El país se ha visto sacudido por casos de femicidio y desaparición de mujeres; esto se expresa en los medios de comunicación, las redes sociales pero también ha tenido una importante expresión en las calles y en la forma de protestas de distinta índole. Es necesario organizar la rabia y construir vínculos sociales y afectivos que cuestionen el orden patriarcal.
Sábado 4 de mayo
Kimberly Araya, Mildrored Fabiola Jiménez, Nancy Castro, Fernanda y Raisha; son solamente algunos de los casos más conocidos, ya sea por la cobertura mediática o por que sus familiares y allegados se han organizado con valentía para exigir justicia y denunciar la violencia patriarcal. La respuesta en las calles no se hizo esperar, bajo el grito de ¡Ni Una Menos!
Vecinas y vecinos de Heredia, así como organizaciones y activistas feministas, y grupos de izquierda organizaron una Vigilia el sábado 27 de abril en el Parque de los ángeles:
Destacó la denuncia contra la violencia en sus distintas expresiones, así como contra la desidia del gobierno; pero también se expresó una importante disposición de lucha por parte de activistas y familiares.
Un plantón durante la mañana del domingo 28 de abril fue la segunda jornada de protesta contra femicidios donde decenas corearon "¡Vivas nos queremos!", "me cuidan mis amigas, no la policía".
Destacó la exigencia de familiares y allegados hacia el OIJ que se niega a realizar la búsqueda de Nancy Chacón, como aseguró su madre Damaris Chacón a quién entrevistamos:
Por su parte, Jesús Jiménez hermano de Mildroren Fabiola Jiménez quién fue asesinada a inicios de mes, denunció que la fiscalía negó medidas cautelares para el único posible sospechoso en el caso.
Trabas para denunciar, métodos burocráticos y autoritarios de parte de los organismos judiciales y la Policía, falta de acompañamiento a personas que denuncian violencia; son elementos comunes en la experiencia de las mujeres y familiares.
A esos problemas se suma la creciente impunidad demostrada en la negativa a establecer medidas cautelares a sospechosos centrales en casos de femicidio, donde los recursos económicos de éstos priman sobre la búsqueda de justicia. Se revela así el carácter patriarcal y de clase del Estado y del sistema judicial y punitivo.
Frente a esto, es necesario organizar la rabia, y ser miles en la calles. El movimiento de mujeres que protagonizó importantes movilizaciones espontáneas en 2020 alzando la voz por Allison Bonilla y todas las que nos faltan, que también salió a las calles a denunciar la toma de posesión de Rodrigo Chaves sancionado por acoso sexual en su puesto previo en el Banco Mundial, que protagonizó una importante movilización este 8 de marzo; debe hacerse sentir en las calles.
Impulsar la lucha y movilización por Ni Una Menos en todos los barrios y comunidades, en los centros de trabajo y estudio; llamar a todas las organizaciones sindicales, estudiantiles, del movimiento de mujeres a convocar una gran jornada nacional de protesta y denuncia de los femicidios.
Desde Pan y Rosas invitamos al activismo feminista a sumarse con nosotras a esta lucha contra todas la formas de violencia patriarcal, y su expresión más profunda que es el femicidio.
Para exigir justicia llamamos a la creación de Comisiones Independientes de Investigación, donde el estado brinde todos los recursos necesarios para garantizar la búsqueda de las que no están, así como el esclarecimiento de todos los casos. De igual forma que se garanticen las medidas necesarias para la seguridad de las y los familiares, y se realice control efectivo para que jueces y fiscales no puedan decidir a su antojo.
Que los recursos estén en función de satisfacer las necesidades de las mujeres, la clase trabajadora y la juventud, y no para pagarle al FMI o para los negocios de los empresarios. Exijamos que se destinen los recursos para la creación de refugios para víctimas de violencia de género, o creación de viviendas para quienes no tengan.
Frente al problema del desempleo y alto costo de la vida, exigimos jornadas de 6 horas laborales, con salarios que cubran la canasta básica y las necesidades particulares, para repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados.
Somos una organización internacional presente en 14 países. Levantamos una perspectiva socialista porque nuestra lucha por un mundo sin opresión patriarcal no puede estar separada de un horizonte libre de explotación capitalista; y es la clase trabajadora con las mujeres al frente y todos los oprimidos -como clase productora- quiénes tienen en sus manos el futuro.