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Red Internacional
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TRIBUNA ABIERTA. Marcha Federal, unidad de acción e independencia política

La Izquierda Diario reproduce el aporte de la Corriente Izquierda Revolucionaria, a partir del debate abierto con el PTS por la participación en la Marcha Federal.

Sábado 24 de septiembre de 2016

Bajo el título "Sigue el debate luego de la Marcha Federal: frente a una posición sindicalista", las compañeras Laura Magnaghi y Paula Canalis del PTS, publicaron días atrás en La Izquierda Diario una posición crítica con nuestra perspectiva de intervención de cara a la Marcha Federal del 2 de septiembre.

Cabe destacar que más allá de los imprescindibles giros retóricos propios de toda polémica, el artículo mantiene un tono fraternal. Con ese mismo espíritu damos continuidad a la discusión, focalizando en primera instancia en los aspectos tácticos y estratégicos que se ligan al hecho político que suscitó la discusión: la Marcha Federal (MF).

Sobre el carácter de la Marcha Federal

En su crítica a la intervención planteada por Izquierda Revolucionaria (IR) para la Marcha Federal, las compañeras del PTS señalan que "con razón" IR realizó "algunas delimitaciones con la convocatoria de la marcha"; sólo que –a su entender- lo hicimos con una estrecha mirada sindicalista, que llevó sólo a realizar "correctas exigencias sindicales, de lucha, sin cuestionar el principal objetivo de la Marcha Federal: favorecer al kirchnerismo".

Lo que IR no habría alcanzado a comprender y que constituye la base fundamental del posicionamiento abstencionista del PTS (el "reflejo sectario", según nuestra caracterización), es que "la Marcha Federal fue un acto político que no tuvo ningún objetivo de lucha".

Dejemos de lado por un momento que la masividad de la movilización ejerció una presión decisiva para que la conducción de la CGT tenga cada vez menos margen de maniobra para dilatar la convocatoria a alguna medida de fuerza, y concedamos transitoriamente al argumento del PTS de que la MF fue sólo un acto político.

Por este motivo, en lo formal, las compañeras y compañeros del PTS resolvieron no participar partidariamente en la movilización, haciéndolo sólo a través de las agrupaciones sindicales de base en los sindicatos convocantes. Los conocidos vínculos y acuerdos de parte de los principales convocantes a la MF con intendentes, dirigentes y ex funcionarios kirchneristas se presentan como la demostración contundente de ese carácter. Es decir, vinculaciones y alianzas que se ubican en el plano de lo obvio para cualquier militante del campo popular.

Sin embargo, este decreto unilateral que hace el PTS sobre el carácter de la movilización (acto político sin objetivos de lucha), es el que le permite justificar su abstención como partido en esta movilización convocada por las CTA´s, cuando contrariamente sí lo hicieron orgánicamente en diversas movilizaciones convocadas por la burocracia de la CGT durante el reciente período kirchnerista.

Un ejemplo claro de esto se dio el 27 de junio de 2012, cuando Camioneros y gremios afines al moyanismo movilizaron a Plaza de Mayo contra el impuesto al salario y el tope a las asignaciones familiares. En aquella ocasión, el PTS caracterizó que sobre demandas justas y progresivas, Moyano desplegó una"política patronal" y "jugó en la interna del peronismo". Sin embargo, eso no impidió la participación del PTS en la movilización, que fue propagandizada en la tapa de La Izquierda Diario Impreso de esos días.

Comparemos: cuatro años atrás el moyanismo movilizó masivamente a Plaza de Mayo y jugó la interna del peronismo en contra del kirchnerismo; hace pocos días, sobre la base de una importante movilización, el yaskysmo jugó la misma interna sólo que a favor del operativo "vamos a volver".

¿Cuál sería la diferencia cualitativa entre uno y otro hecho?, ¿cuál el argumento consistente que explique el viraje de la intervención de entonces a la no participación de días atrás? Creemos que no lo hay.

Por otra parte, de no corregir su error, el PTS debería también abstenerse a futuro de una eventual movilización convocada por la CGT "reunificada", que más o menos veladamente tendría un objetivo político fundamental: favorecer al Frente Renovador (FR).

