Facundo López y la interna peronista en la ciudad costera bonaerense. En el mismo lodo, todos manoseados.
Miércoles 10 de julio de 2019 18:00
“López es Macri” era la frase con que sectores del Kirchnerismo resumían hasta hace días su visión del Intendente de Necochea Facundo López, quien gobierna la ciudad costera bonaerense desde 2015.
Argumentos no les faltaban, claro: represión a los trabajadores municipales, pago atrasado y desdoblado de salarios, aumentos desmedidos en las tasas urbanas, amenaza continua de arancelamiento de los jardines municipales y supresión del almuerzo, escándalos de corrupción, derogación de la tasa portuaria que grababa la actividad de empresas ligadas a Puerto Quequén, estado calamitoso de la salud pública, barrios enteros aislados ante cada lluvia, y un largo etcétera.
A su vez, el mismo Facundo López dio muestras claras de su simpatía con Cambiemos desde la campaña electoral de 2017, donde repartió tijeras con su boleta junto a la de Cambiemos, además de difundir fotos con “María Eugenia y Mauricio” en múltiples oportunidades.
Sin embargo, la ola panquequística llegó a Necochea y Lopez desembocó en el Frente Todos, junto a Alberto y Cristina Fernández tras su acuerdo nacional con [Sergio Massa>https://www.laizquierdadiario.com/Massa]. El mismo Massa que le votó todas las leyes del ajuste a Macri, el que propone bajar la edad de imputabilidad y militarizar los barrios. A nivel local, el acuerdo peronista significó que López dejó de ser Macri para ser Cristina, encabezando la boleta del Frente Todos en la ciudad.
Si te he visto, no me acuerdo
La primera decisión del actual intendente como cabeza de lista fue negar la posibilidad de dirimir las candidaturas en elecciones internas (PASO) y armar una lista a dedo. Para eso contó con la complicidad de sectores del peronismo tradicional (que consiguieron su lugar en la lista), de la CGT local (la misma que lo repudiaba hace semanas por la represión a los trabajadores y que también consiguió su lugar en la lista) y de sectores minoritarios dentro del kirchnerismo, que en caso de haber competido en internas no hubieran accedido a ningún puesto de relevancia, como el grupo encabezado por Gisela Barbieri.
Afuera se quedaron, entre otros grupos, nada más y nada menos que quienes habían ganado la interna kirchnerista en 2017: la alianza entre La Cámpora y Nuevo encuentro, que no presentarán candidatos en esta elección.
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Entre esos sectores muchos militantes y simpatizantes expresaron su bronca e indignación por las redes sociales, y llamativamente otros se llamaron al silencio y a la “organicidad con Cristina”, a pesar de que este acuerdo fue totalmente inconsulto con sus propias bases, así como la candidatura de Alberto). La crítica feroz cedió paso al elogio en un abrir y cerrar de ojos. Ahora López se presenta como la solución a los problemas que él mismo generó.
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Cabe señalar que un sector minoritario, luego de fragmentarse y de que una de sus referentes se pasara minutos antes a las filas del macrismo, presentó su lista para competir en las PASO. Al día de hoy no fue aceptada por la junta partidaria y se resolverá en la justicia electoral.
Finalmente, otro grupo kirchnerista ligado al sector portuario que resultó ganador de las internas en 2015, se alió públicamente con Arturo Rojas, candidato de Cambiemos por el partido FE.
Las reacciones internas y lo que nadie cuestiona
La mamarrachada que significó el rearmado de listas dejó varios heridos en el camino y reacciones diversas: desde los que acatan la “obediencia debida” a las órdenes de la jefa y aceptan votar a quien días antes repudiaban, hasta quienes proponen el corte de boleta a nivel local.
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Pero lo que nadie entre la dirigencia parece cuestionar es el armado de fondo. López no sólo es Macri, también es Massa. Quien encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales por el Frente Todos, hasta pocos días de la elección seguía “deshojando la margarita” oscilando entre competir con Fernández o como colectora de Vidal. No hace falta repasar toda su trayectoria para saber la orientación política derechista de este personaje con su discurso de mano dura y ataque a la juventud trabajadora.
En ese sentido repudiar a López pero no a Massa es, cuanto menos, hipócrita.
En este panorama de panquequeadas, acuerdos de cúpulas, proscripción de sectores internos y derechización, el Frente de Izquierda Unidad aparece en la ciudad como la única opción que puede mostrar coherencia, un programa para salir de la crisis y una verdadera oposición a los gobiernos nacional, provincial y municipal.
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