Varios casos de gatillo fácil en los últimos días con distintas fuerzas represivas involucradas, ninguna queda exenta de la violencia institucional.
Lucas González en la Ciudad de Buenos Aires, Luciano Olivera de 16 años en Miramar, y el caso Lucas Ismael Galván, de 16 años, asesinado por un prefecto cuando salía de una fiesta en Almirante Brown, por mencionar algunos ejemplos. Este viernes 17 a las 18 h la Correpi presenta, en Plaza de Mayo, su informe anual sobre la situación represiva nacional y actualización del archivo de casos.
Sobre esto y más conversamos en #AlertaSpoiler con María del Carmen Verdú, abogada y militante de la Correpi y de Abriendo Caminos. Aquí sus principales definiciones. Mirá la entrevista completa en nuestro canal de Youtube.
Con el caso de Lucas González se produjo algo que habitualmente no sucede, y es que de manera inmediata, en menos de una hora, se desarticuló la versión de la Policía. Se demostró falso ese parte policial tomado a libro cerrado, tomado tanto por las agencias de noticias como por la propia Justicia, que mandó a detener a los pibes que estaban con Lucas. Eso hizo que se preste más atención a una práctica que es cotidiana. Ayer publicamos una nota en Correpi señalando que entre Lucas y Luciano hubo 12 casos en todo el país, con distintas fuerzas. Justamente lo que ocurrió es que como 3 días después del asesinato de Lucas se produjo la muerte de Alejandro Martínez en la comisaría de San Clemente del Tuyú, luego el asesinato de Elías Garay con la modalidad de la tercerización de la represión, y ahora el caso de Luciano en Miramar; todo eso hace que quedasen como enganchados esos cuatro casos, con una trascendencia una visibilidad mediática que normalmente no existe ni han tenido otros casos. Es natural para los pibes, permanentemente son blanco del verdugueo, de las detenciones arbitrarias, y del gatillo fácil. Por eso reaccionar de esa manera en Miramar cuando la versión oficial fue “se me escapó el tiro”, cuando todos sabemos que una 9mm tiene doble sistema de seguro, tener la bala en recamara, etc. Son reacciones populares, como ocurrió en la Masacre de Monte, son vecinos y vecinas, pibes y pibas que salen a la calle y que van a escrachar la Comisaría. Así como el caso de Lucas no hubiese trascendido sin un club de por medio, cuyos referentes empezaron a llamar a periodistas deportivos para darles a conocer y desarticularon la versión policial, si en Miramar no hubiese estallado el pueblo tampoco nos estaríamos enterando de lo que pasó. Una parte de la familia de Luciano es parte de la fuerza policial, la tía es policía y afirma que “lo mató por pelotudo”, que es la tesis del psicópata que fue reclutado por error. Pero se trata de una política de Estado. Berni demuestra que nunca leyó el Código Penal. Es un delito típico el gatillo fácil, está en el artículo 80 inciso 9. O está diciendo una barbaridad, porque total ningún medio que lo entreviste va a ir a chequear si lo que dijo es real. El artículo 79 sanciona la conducta del que mata a otro. Es la figura básica, de homicidio simple. Luego están las figuras de homicidio atenuado (por abuso de legítima defensa, en emoción violenta, por una necesidad, etc.), que son figuras atenuadas, con penas menores. Y luego está el artículo 80, que tiene los homicidios agravados, que tiene como pena la prisión perpetua. Entre sus incisos, así como se incorporó el femicidio en su reforma más reciente, está también el homicidio agravado por el vinculo, y también está el incido 9 que es la tipificación del gatillo fácil. Dice que tendrá prisión perpetua el miembro de una fuerza de seguridad que matare a otra persona con abuso de su cargo o función. Ósea utilizando sus recursos de función para el hecho o para el encubrimiento posterior, que es el caso típico del uso del arma reglamentario. En cada juicio oral al que llegamos por gatillo fácil, nuestra visión con jueces y fiscales es que en el mejor de los casos ellos quieren condenar como homicidio simple como si fuesen cualquier civil, nosotros peleamos porque sea homicidio agravado por ser su autor un miembro de una fuerza de seguridad que obró abusando de los recursos a su disposición. Cuando condenas por homicidio simple condenas al individuo, pero no reconoces el carácter institucional del hecho, reconociendo que es un crimen de Estado que se cometió con un arma del Estado. Son todas malas noticias, como cada día que Berni sigue siendo ministro de la Provincia, ya está resuelta la incorporación de 40 mil efectivos más, lo cual lleva a la Policía Bonaerense al nivel de ejército de ocupación, con arriba de 150 mil efectivos. Probablemente empiece a estar a la altura de la Ciudad de Buenos Aires en cantidad de policías por habitante, que ya con la Policía de la Ciudad supera a prácticamente todas las ciudades del mundo y triplica lo que es considerado óptimo por Naciones Unidas, que establece un ideal de 1 policía cada 300 habitantes. La Ciudad tiene el triple. La Provincia tenía el doble, con esta nueva incorporación estarán casi a la par. La ley de Presupuesto 2022 de manera uniforme en Ciudad, Provincia y otras provincias, se destina más fondos a infraestructura de represión que a infraestructura escolar. Hay más plata para construir cárceles que para construir escuelas. El acuerdo con el FMI es lo que genera un empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadores, el ajuste. Cuando la plata está, se la utiliza para incrementar la fuerza represiva. A mayor ajuste, mayor represión, es un silogismo que aprendimos a lo largo de las décadas. Este viernes 17 presentamos el Informe Anual de Correpi y la actualización del archivo de casos con la consigna “30 años en las calles contra la represión” por nuestro 30° aniversario, pero la consigna sigue “La deuda es con el pueblo”. De eso se trata, con ellos es la deuda, no con los buitres del FMI. Hay una integración y una necesidad permanente de integrar ambas luchas, que vivamos mejor, que nuestras pibas y pibes tengan un futuro mejor. Las decisiones tomadas por el Gobierno nacional, los provinciales y de la Ciudad, nos pusieron una situación preocupante en materia de todas las modalidad de la represión estatal, particularmente con las muertes en cárceles y comisarías, que se han triplicado, y la del gatillo fácil, que se viene sosteniendo cunado objetivamente tendría que haber bajado al haber menor circulación de gente en las calles.