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Red Internacional
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Actualidad. Marcos Peña frente al Congreso: el hombre de la máscara de piedra

Un repaso por la sesión de este miércoles. Peña evadió temas económicos, ratificó el presupuesto de ajuste y negó descaradamente haber estado al tanto de las amenazas recibidas por los diputados de la izquierda, Del Caño y Bregman.

Jueves 4 de octubre de 2018

Este miércoles, el jefe de Gabinete Marcos Peña participó de una de las usuales sesiones informativas frente a la Cámara de Diputados. Es la primera que se realiza desde la firma del segundo acuerdo con el FMI y la presentación del presupuesto 2019, que plantea un mayor ajuste sobre la salud, la educación y las jubilaciones.

En su intervención inicial Peña evitó hacer mención del tema que preocupa a las grandes mayorías: la economía. Se centró, en cambio, en dar cuenta de los “avances en materia de seguridad, narcotráfico y justicia”, leyendo de un informe aburrido y sin novedades.

A lo largo de la sesión, con su misma cara de siempre, evitó responder preguntas precisas sobre el proyecto de presupuesto que el gobierno pretende hacer votar con el consenso de ese peronismo que llaman "racional" para no decirle cuasi oficialista.

En particular, le hizo el ole a responder aquellos cuestionamientos a las pautas de inflación y dólar con las que se formuló el presupuesto y que ya fueron superadas por la realidad o desmentidas por funcionarios de Cambiemos. Al contrario, Peña ratificó los números sin dar ninguna explicación. Son “los valores correctos para poder encarar este equilibrio fiscal que necesitamos como país”, dijo.

Una hora antes de que terminara la sesión, una marcha contra los recortes en discapacidad llegó hasta el Congreso y su reclamo se filtró por las ventanas del palacio que ya supo votar el saqueo a los jubilados y negar el derecho al aborto a las mujeres. Igual, Peña siguió inmutable.

El presupuesto y la “recesión planificada”

Como se esperaba, diputados del kirchnerismo y de la izquierda denunciaron los intentos de evasión de Peña y cuestionaron duramente el proyecto de presupuesto.

Por el lado de la izquierda, el diputado del PTS-Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, afirmó que “más allá de alguna reformulación que puedan hacer en las oficinas de Cristine Lagarde, el presupuesto aumenta un 50% el pago de los intereses de la deuda. Con este monto se podrían dar 19 mil pesos por mes para cada hogar pobre de la Argentina. Entonces no mientan, no sigan diciendo que les interesan los sectores populares”.

Además, Del Caño mencionó a los sectores en lucha: a los docentes de Moreno, a los trabajadores del Hospital Posadas y del Astillero Río Santiago, entre otros. Cuando tocó la mención a los mineros del Río Turbio, que están acampando frente al Congreso, el referente de la izquierda levantó una bolsa con carbón que los obreros le dieron para entregarle a Peña.

En un intento de traer un poco de humanidad a un recinto más bien frío y técnico, Del Caño hizo mención a algunas de las postales que se sufren en tiempos de crisis: un docente de Vialidad que se suicidó luego de ser despedido, un paciente que entró en coma en el Hospital Posadas porque no había insumos suficientes. Peña no pareció conmovido.

“Nos dicen de manera descarada que están planificando una recesión, es decir que están planificando la destrucción de miles de puestos de trabajo”, fustigó el joven diputado.

Ver más: Video de la intervención completa de Nicolás Del Caño

Del lado del kirchnerismo, las intervenciones más destacadas vinieron de Axel Kicillof y Agustín Rossi. En ambos casos denunciaron las incongruencias del presupuesto, cuyas metas de inflación y del valor del dólar ya han sido superadas por la realidad e incluso desmentidas por los propios funcionarios del gobierno.

“Vaya y rehaga el presupuesto”, demandó el ex ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner.

Por ahora, estas encendidas intervenciones del espacio peronista opositor no se traducen en un llamado concreto a la movilización y menos en un plan de lucha para impedir la votación del presupuesto de ajuste, que, por otra parte, no saldría sin los valiosos votos de sectores peronistas que supieron integrar las listas del Frente para la Victoria.

Los antecedentes por ahora juegan en contra: cuando fue la votación del saqueo a los jubilados, Moyano no convocó a parar y movilizarse.

Dentro de este espacio, el que dio la nota en la sesión fue Daniel Scioli. El excandidato a presidente, que nos vendieron como supuesta garantía contra la derecha, se dedicó este miércoles a felicitar al gobierno por las Olimpiadas de la Juventud: solo habló de deportes. Nos mean dinosaurios y Scioli ni siquiera dice que llueve.

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No sabe, no contesta

Una de las resoluciones de la sesión, propuesta al comienzo por la diputada Araceli Ferreyra, fue un proyecto repudiando “las amenazas de muerte” contra Del Caño y Bregman. Ambos diputados recibieron durante dos días consecutivos y de modo coordinado amenazas en sus celulares, que no casualmente comenzaron en el marco del paro nacional llevado adelante la semana pasada. Los mensajes incluían imágenes de Videla e intimidaciones evocando a la dictadura genocida.

La cámara baja entonces rechazó “el intento de amedrentamiento contra dirigentes del PTS-FIT” y reclamó al gobierno adoptar medidas “para que no se sigan perpetrando hechos de amedrentamiento”.

En su intervención, Del Caño preguntó a Peña por qué ningún integrante del ejecutivo salió a repudiar el hecho. Ante esto la mano derecha del presidente contestó, a cara de piedra, que “no estaba al tanto de las amenazas” pero que por supuesto “se solidariza” como le “exigen siempre a todas las fuerzas políticas que lo hagan en el caso de cualquier dirigente”.

La respuesta, con chicana incluida, resulta insólita: los graves hechos tienen estado público y hasta la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires votó un repudio.