El diputado de La Libertad Avanza, que viene en una caída de imagen en las últimas semanas, presentó su plan económico en caso de ser presidente ante alrededor de 400 personas.
Domingo 26 de junio de 2022 13:28
En medio de un clima frío, adentro y afuera, Javier Milei realizó un acto en Córdoba como parte de su gira de candidatura presidencial. La novedad que tuvo fue la presentación del plan "Motosierra", plan económico para una futura presidencia del economista, algo que parece cada vez más lejano.
La presentación de un plan económico responde en parte a un intento de "recuperarse" en términos de imagen por la caída que viene sufriendo Milei en las últimas semanas. Es decir, volver a hablar de economía y dejar de lado la venta de órganos, la portación de armas, el homenaje a Margaret Tatcher y tantas otras declaraciones que mostraron la verdadera cara de este personaje.
Sobre el plan económico Milei se encargó de dar la menor cantidad de precisiones posibles sobre los tres ejes articuladores, reforma laboral, jubilatoria y monetaria, haciendo homenaje a aquella vieja frase que se le atribuye a Menem "si hubiera dicho lo que iba a hacer realmente, no me votaban" pero dándole la vuelta de tuerca de qué los despidos en el Estado son ahora "retiros voluntarios" , la reforma jubilatoria para bajar los costos y que los jubilados ganen menos (o incluso eliminar jubilaciones como las de las amas de casa) se hará en palabras del economista "sin afectar ningún derecho" o que las privatizaciones de empresas van a ser beneficiosas para los trabajadores, cuando en realidad solo van a traer más desocupación. Podríamos agregar que las reformas laborales por más palabras que Milei agregue son en realidad los intentos de eliminar las indemnizaciones, los convenios laborales y crear un marco legal que sea todavía más favorable a los empresarios. Por último sobre la dolarización y la "quema del banco central" también comenzó a moderar planteando un modelo de libre elección de la moneda, después de numerosas críticas de economistas, incluso muchos de derecha, sobre el delirio de la dolarización forzada.
Que Milei tenga que edulcorar su plan económico responde a qué más allá del inflador mediático la gente no come vidrio. Cuando Milei mostró su verdadera cara, la de una persona que tiene desprecio por los trabajadores y trabajadoras, ese mensaje también se escuchó. Además las expresiones de Milei queda claro que son más "humo" que otra cosa. Actúa como caja de resonancia para amplificar la voz de los sueños de los empresarios y correr la agenda a la derecha, pero el que se sienta a negociar con el poder real la agenda económica es Melconian (en nombre de la fundación mediterránea), que se reunió hasta con Cristina Kirchner, no Milei.
Hoy que la agenda económica apura al gobierno los empresarios quieren garantizar ajuste y estabilidad, una transición ordenada a un gobierno que continúe la línea y la profundice realizando reformas estructurales en los primeros días de gobierno, (lo que puede abrir la caja de Pandora). En ese plan Milei es un personaje folclórico, que va a ser usado en el sentido que se necesite y luego seguramente descartado o anexado a Juntos por el Cambio. Más que motosierra Milei debería ver el serrucho que le va comiendo el piso.
Las expresiones de Milei, sin embargo, no pueden dejarse pasar gratuitamente porque si expresan lo que les gustaría hacer a varios sectores de la burguesía. Debe ser contrapuesto a los términos económicos, metáforas bíblicas, expresiones misóginas, las explicaciones concretas de que ninguna salida puede venir de atacar derechos y condiciones de vida de la clase trabajadora y de las mujeres. Si bien Milei puede perder fuerza hay que tomarlo como una expresión que corre la agenda a derecha y de la cual se hacen eco todos. Así como ellos y ellas expresan abiertamente que la solución es más capitalismo (hasta la misma Cristina Kirchner defiende esto), es necesario que los trabajadores, la juventud y las mujeres expresemos que son nada más y nada menos el capitalismo y sus defensores los responsables de la miseria que se vive en el mundo (y contra la cual se empiezan a levantar trabajadores en diferentes partes del globo). A esa perspectiva hay que contraponer la construcción de un socialismo revolucionario desde abajo.