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Red Internacional
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Cursos abiertos. Más de 500 inscritos y cerca de 150 conexiones en los dos primeros días de los cursos de marxismo

"Ha sido un acierto hacer estos cursos: además del alto número de inscripciones, en las sesiones se ha notado un alto interés por los temas tratados", señalan desde la coordinación de los cursos abiertos de marxismo impulsados desde este sitio.

Domingo 16 de enero de 2022

Ese es el balance de las dos primeras jornadas. Todavía están abiertas las inscripciones: el curso es totalmente gratuito, y sólo debes dejar tus datos aquí.

El primer día, el viernes, a las 18:30, empezó el curso de Introducción al marxismo revolucionario con alrededor de 90 conexiones. En esta primera sesión, estuvieron a cargo Juan Valenzuela y Diego Lobos. El sábado, a la misma hora, se realizó el curso Introducción a la economía marxista, a cargo de Elías Muñoz con cerca de 60 conexiones.

Diego Lobos, explicó la “razón de ser” de estos cursos: “Para nosotros se trata de recuperar el marxismo como una teoría revolucionaria que contribuya a la emancipación de la clase trabajadora de las cadenas de la explotación. El marxismo no tiene nada que ver con una hipertrofia del un aparato estatal opresivo contra las masas, como muchas veces caricaturizan, utilizando forzadamente ejemplos como Corea del Norte o Venezuela, que nada tienen que ver con el socialismo. El marxismo apuesta a que los trabajadores y trabajadoras gobiernen sus propios destinos”.

¿Qué abordaron en la primera sesión del curso de Introducción al marxismo revolucionario?

“En la sesión del viernes, se abordó el surgimiento del marxismo en su contexto histórico -explica Juan Valenzuela-: vimos la relevancia tanto de la revolución industrial que se inicia en la década de 1760 y cuyo principal hito es la invención de la máquina a vapor, como de la revolución francesa y la toma del poder por el ala jacobina en 1792, que marcaron la época en que los niños y luego jóvenes Marx -nacido en 1818- y Engels -en 1820- vivieron sus primeros años de vida. Explicamos como en ese periodo de surgimiento y desarrollo de una joven clase trabajadora, surgieron también distintas alternativas políticas de ésta, como el movimiento liderado por Blanqui en Francia (condenado a prisión perpetua en 1839), o el luddismo y el cartismo de Inglaterra. Explicamos la ruptura de Marx con el idealismo: lo importante que fue la lectura y posterior crítica del filósofo materialista Feuerbach. Marx rescata el materialismo filosófico de éste, contrapuesto a la filosofía idealista de Hegel que veía en el espíritu el motor del desarrollo de la historia y en el Estado la realización de la razón. Feuerbach pone en el centro de su filosofía al “ser humano”.

Pero Marx no se conforma con eso, y critica que el materialismo de Feuerbach sea puramente contemplativo, es decir, que se reduzca a reconocer que existe una “realidad material” externa a la conciencia que imprime sus impresiones en aquélla a través de las sensaciones y critica también su concepto abstracto de ser humano que no analiza las relaciones sociales que lo configuran. Para Marx hace falta un “materialismo activo”, “subjetivo”, que incorpore la praxis revolucionaria y que analice el conjunto de las relaciones sociales que son también relaciones históricas, es decir, que nacen y mueren. Con ese concepto el joven Marx, que empieza a romper con la filosofía de su época, evoca el potencial transformador de los seres humanos y su actividad de producción, pero sobre todo el potencial transformador de la clase trabajadora, el nuevo sujeto histórico revolucionario que emerge al calor del desarrollo del capitalismo.

Marx ve en esa clase trabajadora la posibilidad de transformar el mundo y construir una sociedad comunista. Para Marx esa es la única posibilidad de libertad. Marx no cree que la libertad sea simplemente una “libertad de elegir sin coacción externa”, como piensa el liberalismo que entiende al ser humano como si fuera un individuo aislado con intereses egoístas. El ideal de libertad de la revolución francesa, piensan Marx y Engels, se transformó gracias al capitalismo en la mera libertad de mercado y en la libertad de explotar la fuerza de trabajo. Pero quienes no cuentan con nada más que su fuerza de trabajo para venderla en el mercado a cambio de un salario, viven bajo el reino de la necesidad, no de la libertad. El comunismo es la libertad porque es una sociedad de la abundancia en la cual todas las riquezas de la sociedad son de la sociedad y no de una clase propietaria especial. En una sociedad así, donde termina la lucha por la existencia individual y las clases sociales, Marx y Engels veían que no iba a ser necesario el Estado. Por esta razón y otras, sólo el comunismo puede emancipar a la humanidad del reino de la necesidad al poner todas las conquistas de aquélla al servicio de la sociedad. La clase trabajadora, por sus propias condiciones de existencia, muchas veces sin los medios de vida necesarios para subsistir, está interesada históricamente en revolucionar el orden capitalista que predica de libertad pero que coacciona a trabajar a cambio de un salario que muchas veces sólo alcanza para reproducir la fuerza para seguir trabajando. El capitalismo impide que nos desarrollemos de manera integral, pero el comunismo, al garantizar los medios de vida al ser colectivizadas las fuerzas productivas, facilitará el desarrollo de todas las potencialidades humanas”.

¿Cuáles fueron los temas abordados en la primera sesión del curso de Introducción a la economía marxista?

“En esta primera sesión -señala Elías Muñoz- comenzamos por una pregunta actual: ¿Por qué en medio de una pandemia mundial donde más de 150 millones de personas pasaron a la pobreza, los principales millonarios del país casi duplicaron su fortuna? Para responder a esa pregunta es necesario estudiar desde la raíz el sistema capitalista.

Por eso partimos por explicar qué es la explotación. Un fenómeno social que implica la apropiación de lo producido por una minoría (la clase dominante) que no trabaja y que surgió a partir del avance productivo de la sociedad que avanzó a no producir solo lo necesario. A lo largo de la historia se han desarrollado diversas sociedades donde existe la explotación como la esclavitud, el feudalismo y también el capitalismo. Para entender esa explotación estudiamos la “célula” del sistema capitalista, la mercancía. Utilizando los conceptos de “valor de uso” y “valor de cambio” nos aproximamos a la caracterización de lo que contiene cada mercancía y el concepto de “valor” para señalar aquello que se devela común a todas las mercancías, el trabajo humano invertido en ellas. Terminamos señalando que esta aproximación, la del trabajo invertido en cada mercancía es la llave que luego permitirá entender la explotación en el capitalismo, cuestión que trataremos en la segunda sesión”.


Juan Valenzuela

Santiago de Chile

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