Las calaveritas, obras literarias cortas en rima, son un elemento tradicional del día de muertos, generalmente hablando con humor de la vida del difunto al que se le rinde homenaje.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 28 de octubre de 2020
Se dice que la primera calaverita fue hecha por el franciscano por Fray Joaquín de Bolaños, originalmente conocidas como "panteones", en una obra titulada "La portentosa vida de la Muerte". Ya desde ahí podemos apreciar la yuxtaposición entre vida y Muerte, así como la antropomorfización de la Muerte como un personaje.
"Al mal tiempo, buena cara" podría ser una máxima constante en la mentalidad mexicana debido a cómo tomamos situaciones que en otras latitudes podrían generar otro tipo de reacciones. Las calaveritas justamente trivializan el partir de este mundo mezclando crítica con humor.
No fue sino hacia 1913 que el caricaturista José Guadalupe Posada identificó estos versos picarezcos con su personaje de la "Calavera Garbancera", llamada así por el poema "Remate de calaveras alegres y sandungueras" y que hablaba de cómo la sociedad mexicana de la época posporfiriana (el dictador ya había sido derrocado dos años antes) seguía ataviada de fastuosos vestidos y trajes. Posada en su poema enlista varios nombres típicos de mujeres: Enriqueta, Juliana, Romana, Irene, "Concha" (Concepción), Filomena, Adelaida; todas buscando aparentar lo que no son, de ahí el adjetivo de "garbancera" para la muerte, pues la palabra hacía referencia a aquellos que renegaban sus raíces mestizas e indígenas para aparentar ser de ascendencia criolla-europea y de la alta sociedad.
En los versos se repite el tema de "calaveras del montón"; Posada en ese sentido afirmaba que "la muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera". Fue, sin embargo, Diego Rivera quien la bautizó como La Catrina, ello debido justamente a su elegante vestido, propio de un catrín.
El sincretismo de las tradiciones de las comunidades indígenas —ciertamente hegemonizadas por la visión nahua-mexica, pero que de ninguna manera demeritan la cosmovisión de otras comunidades como los mayas, tarascos y zapotecas— se combina con el santoral católico y la poesía contemporánea para darle su propia identidad, ahora mucho más mezclada con la adición de la víspera de los difuntos o la "noche de brujas", más conocido por su nombre en inglés: Halloween.
Rumbo al día de muertos, esperamos que nuestros lectores envíen calaveritas y desplieguen su creatividad ya sea para homenajear a algún revolucionario o para burlarse de los políticos del régimen.