A la edad de 88 años falleció este miércoles el republicano ex Secretario de Defensa durante la presidencia de George Bush (h). Fue uno de los mayores promotores de la invasión a Irak comandada por Estados Unidos con la excusa de que el país asiático tenía armas nucleares, lo que después se demostró una mentira.
Miércoles 30 de junio de 2021 19:30
La invasión a Irak comenzó en marzo del 2003. George W. Bush a sabiendas del engaño que su gobierno lanzó contra Irak acerca de las armas de destrucción masiva, llevó adelante su política guerrerista, cuando ya estaba embarcado en la invasión a Afganistán, comenzada en 2001 luego de los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York.
Rumsfeld fue un decidido defensor de esa política que en Irak le costó la vida a centenares de miles de iraquíes. En diciembre del 2003 las tropas estadounidenses derrocan al por entonces presidente iraquí Sadan Hussein, los mantienen preso por tres años y en el 2006 lo ejecutan. Donald Rumsfeld, junto con Collin Powell -ex secretario de Estado de Bush hijo-, fue uno de los miembros del Gobierno que más insistían en llevar adelante la llamada "guerra contra el terrorismo".
Ambas guerras, la de Irak y la de Afganistán, al servicio de mostrar y hacer valer el dominio militar que le permitía a Estados Unidos ser el imperialismo dominante, años después mostrarían el empantanamiento de la potencia del norte. De hecho la guerra de Irak duró hasta el 2011, ya con dos años de Obama como presidente, dejando un país devastado. En Afganistán otro tanto. De hecho Joe Biden usó la promesa del retiro inmediato y total de tropas yankis del país afgano, cuestión que todavía no puede cumplir.
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Rumsfeld había ocupado el mismo cargo, desde 1975 hasta 1977 durante la presidencia de Gerald Ford, anteriormente había sido jefe de gabinete en el mismo gobierno.
Era un buen conocedor de Irak y de Hussein en particular. En 1983, durante la presidencia de Reagan es nombrado enviado especial para Oriente Próximo. Bajo ese cargo ese mismo año se reúne con Sadam Hussein para brindarle apoyo logístico en su guerra contra Irán, el mismo hombre que 23 años después el ejército de su país asesinaría.
Ya en 1998 el demócrata Bill Clinton lo pone al frente de la Comisión sobre la amenaza de misiles balísticos. Lo que demuestra que se trataba de un hombre de Estado, más allá de su ideología reaccionaria, estaba al servicio del imperialismo estadounidense.
Los pueblos oprimidos del mundo no lo llorarán.