que cada año se enmudecen porque perdieron la vida practicándose un aborto en las terribles condiciones que ofrece la clandestinidad y que nos impone este sistema perverso y desde Madygraf venimos denunciando hace años.

Así como también lo hacemos con las condiciones laborales y la desigualdad salarial que padecemos las mujeres simplemente por nuestra condición de haber nacido bajo este género.

¡Como lo venimos haciendo una vez por día! Es terrible repetirlo! cada día que pasa con las muertes producto de los femicidios casi todos en manos de sus parejas, ex parejas, o los feminicidios donde el Estado debería haber dado respuesta y no lo hizo, es aberrante el costo para la clase obrera y el pueblo pobre.

Este cáncer social empieza a desenraizarse cuando los hombres toman en sus manos toda esta problemática que es de genero pero también de clase y la asumen como propia. Cuando los hombres compañeros nuestros, aquellos con los que convivimos y tal vez nos diferenciamos en pequeñas cosas en relación a nuestras vidas; nos miran a los ojos, nos hablan sobre sus dolores y broncas y nos demuestran que nos miramos en el mismo espejo.

En Madygraf mas allá de la ejemplar lucha que venimos llevando adelante, con todas las dificultades que eso implica, con todas las trabas que nos ponen en el camino, nosotras las mujeres, nunca nos habíamos sentido tan cerca de nuestros compañeros, nunca tan unidos, tan firmes para batallar por todos y cada uno de nuestros derechos.

Comenzamos la semana llevándoles un volante que marcaba una por una las demandas por las que peleamos las mujeres este 8 de marzo. Lo pegamos en las máquinas para no olvidarlas hasta su conquista.

Los debates que se dieron en las mismísimas líneas de producción fueron duros para el corazón, fraternales en sus formas y profundos con las palabras, ya se dejaban entrever historias de vida, momentos difíciles que podríamos haber contado cualquiera de nosotras, pero esta vez vista desde el otro lado, desde el lado en el que ellos la vivieron.

Cuando les explicamos la dura realidad que significa para una mujer padecer un aborto, varios de ellos nos contaron que tan mal la habían pasado, demás estaba decir que también lo habían vivido, comprendimos entonces que al calor del relato se materializaba la cuestión de clase y comprendimos juntos, que el aborto y los padecimientos que vivimos las mujeres también los incluye a ellos.

Mas desahogados pero con la herida abierta, sangrante por el intercambio y sin perder de vista la fuerza que nos trajo hasta aquí, hasta este enorme monstruo industrial que bien sabemos defender, levantamos con fuerza los volantes para la foto y nos llevamos su orgullo y satisfacción al conocer que nosotras estaríamos en las calles junto a miles de compañeras y compañeros luchando por todas, por todos y así comenzó una campaña de fotos que abarco a casi el conjunto de la fábrica.

Esta campaña sentó las bases de un debate que alcanzó más profundidad en las dos asambleas que hicimos hoy.

La primera arrancó a las 6 AM con los compañeros del turno noche. Les contamos que este 8 de marzo era distinto al de los años anteriores, que el gobierno había impulsado el debate del aborto con otros objetivos del que perseguimos con la lucha hace más de diez años las mujeres que nos organizamos en el país, que lo que se está gestando es tan grande que obligo a nuestro propio sindicato la Federación Gráfica Bonaerense a llamar al paro, al mismo Moyano a parar dos horas, que esta medida que impulsa la burocracia sindical es porque son conscientes de que cuando las mujeres salimos a las calles a luchar no nos para nadie y vamos por todo, pero también que estos perros amigos de los patrones no nos iban a engañar con sus discursos ya que no hacen nada para cambiar nuestras condiciones de vida y no lo hacen para no perder sus privilegios y sus vidas de lujo.

