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Red Internacional
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Arreglo. Misiones: el Gobierno dio $ 15 mil de aumento y los policías festejan el fin de sus reclamos

Tras más de diez días de amotinamiento de la fuerza represiva provincial, en la madrugada el gobernador Passalacqua logró desactivar el conflicto. Con la “Unión del Personal Policial y Penitenciario” como interlocutor legitimado, la promesa de no sancionar a quienes manifestaron fue clave para que se levante el acampe uniformado.

Miércoles 29 de mayo 10:06

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En la madrugada de este miércoles el grupo de policía de Misiones que protestaban desde hace más de diez días frente al Comando Radioeléctrico de Posadas, decidió levantar su acampe. Fue tras una reunión con altos funcionarios del gobernador Hugo Passalacqua, incluyendo a la plana mayor de la propia Policía, quienes ofrecieron algunos pesos de aumento en las remuneraciones policiales y, sobre todo, dejar sin efecto las amenazas de sanciones por la protesta.

En la reunión estuvieron Ramón Amarilla y Germán Palavecino, delegados de la autodenominada “Unión del Personal Policial y Penitenciario”, quienes a la salida del encuentro se mostraron muy contentos. Del lado del Gobierno participaron el ministro de Hacienda Adolfo Safran, el ministro de Coordinación General Héctor Llera, el director de Liquidaciones de la Contaduría General de la Provincia Miguel Dos Santos y el jefe de la Policía, comisario general Sandro Martínez, entre otros miembros jerárquicos de la fuerza represiva.

Según el acta firmada al finalizar la reunión, para junio un suboficial policial o penitenciario recibirá un incremento de $ 15.521,57. Y en forma proporcional recibirán aumentos las demás jerarquías, incluyendo cadetes. Así, un suboficial que recién se inicia cobrará $ 620.000, un suboficial mayor $ 1.082.000, un oficial u oficial subayudante $ 721.000 y un comisario $ 1.318.000. Además se acordó montar una “mesa técnica” para la semana del 8 al 15 de julio a fin de seguir negociando.

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La misma plana mayor de la Policía de Misiones anunció el arreglo con sus subordinados a través de un video.

Un alto jefe policial, que no dio su nombre, dijo al sitio Misiones Online que “la resolución se gestó por un cambio de eje en las negociaciones, buscando un acuerdo en el que prime la razonabilidad y equidad con los altos mandos y con los policías que no hicieron paro y que mantuvieron el servicio”. Las mismas fuentes agregaron que “se logró un acuerdo con mucho diálogo alejado del ruido”, pensando “desde el Gobierno solo en el bien de la sociedad y de la Fuerza Policial en su conjunto”.

Además de las promesas en dinero, para los policías amotinados resultó clave el compromiso oficial de no sancionar a quienes montaron el acampe frente al Comando Radioeléctrico. A la salida de la reunión, Germán Palavecino dijo a los medios que “se ha consensuado que todas las medidas administrativas de separación del cargo, traslado, se van a retrotraer”. Y destacó que el Gobierno también se haya comprometido a reconocer “como miembro para discutir estas cuestiones” al espacio de uniformados autodenominado “Unión del Personal Policial y Penitenciario”, conformado centralmente por retiraros de ambas fuerzas.

Si bien los policías delegados reconocieron que lo ofrecido en dinero “es una pauta como para poder reanudar de manera escalonada y de a poco, recuperar la capacidad de compra”, se mostraron satisfechos. “Festejamos este acuerdo que hemos firmado junto al Gobierno”, dijo Palavecino, que consideró “un antes y un después” al acta firmada, ya que “la provincia sabe que el brazo ejecutor de la seguridad pública en Misiones es la Policía y el Servicio Penitenciario, por eso lo festejamos”.

Como se sabe, en todas las provincias la Policía es, más que garante de “seguridad”, el “brazo ejecutor” del Estado para controlar, vigilar y reprimir al pueblo trabajador. La rareza de la situación es que en un mismo espacio, el centro de Posadas, estos días convivieron un amotinamiento policial que reclamaba “mejores condiciones” para ejercer su rol represivo y una importantísima protesta de trabajadoras y trabajadores estatales, centralmente de la salud y la educación, quienes siguen reclamando verdaderas recomposiciones salariales y mejores condiciones laborales para poder sostener los hospitales y escuelas públicas.

Si los policías hoy festejan, las y los trabajadores de Misiones deberán tener muy en cuenta que desde ahora tendrán a los uniformados enfrente, más que dispuestos a “cumplir las órdenes” del Gobierno que los emplea. Y entre esas órdenes, huelga decirlo, la de la represión a la protesta obrera y popular siempre estará a la orden del día.