En ese caso, ¿qué harán las compañeras y compañeros del PTS si del Comité Central Confederal del próximo 23 de septiembre, en lugar de llamar a un paro general, la CGT convoca a una movilización a Plaza de Mayo? Con el mismo criterio sectario deberían abstenerse nuevamente "de participar con sus propias banderas". Y adelantamos que no serán necesarias (ni oportunas) fotos de encuentros de los organizadores con Massa para arribar a la conclusión de qué sector político saldría favorecido, ya que de la flamante conducción tripartita de la CGT, 2 y ½ de sus integrantes son militantes del FR.

En resumen: al tiempo que caracterizan de "sindicalista" nuestra perspectiva, las compañeras y compañeros del PTS denotan una concepción sobreideologizada de la lucha reivindicativa, unamirada economicista de la batalla política y un vaivén táctico con fundamentos volátiles.

Nuestra perspectiva y tradición político-sindical

En la presente coyuntura, desde Izquierda Revolucionaria entendemos prioritaria la más amplia unidad de acción para la lucha, con el objetivo estratégico de derrotar las políticas de ajuste del gobierno macrista, a través de la organización de base y la movilización callejera. Sabemos que ese objetivo sólo puede conseguirse mediante correlaciones de fuerzas reales construidas al calor de la lucha de clases y no a través de posiciones político-ideológicas en abstracto.

Los procesos de lucha masivos, los únicos con los que podemos alcanzar victorias en esta etapa, son por definición heterogéneos desde el punto de vista político, porque siempre contienen a su interior perspectivas políticas en tensión o abierta disputa.
Estamos convencidos y convencidas de que la batalla por la independencia política de clase y por una salida obrera y popular al ajuste del macrismo y los gobiernos provinciales, sólo puede arrojar resultados fructíferos si se desenvuelve en masivas experiencias de resistencia a esas políticas antipopulares, al interior de las cuales debemos desarrollar una participación protagónica.

Por esta razón, planteamos como orientación general el concepto de unidad de acción para la lucha con perfil político propio, lo que lejos de significar una renuncia a la disputa antiburocrática supone ubicarla en los términos más favorables en la medida de nuestros desarrollos e inserción actuales.

Cabe destacar que no nos oponemos por principio, ni mucho menos, a la táctica de la "columna independiente" y hasta seguramente será necesaria en más de una ocasión a futuro.

En cambio, sí cuestionamos su utilización como fórmula mágica para toda coyuntura y oportunidad; su imposición superestructural o forzada en sindicatos y ámbitos de base en los que los sectores combativos somos oposiciones minoritarias; y, junto con esto, la utilización aparatista para ese fin de las referencias sindicales combativas, incluidos sus logos, como sucedió de cara a la marcha del 9 de agosto a Plaza de Mayo (en esa ocasión, por impulso "a tambor batiente" del Partido Obrero, fundamentalmente).

Aciertan las compañeras del PTS cuando ligan nuestra perspectiva de intervención a la tradición de Agustín Tosco. En verdad, es pública nuestra reivindicación de la figura del "Gringo" (manifestada en numerosas elaboraciones y artículos) y ciertamente nos enorgullece que puedan identificarse en nuestra praxis político-sindical aspectos de ese "linaje histórico".

No por casualidad confluimos en la CPS Rompiendo Cadenas diversas organizaciones políticas y militantes independientes que desde diversas identidades compartimos la reivindicación de Tosco, como síntesis de una forma similar de entender la intervención sindical en un sentido democrático, combativo y afianzada en principios de clase.

Para los objetivos de este artículo alcanza con señalar que a diferencia del abordaje que hace el PTS del período, con el que discrepamos en caracterización y conclusiones fundamentales, no concebimos de forma antagónica las tradiciones del "sindicalismo de liberación" y el "clasismo" de los años ´60 y ´70.

Por el contrario, identificamos allí afluentes fundamentales y complementarios en la perspectiva de construcción y desarrollo de los sectores combativos, antiburocráticos y clasistas del movimiento obrero en la actualidad.

Como se ve, debates necesarios y de vigente actualidad, más allá de su dimensión histórica, sobre los que tenemos plena disposición para profundizar en los ámbitos e instancias apropiados.

En este sentido, consideramos que la polémica fraternal, lejos de ser un obstáculo, debe servir para promover más genuinas bases políticas de entendimiento con las distintas fuerzas de izquierda con las que compartimos diferentes experiencias antiburocráticas y combativas en diversos sindicatos y sectores de la clase trabajadora.