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Red Internacional
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Triste noticia. Murió Thelma Jara de Cabezas, Madre de la Plaza que desenmascaró a la prensa progenocida

La Madre de Plaza de Mayo falleció este jueves a los 94 años, después de haber dedicado su vida a la lucha contra la impunidad. El 10 de mayo de 1976, su hijo Gustavo de 17 años fue secuestrado y tres años más tarde ella corrió la misma suerte. La llevaron a la ESMA y fue obligada por los represores a dar una entrevista a la Revista "Para Ti", cómplice de la dictadura. Por este hecho fue procesado el exdirectivo de Editorial Atlántida, Agustín Botinelli, acusado de coacción. Alejandrina Barry, hija de desaparecidos, fue víctima de una operación similar, cuando tenía sólo tres años.

Viernes 22 de octubre de 2021 08:31

Foto: Lavaca.org

Foto: Lavaca.org

La historia de Thelma Jara de Cabezas, es una de las que refleja el rol de la prensa cómplice de los genocidas. Su lucha junto a otras Madres, Familiares y sobrevivientes es un compromiso que se refuerza y continúa.

El 10 de mayo de 1976, su hijo Gustavo de 17 años fue secuestrado por una patrulla y nunca más se supo de él. En medio del dolor y la desesperación, Thelma salió a la calle junto a su exmarido y su otro hijo, Daniel, para buscar a Gustavo, transformando luego esa búsqueda en lucha colectiva.

Tres años después de la desaparición de su hijo, el 30 de abril de 1979, Thelma fue secuestrada cuando salía del hospital donde su exmarido estaba internado, señalada por su colaboración con Montoneros y su activismo en la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.

Fue llevada a ESMA y el 20 de agosto de ese mismo año se convirtió en la protagonista de la "Operación Para Ti": los represores la sacaron de la ESMA, la llevaron a una peluquería, le compraron ropa y la obligaron a dar una entrevista a la famosa revista, la cual fue titulada "Habla la madre de un subversivo muerto".

La nota estuvo en la tapa de la edición del 10 de septiembre de 1979, justo debajo de una foto de su especial de moda argentina. "La señora Thelma Jara de Cabezas es un testimonio nunca antes contado. Es sacar a la luz la verdad y la infamia que se esconde detrás de grupos con clara e inequívoca ideología", decía la publicación.

El 7 de diciembre del 79, Thelma fue liberada y desde ese momento no dejó de buscar a su hijo y siguió luchando junto a otras madres de víctimas de la dictadura.

El juez Sergio Torres, quien tuvo a su cargo la causa ESMA, procesó al ex directivo de Para Ti, Agustín Botinelli acusado de coacción por haber fraguado la entrevista a Thelma, como parte del aparato mediático de sostén del genocidio.

De esa falsa entrevista, participaron personal de la editorial y los torturadores de la ESMA, Miguel Cavallo entre otros. Botinelli fue quién la ordenó y mandó a publicar. En ese sentido el juez Torres indicó, en un procesamiento de cerca de 200 fojas que “se encuentra probado que Botinelli, valiéndose de la situación amenazante que atravesaba la mencionada Jara de Cabezas, respecto de su vida y su integridad física, arbitró los medios necesarios para que se le realizara la mencionada entrevista, para luego fraguar su contenido y ordenar su publicación en la revista Para Ti”.

El caso de Alejandrina Barry, es otro de los que demuestran como editorial Atlántida y otros medios tenían una relación directa con los genocidas. Así lo denunció en su declaración en la causa Plan Cóndor. "Constancio Vigil y el personal jerárquico de la Editorial que sacaba las revistas Somos, Gente y Para Tí, tenían relación directa con los militares y sectores de inteligencia”.

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Cuando Alejandrina tenía tan sólo tres años, y sus padres habían sido asesinados en Uruguay por fuerzas conjuntas de ese país y marinos de la ESMA, sus fotos fueron parte de una campaña mediática que pretendía hacer creer que estaba sola y nadie la reclamaba y que esto sucedía por responsabilidad de sus padres calificados como “delincuentes”, “subversivos”, “fabricadores de huérfanos”.

No sólo mentían alevosamente, Alejandrina estaba ya viviendo con sus abuelos cuando esas notas salían, sino que pretendían sembrar terror entre los militantes y avalar el genocidio.

La lucha por el juicio y castigo para todos los genocidas se refuerza y continúa. Por Thelma, por las y los 30.000 y por las nuevas generaciones.