El sábado, un grupo de hinchas de Belgrano arrojó a Emanuel Balbo desde una boca de salida del estadio Mundialista Mario Alberto Kempes, quien acaba de fallecer, después de haber sufrido un fuerte traumatismo de cráneo.
Pablo Maltz @pablomaltz
Lunes 17 de abril de 2017 08:29
El sábado se disputó el clásico entre Belgrano y Talleres de Córdoba. Mientras se jugaba el partido, un grupo de hinchas de Belgrano arrojó a Emanuel Balbo desde una boca de salida del estadio Mundialista Mario Alberto Kempes. Emanuel, luego de este incidente, termina internado con muerte cerebral.
Las primeras declaraciones indican que el intento de asesinato trasciende la disputa deportiva. En ese sentido su padre declaró: “el problema se arma porque a mí hace cuatro años me mataron un hijo y él va a la cancha y se encuentra con uno de los que lo mataron. Ahí se arma el problema…”, explicó.
En las últimas horas detuvieron a cuatro personas, acusadas por los hechos. La AFA (Asociación del Fútbol Argentino) no emitió ningún comunicado hasta el momento y la fecha siguió jugándose como si nada hubiera pasado.
Nos encontramos ante una naturalización de la violencia en los estadios de fútbol, donde todo parece estar permitido: insultos, escupidas, trompadas entre hinchas del mismo equipo, cantos xenófobos, etc. No existe prevención en las canchas ni intención de generarla.
Es hora de terminar con la situación de que los estadios de fútbol se constituyan en escenarios habilitantes de la violencia como requisito necesario dentro de la “cultura del aguante”.