Ante el inicio del paro magisterial, los medios al servicio del gobierno derraman bilis. Maestras y maestros enfrentan en las calles las nefastas consecuencias de la aplicación de la reforma educativa de los organismos internacionales y los empresarios.
Martes 5 de junio de 2018
“Maestros desatan el caos con marchas y bloqueos”, dijo el Excélsior. “Tras 9 horas de caos en la CDMX, la CNTE instala plantón”, tituló Eje Central. “Pese a paro de CNTE, hay clases en casi 100% de escuelas”, señala el Periódico el Zócalo. “Cese a maestros paristas en Chiapas, advierte secretaría”, anuncia La Jornada. “Paro magisterial indefinido sería catastrófico, advierte Coparmex”, publica NVI Noticias.
Es inevitable no arder de indignación al ver los titulares de los medios al servicio del poder. Sus plumas compiten, a ver cuál de ellas despliega el discurso más reaccionario y criminaliza más a las mujeres y los hombres que enseñan a leer y escribir a las hijas y los hijos del pueblo trabajador.
Llenan páginas y portales de basura al servicio del gobierno de Peña Nieto que sumió en la miseria a gran parte de la población, que dejó en el abandono a los damnificados del sismo, que obliga a maestras y maestros a dar clases en edificios vulnerables ante terremotos. Sólo dan voz y espacio a las autoridades y a los empresarios.
Ése es el reaccionario rol de los medios masivos de comunicación: crear una opinión pública hostil a los sectores que enfrentan los planes del gobierno y el imperialismo estadounidense. No hay que caer en la trampa.
¿Que los maestros generan caos con bloqueos, plantones y paros? Por favor. Caos genera Peña Nieto y los partidos del Pacto por México (PRI, PAN, PRD), que abrieron camino a las reformas estructurales, entre ellas la educativa y la energética.
El verdadero caos es de la profundización de la violencia por más de 11 años de “guerra contra el narco”, iniciada por el panista Felipe Calderón y continuada por Peña Nieto, donde día con día se suceden las desapariciones forzadas, las ejecuciones y van al alza los feminicidios. El pueblo pone los muertos, el ejército, la marina y el crimen organizado pone las balas.
Caos, señores escribientes al servicio del poder, caos es que aunque los maestros se esfuercen en enseñar, con la panza vacía los niños no pueden aprender. Y es la pobreza generalizada en amplios sectores el factor determinante de esa situación abominable, debido a los salarios miserables que perciben gran parte de la clase trabajadora. Esto mientras los altos funcionarios se adjudican salarios millonarios y una vida de lujo y ostentación.
Caótico es el vaciamiento de las arcas estatales y federales gracias a Peña Nieto y su corte de gobernadores, encabezada por el exgobernador de Veracruz Javier Duarte, y del que forman parte, entre muchos otros, Roberto Sandoval (Nayarit) y Roberto Borge (Quintana Roo). Todos socios del crimen organizado y enriquecidos a costa del erario público y de recortar presupuesto para salud y educación.
Y es caótica también la pérdida de soberanía energética debido a la entrega de los recursos estratégicos como el petróleo a las trasnacionales, entre ellas Exxon y Shell, responsables de la devastación del medio ambiente. Esto gracias a la reforma energética diseñada en las oficinas de Hillary Clinton y transmitida a las autoridades mexicanas.
Es indignante que aun no sabemos dónde están los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Que la masacre de Nochixtlán, y tantas otras, están impunes. Porque ésa ha sido la respuesta gubernamental ante la protesta social: represión y muerte, y una saña particular con el magisterio.
Y ahora, ante el reanimamiento de la lucha en las calles contra la reforma educativa, despliegan amenazas de despidos, de descuentos. Esos mismos despidos y descuentos de los que están exentos diputados y senadores que votan en el congreso la entrega y el saqueo de México, aunque tengan 130 faltas durante un periodo legislativo.
El magisterio, que enfrenta esta reforma educativa diseñada para precarizar sus condiciones laborales y degradar aun más la formación de las nuevas generaciones, no está solo. Se empiezan a expresar voces solidarias, de estudiantes, de trabajadores de otros sectores. Y sumarán otras: porque las maestras y los maestros que hoy están en las calles encarnan el hartazgo de millones que repudian las reformas estructurales y la degradación creciente de las condiciones de vida y de trabajo.
En la Izquierda Diario no somos neutrales: apoyamos al magisterio que enfrenta la reforma educativa. Y abrimos nuestro diario a sus denuncias, sus testimonios, sus voces.
¡Toda la solidaridad con el magisterio!