El expresidente reivindicó la decisión judicial que suspendió elecciones en San Juan y Tucumán. Además, defendió a Gerardo Morales y al gobierno radical de Jujuy, donde también existe un sistema fraudulento basado en listas colectoras.
Miércoles 10 de mayo de 2023 19:29
Más cantado que la canción más cantada en el país. Mauricio Macri, el renunciado candidato a presidente de Juntos por el Cambio, celebró el fallo de la Corte Suprema de Justicia.
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Lo hizo mediante una publicación en su cuenta de Facebook. Allí afirmó, entre otras cosas, que “esta decisión le pone un límite al abuso de poder en provincias cuyo sistema de gobierno ha sido calificado con la metáfora de “feudales”, por el poder casi absoluto que acumulan los gobernadores”.
En una abierta defensa del gobierno del radical Morales agregó que “entre esas provincias por supuesto que no incluyo a Jujuy, donde existe la alternancia política y su gobernador, como vimos en las elecciones del otro día, no intentó eternizarse en el poder”.
La realidad es muy distinta. Morales intentó sostenerse en el poder. La reforma constitucional planteada por el oficialismo apostaba a ese objetivo. Sin embargo, el cuestionamiento social lo hizo desistir.
Además, Macri hace silencio sobre un hecho grande como una casa (como una de sus casas): el intendente de San Salvador, Raúl “Chuli” Jorge, también radical, fue reelegido por quinta vez. Si eso no es “eternizarse”, no se entiende muy bien a qué se referiría el concepto.
Pero, además, el régimen jujeño funciona también con el mecanismo de listas colectoras, un sistema completamente fraudulento donde decenas de listas legislativas terminan funcionando como un canal para votar a un cargo ejecutivo. Un mecanismo que confunde al electorado y burla el limitado derecho al voto que da esta democracia capitalista.
Macri también afirmó en relación al oficialismo nacional que “no toleran que un poder del Estado les ponga límites, aunque su trabajo constitucional sea precisamente ése. No sólo critican el fallo: critican la misma legitimidad de la Corte para decidir. Esa conducta, del presidente y la coalición de gobierno, es antidemocrática”. Arrastrándose a más no poder, agregó que “la Corte Suprema es el árbitro de nuestra vida en común. Es la que aplica las reglas del partido que jugamos todos los días”.
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La Corte Suprema está lejos de ser un árbitro imparcial. Actúa en la escena política inclinando la cancha hacia los intereses del poder económico. En el terreno político, hoy evidencia una asociación nítida con la oposición de derecha agrupada en Juntos por el Cambio.
La defensa de Macri de este fallo es la defensa de ese rol bonapartista de la Corte, de esa arbitrariedad del Poder Judicial, que tiene como finalidad imponer cierto orden en la escena política nacional en función de los intereses del gran poder económico.
Un poder económico que empuja el ajuste ordenado por el FMI. El mismo ajuste que el gobierno del Frente de Todos aplica abiertamente.
