Hace unos días el mundo recibió con horror la noticia de la muerte de un bebe palestino como consecuencia del ataque de colonos israelíes en el que además resultaron gravemente heridos sus padres, y un hermanito de 4 años.
Martes 4 de agosto de 2015
Lejos de ser un ataque aislado por parte de extremistas ultra ortodoxos, los ataques forman parte de la vida cotidiana, bajo la mirada cómplice del ejército israelí. Mujeres y niños son los más vulnerables a sufrir y padecer estas agresiones que muchas veces terminan con su vida.
Silwan, en Jerusalén, es también uno de los barrios palestinos más densamente poblados, donde la pobreza y la violencia forman parte de la vida cotidiana, los niños tienen miedo de caminar solos a la escuela a causa de los colonos. “Algunos colonos y sus guardias armados hostigan o incluso atacan a los niños”, se lamenta Muna, una madre palestina del barrio de Silwan, que relata que un adolescente de 17 años fue asesinado por un colono y que muchos otros niños resultaron heridos en otros enfrentamientos. De acuerdo con Muna, “Las autoridades israelíes han permitido la extensión de los asentamientos y no han construido ninguna zona recreativa segura y, debido a que no hay un número suficiente de escuelas, muchos niños y niñas, especialmente los niños, pasan el rato en la calle, donde están expuestos a los abusos sexuales y las drogas”.
También las mujeres sufren terribles abusos y la negación de los derechos humanos básicos a manos de colonos y soldados israelíes en los territorios ocupados. Según un informe del Centro de Mujeres Palestinas para Ayuda Legal y Consejería, “La ocupación israelí impacta en la vida de las mujeres palestinas en toda coyuntura, desde el acoso sexual y los ataques, hasta el trato discriminatorio de las prisioneras palestinas, obligadas a parir en los puestos de vigilancia israelíes”.
Las mujeres palestinas son regularmente atacadas por colonos en Cisjordania. Cuando se quedan solas en sus casas, los colonos sacan a las mujeres y los niños a la fuerza de sus hogares, les lanzan piedras, disparos o gases lacrimógenos, con la complicidad de los soldados israelíes.
“No pude correr. Mi embarazo estaba demasiado avanzado y no había ningún lugar donde esconderme”, dijo Amna Salma Rabaye, de 31 años, de la aldea beduina de At Tuwani, en el sur de Cisjordania.
Rabaye tenía siete meses de embarazo cuando, mientras pastaba sus ovejas, un guardia de seguridad del asentamiento ilegal judío cercano de Ma’on la atacó. «Vimos a un grupo de colonos israelíes enmascarados armados con palos y cadenas que venían sobre nosotros. Los pastores más jóvenes corrieron y lograron escapar, dejándome a mí con las ovejas», contó a IPS. «Para mí era físicamente imposible correr, y tampoco quería que los colonos mataran o robaran mis ovejas. El guardia de seguridad me empujó», agregó. Afortunadamente, Rabaye no perdió a su bebé.
Dar a luz en los territorios ocupados puede llegar a ser tan mortal como jugar a la ruleta rusa. “Continuamente tenemos casos de mujeres palestinas obligadas a parir en puestos de control israelíes”, señalo Mutasem Awad, de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina en Ramallah. “A veces las mujeres no tienen los permisos israelíes necesarios para pasar, y otras veces son demoradas durante horas, provocando la muerte de los recién nacidos”, dijo Awad a IPS.
Mujeres y niños en Jerusalén oriental también han sido sometidos a desalojos y ataques por parte de las fuerzas de seguridad israelíes y colonos judíos, que los amenazan con violencia sexual. «Mi hija fue atacada por soldados y policías israelíes cuando nos desalojaron de nuestras casas y nos lanzaron a la calle», contó Nadia Hanoun a IPS.
Los Hanoun, y varias otras familias palestinas, han sido obligadas a vivir en tiendas de campaña fuera de sus hogares en Jerusalén oriental para hacer lugar a las colonias judías.
Según la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), es responsabilidad del Estado y de las fuerzas de ocupación israelíes prevenir y castigar ese tipo de actos de violencia, así como ordenar reparaciones a las víctimas. Nada de esto se ha hecho.
Fuentes: ipsnoticias.net/unicef.org