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Red Internacional
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Fútbol. Gimnasia guapeó más que Barracas, pero la suerte y Lamolina le negaron los goles

Los pibes de La Plata no merecieron perder. Hicieron todo para empatar y hasta ganar un partido caluroso, más allá del clima. Pero la decisión del árbitro de anular dos goles para el Lobo (uno menos dudoso que el otro) se sumó a la mala fortuna de varios remates y a una actuación estelar del arquero del “Guapo”. Con gol de Arce, Barracas terminó ganando 1 a 0. Una vez más, el VAR no sirvió ni para espiar.

Martes 28 de febrero de 2023 00:19

Fotos Télam

Fotos Télam

Este lunes por la tarde, en el estadio del barrio porteño de Barracas que lleva el nombre del presidente de la AFA, el local recibió la visita de Gimnasia y Esgrima La Plata por la quinta fecha de la Liga Profesional del Fútbol Argentino. Los conducidos por Rodolfo de Paoli terminaron ganando 1 a 0 con gol de Carlos Arce en un partido que duró más de 100 minutos y cuya temperatura fue muy superior a los 30 grados que marcaban los termómetros.

El equipo platense, a las órdenes de Sebastián “Chirola” Romero, venía de quedar eliminado en la Copa Argentina ante Excursionistas en un partido donde fue superior, hizo todo para ganar pero acabó perdiendo por penales (en una serie para el infarto). Masticando bronca, pero convencidos de ir en el buen camino, los pibes del Lobo fueron a Barracas con todas las ganas de dar vuelta la página.

Primer tiempo

El partido tuvo de todo. Alentado por su hinchada, Barracas arrancó con una actitud ofensiva. Pese a que Gimnasia lo esperaba bien posicionado, los albirrojos se las arreglaron para generar peligro. En el primer cuarto de hora, Ricardo Centurión casi convierte en dos oportunidades, con un remate de media distancia que se fue cerca del palo derecho de Tomás Durso y otro, dentro del área y con el arco de frente, que se elevó apenas por encima del travesaño. El Lobo, con Alexis Steimbach y Eric Ramírez muy movedizos, tuvo dos tiros de esquina en los primeros diez minutos de juego.

A los 17 el árbitro Nicolás Lamolina cometió su primer error (llamémosle así) contra Gimnasia, que derivaría en el único gol validado del partido. A metros del área visitante le cobró una mano al defensor tripero Guillermo Enrique, cuando en verdad la pelota rebotó en su antebrazo pegado al cuerpo. El tiro libre terminó en un corner, ejecutado por Iván Tapia. La pelota fue al área chica, Durso no salió, después de dos cabezazos imprecisos Arce la paró de pecho, se acomodó y conectó un lindo remate al palo derecho del arquero. Adentro.

Los pibes de Romero buscaron salir rápido del tropezón, con Ignacio Miramon, Enrique y Alan Sosa controlando la pelota y armando los ataques. La más clara la tuvo Leonardo Morales, que casi lo empata de cabeza tras otro tiro de esquina.

A los 26 Barracas puo ampliar la diferencia. Un buen pase de Bruno Sepúlveda dejó a Maximiliano Puig entre el defensor Matías Melluso y Durso. El arquero logró achicar espacio, el delantero se cayó y al intentar recuperar el control tocó el balón con la mano. Cuando la metió en el arco, Lamolina señaló la mitad de la cancha. Los de Gimnasia protestaron con firmeza y el árbitro se quedó esperando el dictamen del VAR, a cargo de Leandro Rey Hilfer. Mano indudable y gol anulado.

El Lobo siguió buscando el empate hasta el final del primer tiempo, aún con imprecisiones (ayudadas por el precario estado del campo de juego). Barracas también intentó llegar al arco rival, aunque la presión de los visitantes lo ponían más a la defensiva. Aún así, a los 40 tuvo otra chance en los pies de Francisco Álvarez, que recibió solo frente a Durso un centro de Sepúlveda y la mandó a la tribuna.

A los 42 Miramon se animó desde afuera del área, le pegó con fuerza y la pelota terminó sacándola al corner el arquero Andrés Desabato, que ya empezaba a convertirse en la figura de Barracas. Un minuto después, el mismo Miramon armó una muy buena jugada en tres cuartos de cancha, le quedó a Steimbach que se acercaba por la derecha y tiró un centro bajo. Casi la araña Ramírez en el área chica frente a un Desabato que nada podía hacer.

Segundo tiempo

El segundo tiempo arrancó con buen ritmo y llegadas. Con Gimnasia lanzado a la ofensiva, Barracas encontró el espacio para un contraataque de Centurión que Tapia terminó rifando con un remate muy alto. A los 6 y medio Sosa se perdió una de las más claras para el Lobo, quedando frente al arco tras una buena jugada iniciada por Leandro Contín y seguida por Ramírez. El pibe acomodó el pie para colocarla en el palo izquierdo de Desabato, pero con tan poca puntería que la pelota se fue tres metros lejos del poste.

