"Vamos Manaos" es el slogan de una de las empresas más conocidas de bebidas ubicada en La Matanza. Pandemia significó para los dueños ganancias opulentas, para los trabajadores centenas de contagios, empleo precario y cansancio extremo. ¿A quién le importan las vidas de los trabajadores?
Martes 13 de abril de 2021 17:29
La planta de Manaos ocupa un lugar destacado entre las industrias más importantes de La Matanza. Ubicada en el km 42 sobre la Ruta Nacional N° 3, en la localidad de Virrey del Pino, es una de las mayores productoras y embotelladoras del país, junto con Pepsi y Coca Cola. “Las máquinas tienen que estar todo el día produciendo, los siete días de la semana, los 365 días del año casi” cuenta a La Izquierda Diario uno de sus trabajadores.
Son más de 600 trabajadores, que realizan dos turnos y una producción que no se detiene en ningún momento, ni siquiera durante la pandemia. Las ganancias del empresario Orlando Canido fueron en crecimiento al ritmo de las largas jornadas de trabajo. "Es super cansador, trabajamos 12 horas seguidas, con 30 minutos de descanso, y a las dos semanas rotamos. En Manaos nunca podes estar bien descansado”.
En los últimos años la empresa aumentó la producción de gaseosas y extendió su mercado con la elaboración de jugo Pindapoy. Sus ventas crecieron tanto que durante el 2021, el desafío es exportar su marca al mundo, proyectando la apertura de más plantas en otros países de Latinoamérica. Planes de exportación hacia Puerto Rico, Panamá, Uruguay, Bolivia, Paraguay y el gigante, Brasil.
Ganancias al ritmo de contagios de covid-19
Manaos es parte de las llamadas industrias esenciales, donde la producción no se detiene pero los contagios de coronavirus, tampoco. “Hay gente contagiada de todos los sectores. Es constante, vuelven 2 o 3 de alta y siguen saliendo otros con positivo. Vuelven 4 y otros con positivo. Hace ya rato que nos tienen tapando agujeros y el trabajo hay que hacerlo igual con los que están”.
“En las últimas tres semanas, con los ojos cerrados te digo que más de 40 trabajadores se contagiaron”. Palabras que contradicen los dichos de Alberto Fernández, quien hace solo unas semanas afirmaba que el virus no se transmite en las fábricas y establecimientos. A los dichos se suma que el plan de vacunación del gobierno está muy atrasado y que no hay plan para los trabajadores esenciales, quienes siendo considerados como tales deberían ser prioritarios para no seguir arriesgando sus vidas.
“Hace poco hicieron cinco baños más porque solo teníamos cinco baños para todos, muy poco. Para llegar tenés que recorrer toda la planta, y según donde estés, tenés que caminar como cinco, seis cuadras”.
Desde principios de la pandemia hasta la actualidad, los trabajadores calculan más de cien casos de covid-19, aunque no hay cifras oficiales. En junio del 2020 en las páginas de La Izquierda Diario ( seguinos acá y acá ) ya se contaban decenas de contagios, protocolos incumplidos y la vista gorda del sindicato.
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Impulsar medidas de organización entre trabajadores es la única respuesta posible para los trabajadores y las familias no sean las que paguen las consecuencias de la crisis sanitaria. Comisiones de seguridad e higiene independientes dirigidas por los trabajadores, desde donde realicen un seguimiento de los contagios de covid-19, hagan conocer los casos. Exigir a la empresa que se realicentesteos y cumplan aislamientos y las licencias cuando sean necesarias. Una comisión en la que la prioridad sea la salud de los trabajadores y no la productividad de la empresa como hace el Sindicato de Aguas y Gaseosas que mira para otro lado o directamente avala el accionar patronal.
El modelo Manaos
“Siendo contratado te mandan a hacer lo qué quieren. Somos los multifuncionales . Hasta tenés que armar los pallets a mano y creo que tienen para acumular como 80.000 pallets”. A los agotadores turnos se le suma la multifuncionalidad, una perdida de derechos: sobrecargas de tareas, rotación del personal para cubrir faltantes y horas extras pagadas como simples.
En la planta matancera no hay descanso: dos turnos agotadores haciendo más precaria también la vida de quienes están en las líneas de producción días tras días. Los contratados de Manaos, con jornadas de 12 horas de lunes a sábados, algunas los domingos, muchas veces no cobran las horas extras. Su salario es inferior al de los efectivos y realizan el mismo trabajo. “Haciendo un calculo a ojo es casi el 45% menos” cuenta un joven empleado.
Con la complicidad del sindicato de Aguas y Gaseosas, Camioneros, quiénes no se ha pronunciado sobre el cuidado de los trabajadores de esta rama, la patronal aumentó la multifuncionalidad, la sobrecargas de tareas, rotación del personal para cubrir faltantes y horas extras pagadas como simples.
La empresa podría agregar un turno más, aumentar los salarios de los trabajadores y crear más y mejores puestos de trabajo. Y efectivizar a todos los contratados para que si hacen el mismo trabajo tengan el mismo salario.
El ejemplo de la Agrupación Marrón en la Coca Cola es una muestra de que los trabajadores pueden organizarse contra los ataques patronales y la complicidad del sindicato, que avalan la productividad y precarización con una práctica de persecución y amenaza que lleva al silencio.
Las vidas trabajadoras importan
La segunda ola de la pandemia preocupa porque resuena en la bronca que se empieza a expresar por abajo. La pobreza supera el 51% en el Conurbano, al ritmo que aumenta la desocupación y la pérdida salarial se siente cada semana con los aumentos de precios. Los más precarios, que trabajan sin registrar o hacen changas, no pueden olvidarse cómo los tapó la ola anterior.
La segunda ola y la pandemia avanzan y empieza a afectar duramente a los trabajadoras, que ven la necesidad de que esta vez la crisis que genera no vuelva a golpear duro sobre sus espaldas. Porque no solos es el virus sino la superexplotación que garantiza ganancias para los empresarios, las que recaen sobre quienes dejan la vida en las fábricas todos los días. Para enfrentar los ataques patronales se necesita una fuerza unificada. Eso es lo que está empezando a surgir y que el próximo sábado tendrá su expresión en el encuentro de Coordinación que se realizará en la fábrica Madygraf impulsado por trabajadores que pelean contra despidos, precarización y en defensa de las vidas trabajadoras.
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