Pero nosotras que la venimos peleando hace muchos años queríamos impulsar una jornada de lucha en la fábrica, compartir una obra de teatro con un grupo de actores independientes que toma la problemática de la mujer y seguir el debate entre todos, delinear un plan que nos permita seguir en esta lucha y juntarnos allí con todas las compañeras que quieran venir a compartir la jornada con nosotras, debatir cómo vamos a seguir peleando y concentrar en la fábrica para salir rumbo a la enorme movilización.

Las intervenciones de los compañeros fueron sumamente fortificantes para todos.

Comenzó un compañero contando la importancia de que las mujeres de Madygraf estemos en las calles ese día, dijo que él tiene dos hijas adolescentes por las que luchar, que nadie está libre de mandar a comprar a los hijos sin tener la garantía de que vuelvan, que no hay garantías para evitarle los acosos, menos para evitar las múltiples formas en la que se expresa el machismo en esta sociedad. Que no podemos permitir un aborto más ya que cuando las mujeres abortan en sus hogares se comen causas penales e incluso años de cárcel pero cuando las mujeres abortan en las lineas de produccion a los empresarios responsables de tal vejación ni la roza, ninguna condena para ellos. Que él está orgulloso de que las mujeres de Madygraf puedan ser parte de la movilización y dar esta pelea.

Otro compañero intervino contando los cambios que se sucedieron en su vida personal, en su hogar desde que nosotras entramos a la fábrica, que aprendió muchísimo y que como todos los que somos padres no puede evitar el temor cuando sus hijos salen a la calle, expresó toda la fuerza para la jornada de mañana y su orgullo de cubrir nuestros puestos de trabajo para liberarnos de las tareas de la producción.

Otro compañero directamente dijo “yo las banco y me siento sumamente orgulloso de tener compañeras luchadoras como ustedes”.

Otro compañero planteó que esta asamblea es reflexiva y de concientización en cuanto a las formas en las que los hombres reproducen el machismo, destaco la importancia del derecho de las mujeres a decidir sobre nuestros propios cuerpos y todo el pliego de reclamos que hacen a la clase obrera en general y a las mujeres en particular. Una conclusión importante dejo las palabras de la última intervención de un compañero que planteo que la asamblea no nos estaba dando permiso para salir a luchar, que esta asamblea nos estaba apoyando en todas nuestras reivindicaciones, que en tal caso la cuestión de la producción iba a ser resuelta por todos ellos que empujarían con fuerza para que nosotras tengamos nuestra jornada, que por este motivo muchos no iban a poder acompañarnos, pero que esta era la forma de brindarnos todo su apoyo y de seguir siendo representados por nosotras en las calles.

En la segunda asamblea un compañero tocó una fibra emocional en todos y con lágrimas en los ojos y la angustia de haber vivido recientemente un aborto por parte de una familiar que fue casi abandonada en el lugar donde la atendieron, conto que la misma casi deja su vida allí, además conto que también otra familiar estaba pasando por una terrible situación de violencia por la que corre riesgo de muerte. En primer lugar se autocriticó por reconocer el machismo en él, indagó a toda la asamblea a que levantaran la mano los varones que tienen miedo al salir a la calle, que tienen miedo a ser acosados, que tienen miedo a ser violados, que tienen miedo a ser asesinados... unos minutos de silencio colectivo fueron suficientes para darnos cuenta de la diferencia que existe entre ser hombre y mujer bajo este sistema violento, cerro la intervención planteando el orgullo que siente por los años en pie de lucha que llevamos las mujeres de Madygraf sus compañeras. Nos reivindicó como un gran ejemplo.

Fue la semana más importante que tuvimos.

Nuestra historia, la historia del movimiento obrero mundial nos ha dejado sobradas muestras de que cuando los hombres y las mujeres de la clase ponen sobre el tapete los grandes problemas que debemos resolver con la lucha, para garantizar un futuro mejor a todas las generaciones venideras, y se cuestionan y autocritican para superar las experiencias vividas y el legado que nos dejaron nuestros hermanos de clase no tenemos ni una sola duda de que la tierra va a temblar.