Los de La Plata no aflojaban y De Paoli estaba preocupado. Tal vez por el intenso calor y pese a los buenos intentos de sus dirigidos, Chirola decidió cambiar la delantera completa. A los 12 del complemento salieron Sosa, Ramírez, Contín y Steimbach, reemplazados por Cristian Tarragona, Benjamín Domínguez, Maximiliano Comba (recuperado de una lesión) e Ivo Mammini. A los 20 se sumó Tomás Muro en reemplazo de Antonio Napolitano.

El giro de Romero fue acertado. Con aire renovado, Gimnasia empezó a cosechar buenas chances. De Paoli reemplazó primero a Centurión por Marcos Benítez, luego a Puig por Alan Cantero y después a Lucas Colitto por Alexis Domínguez (un ex Gimnasia). Pero esa renovación de delanteros no alcanzó para torcer la curva del partido, cuyo último tramo se jugó preponderantemente en campo local.

Desabato se lució contra Tarragona y después contra Comba, frustrándoles dos posibilidades claras de gol. Ambos delanteros, además, erraron otros dos goles tirándola afuera. Melluso también. Gimnasia creaba oportunidades, pero la suerte y el arquero de Barracas insistían en decirle que no.

Ignacio Miramon | Foto Gimnasia Oficial
Ignacio Miramon | Foto Gimnasia Oficial

Ay, Lamolina

El reloj ya marcaba los 39 y el Guapo, con la lengua afuera, deseaba cuanto antes la llegada del pitazo final. Pero Benja Domínguez ganó la disputa contra un defensor entrando al área y le dejó la pelota servida a Tarragona. El goleador la paró, se acomodó, la acarició con efecto y la colocó a media altura sobre el palo izquierdo de Desabato que no pudo hacer nada. El empate era más que merecido, pero…

Ni un solo jugador de Barracas protestó. Tampoco saltó nadie desde el banco. Pero desde Ezeiza Rey Hilfer le avisó a Lamolina que estaban revisando la jugada. Los del Guapo no sabían qué pasaba. Los del Lobo menos. Cuatro minutos y medio después, tras ver la secuencia una decena de veces en el monitor ubicado al costado de la cancha, Lamolina dijo que el gol se anulaba por una mano de Domínguez supuestamente cometida al momento de ganarle la posición al defensor.

Ni siquiera los diez minutos de tiempo adicionado por el referí calmó los ánimos del plantel tripero. Cada gesto de Lamolina sonaba provocador. Y encima los juveniles alcanzapelotas de Barracas aprovechaban para hacer tiempo. En el último tramo del partido terminaron viendo la tarjeta amarilla Sánchez, Durso, Comba y Tarragona. Todos de Gimnasia. Pero el Lobo siguió buscando. A los 52 Miramon (de quien se rumorea que ya quieren llevárselo a Turquía) la agarró afuera del área. Como en el primer tiempo, clavó otro derechazo. Pero esta vez no la atajó Desabato. Reventó el travesaño.

Todavía quedaba otra más. A los 56 Muro ejecutó un corner desde la izquierda, después de varios rebotes la pelota volvió a su sector y se la dejó a Domínguez, que estaba al borde del área sobre la derecha. Benja se la devolvió a Muro, que se la pasó a Comba, perfilado frente al arco sobre la línea de cal. Comba apuntó y remató. La pelota hizo un efecto raro y terminó en la cabeza del Yacaré Morales, que saltó justo y la mandó a la red haciéndola pasar por sobre el arquero. Pero…

Sin que el juez de línea le hiciera ninguna seña, Lamolina (lejos de la jugada) decidió anularlo por una supuesta posición fuera de juego. A diferencia del otro gol anulado, en este caso el árbitro no vio necesario ir a ver la jugada en el monitor del VAR, pese a que uno de los defensores de Barracas estaba alineado con Morales. A esa altura Chirola Romero, sus colaboradores y el equipo no sabían si reír o llorar.

El partido terminó más caliente de lo que a priori parecía que podía resultar. Tan es así que en las horas posteriores “Barracas” sería tendencia de Twitter y no precisamente en honor a Claudio Tapia, que en ese mismo momento festejaba en París junto a Messi, Scaloni, el Dibu, el Tula y Macri la obtención de cuatro galardones The Best por el logro en Qatar.

Comentario final. Así como la inteligencia artificial es buena o mala dependiendo quién maneja los hilos que la programan (recomendamos la columna de Celeste Murillo al respecto), el VAR podría ser una herramienta de dilucidación incuestionable de jugadas si no fuera manejado por una caterva de genuflexos ante los mandamases de la AFA. Mientras tanto, como diría Francisco Lamolina (recordado árbitro de los años 90 y padre de Nicolás)... “siga, siga”.