Un realizador canadiense dado a construir mundos inquietantes, donde la ciencia ficción se acerca a nuevas visiones de “lo humano” y una actriz inglesa de larga trayectoria, con películas de corte feminista además de una conocida y activa militancia trotskista en los años 70, son homenajeados en el Festival de Venecia, dando un poco de sentido a esta suerte de escaparates de lujo del cine de autor que se han convertido los festivales, con una parafernalia cada vez más uniforme.
Eduardo Nabal @eduardonabal
Martes 11 de septiembre de 2018
Cronenberg, cuyo último filme “Maps to the stars” constituye uno de los retratos más despiadados del Hollywood moderno, renovó o hizo suyo el cine de terror de los 70 y 80 acercándolo no solo a lo enfermizo sino a nuevas visiones de la corporalidad, la psicología y la sexualidad.
De carrera irregular tiene en su haber filmes tan perturbadores como “Inseparables”, protagonizada por Jeremy Irons, dando vida a dos gemelos ginecólogos en proceso de autodestrucción, o filmes de terror/fantasía que en los años 70 y 80 sorprendían por su visión del mundo lúcida, subversiva y pesimista y de seres a la búsqueda de una “nueva carne”. Es el caso del protagonista de “Videodrome”, un filme de culto que dio a conocer a este canadiense con gusto por el lado oscuro de la condición humana y los límites inexplorados de nuestra anatomía. Ingeniero de nuevas corporalidades, siempre discutible, hizo suyas algunas modernas teorías sobre el cuerpo y el cyborg.
Vanessa Redgrave, que estuvo casada en los años 60 con el joven airado Tony Richardson, se unió a los últimos coletazos del “free cinema” con películas como “Morgan un caso clínico”, la sátira anti-psiquiátrica de Karel Reisz. En los años 70, años de intensa actividad política de la actriz -en las que llego a presentarse varias veces como candidata del trotskista Workers Revolutionary Party (WRP)-, protagonizó “Julia” de Fred Zinnemann junto a Jane Fonda, recreando la vida y la militancia antifascista de la escritora Lilian Hellman, represaliada por la “caza de brujas”.
Redgrave ha dado siempre comprometidos discursos solidarios y antiimperialistas con causas como las del pueblo palestino, al tiempo que ha añadido su porte y encanto al cine inglés “de qualité” y base literaria, con intervención repetida en películas donde se critica el machismo y la homofobia vigentes en Inglaterra, además de unirse a algunas apuestas de cine político poco conocidas.
Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.