El 28 de abril la Motomami estará en el Zócalo de la CDMX y en redes sociales la gente discute si el presupuesto debería ser para pagar estos eventos o para restaurar el metro
Miércoles 12 de abril de 2023
Este lunes, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum anunció que la Rosalía se presentará en el Zócalo de la CDMX el 28 de abril y el evento será abierto al público. Aún no se conoce el costo, pero se estima que la cantante cobraría aproximadamente 10 millones de pesos más los gastos de producción.
En redes sociales se discute si el presupuesto debería servir para conciertos masivos o para infraestructura y otros servicios. La realidad es que esta es la única oportunidad que tendrán miles de jóvenes que no pueden pagar las altas sumas que cuestan los boletos para ver a una de las artistas más escuchadas del momento. Basta recordar el alto costo que tuvieron los boletos para el concierto de Bad Bunny como denunciamos aquí.
¿Presupuesto para cultura o para infraestructura?
El presupuesto para cultura en la CDMX es de 1,015 millones, el gasto del concierto de la Rosalía no implica ni el 1% de ello. En redes sociales se discute si el dinero que se destinará al concierto de la Motomami debería invertirse en el metro, lo cual coloca ambas opciones como contrarias y nos lleva a tener que elegir si queremos acceso a la cultura o un transporte seguro, eficiente y digno. ¿No tendríamos que tener derecho a ambos?
Pareciera que debe haber prioridades y que obtener una cosa, nos obliga a no pensar en tener la otra. Sin embargo, para tener acceso a una vida digna se tendría que tener derecho a la cultura, educación, un transporte digno, servicios de salud, etc. Todo eso debería ser garantizado por el Estado para todos.
Para garantizar estos derechos se podría cobrar impuestos a las grandes fortunas como la de Carlos Slim o Salinas Pliego, quien ha presumido su evasión. También, podría quitarse de las calles -y del metro como había prometido la Jefa de Gobierno- a la Guardia Nacional, que este año recibió más de 67 mil millones de pesos. Recursos hay, la cuestión es si se utilizan para las necesidades de la población o si sirven para administrar y cuidar los negocios de los magnates empresarios y sus gobiernos.
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Jóvenes como botín político
En distintas ocasiones, Claudia Sheinbaum se ha jactado de estos megaconciertos o del funcionamiento de los PILARES como una garantía del acceso a la cultura y del avance en derechos. Sin embargo, la historia del surgimiento de estos programas y las condiciones de trabajo en la que mantiene a cientos de jóvenes que ofrecen sus servicios en cada centro reflejan otra realidad: apropiación, precarización y oportunismo.
Al gobierno de la 4T no le importa la cultura, sino el camino a las elecciones presidenciales del 2024 donde la juventud puede jugar un papel decisivo con su voto. No es casual que el Morena apunte a ganarse a este sector de la población con política cultural y programas sociales, ni tampoco que las principales figuras como Ebrad o Sheinbaum hagan uso de Tiktok para empalmar con los votantes de menor edad.
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Por otro lado, la derecha se monta hipócritamente en el anuncio de este concierto intentando generar descontento, utilizando los fatales sucesos en el metro para golpear al gobierno y su principal “corcholata” y ganar votos de los jóvenes que no han visto una mejora en sus condiciones de vida durante este gobierno. Pero son ellos y sus partidos quienes se han encargado de dejarnos sin futuro, política a cuál le ha dado continuidad la 4T al negarnos en los hechos el acceso irrestricto a la educación, con trabajos sin derechos y sin acceso a la vivienda.
¡Para todos, todo!
Mientras se mantengan las condiciones de miseria y explotación para nosotros, no habrá partido del régimen que puede aparecer como una opción a la cual delegarle nuestro futuro mediante el voto por más conciertos y demagogia que ofrezcan.
Entonces, no es unas por otras. Podemos ir al Zócalo para cantar Saoko y también luchar por una vida que merezca ser vivida para nuestra generación y para toda nuestra clase.