El legislador de Nuevo Encuentro, Marcelo Saín, fue designado como director del nuevo organismo creado para espiar. Semanas atrás se conoció el nuevo proyecto del gobierno nacional: la creación de una Escuela Nacional de Inteligencia, para capacitar a las nuevas bandas de espías que integraran la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Jueves 2 de abril de 2015
El ala “progresista” del gobierno aplaude el aumento sideral del presupuesto al Ejército destinado al espionaje. Ahora festeja con esta nueva noticia: "Nos enorgullece esta designación", aseguró Martín Sabbatella. "La designación de Marcelo Saín para trabajar junto al secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, en la AFI aportará a la depuración y la transformación total del sistema de Inteligencia, empujadas con decisión por nuestra presidenta”, consideró el titular del AFSCA y referente de Nuevo Encuentro, organización ligada al gobierno nacional.
Entre la facultades que tendrá Sain en su nuevo cargo estará, como director de la Escuela Nacional de Inteligencia, la de seleccionar y formar a los futuros agentes. Referente de la “democratización de la policía” ahora buscará chicos “buenos” para el espionaje.
Curriculum vitae de Marcelo Saín
Su recorrido comienza, en los´90. Se desempeñó como asesor de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Entre comienzos de 2000 y fines de 2001, fue Comisionado Nacional de Prevención y Control de Lavado de Dinero de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico.
Fue uno de los redactores de la Ley de Inteligencia Nacional sancionada en 2001. Luego, designado subsecretario de Planificación y Logística en Seguridad del Ministerio de Seguridad bonaerense, desde 2002 a 2003. En el 2005, tras el escándalo de las valijas de Southern Winds, Sain propone la creación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, acompañado por Néstor Kirchner, quien firmó un decreto de necesidad y urgencia creando la entidad que reemplazó a la Policía Aeronáutica Nacional en el control de los aeropuertos argentinos. Sain fue designado interventor de este nuevo organismo, que dejo de estar bajo la conducción militar y pasó a manos civiles.
Desde ese cargo envió a reprimir a los trabajadores que se concentraron en el hall de Aeroparque que reclamaban la continuidad laboral. Decenas de heridos y dos detenidos fue el saldo de la brutal represión. Renunció después de haberse descubierto el contenido de la valija con 800 mil dólares que traía Guido Antonini Wilson a la Argentina. Se especuló que el gobierno no le perdonó este hallazgo.
Siguió buscando y encontró otros tropiezos en sus intentos por reformar la seguridad. El diputado fue uno de los impulsores de una seguridad democrática, junto a León Carlos Arslanián y el presidente del CELS Horacio Verbitsky, quienes suponían que bajo el “control civil” de las Fuerzas de Seguridad se podría desterrar el “autogobierno policial”. En el 2010, Tras el desalojo criminal de las familias sin techo del Parque Indoamericano, crean el Ministerio de Seguridad bajo la dirección de Nilda Garré. Esta respuesta reaccionaria frente a las demandas de las familias sin techo fue presentada como una salida para evitar los abusos y excesos policiales. Sin embargo los brutales desalojos continuaron. Las familias que ocupaban el ex asentamiento Papa Francisco fueron víctimas de la represión policial que estaba bajo el mando de la conducción civil.
Este proyecto demostró ser sólo un sueño reaccionario de los reformistas. En tanto doctrina de Estado basada en el control civil de las Fuerzas de Seguridad, se demostró como una reforma utópica. La seguridad terminó en manos del secretario de Seguridad, Sergio Berni, el coronel Roberto Galeano (mano derecha de Berni) y el carancho y López Torales. La política reaccionaria de Sain se vio más expuesta aún cuando salió a luz que el excoronel Galeano especialista en Inteligencia y espionaje (nombrado por Berni como coordinar las fuerzas en el Ministerio de Seguridad), se infiltraba entre las organizaciones obreras, sociales y políticas que se manifestaban en la Panamericana para exigir Familias en la Calles nunca más. Este hecho demostró que el control civil de las fuerzas de seguridad no podía desterrar el “autogobierno policial”.
Por esto mismo es que las reformas de los servicios de inteligencia y la creación de la nueva AFI no puede resultar una salida progresiva, en tanto son instituciones que componen el aparato represivo del Estado. Si con la seguridad democrática las Fuerzas de Seguridad tenían instrucción en cursos de derechos humanos, ahora los espías tendrán un “progre” al frente de su instrucción para una tarea definida estratégica para la seguridad del Estado de los capitalistas.
Cuando tomó estado público el espionaje que sufrieron (y sufren) los trabajadores a través del Proyecto X, Sain sostuvo, en declaraciones a Tiempo Argentino (29/2/12), que "desde hace años, la DEA y otras agencias de seguridad estadounidenses vienen alentando a las policías y fuerzas de seguridad federales hacer un seguimiento de las redes y grupos locales dedicados al narcotráfico y de los movimientos y manifestaciones colectivas de protesta social”.
Sain agrega que estas agencias equipan a las policías criollas, con tecnologías, capacitaciones, instructores y financiamiento a los efectos de conformar, entre otras cosas, bases de datos. Y no dudó en sostener que la inteligencia interna está al servicio de los intereses norteamericanos. Después de estas declaraciones de Sain, no se puede dudar que él asume un cargo, como responsable de los espías criollos, que inexorablemente estará al servicio de los yanquis.
“Depurar” los servicios de inteligencia, un nuevo canto de sirena del falso progresismo kirchnerista.