Tras conocerse nuevamente la victoria (por segunda ocasión) del magnate Donald Trump en las elecciones de ayer en Estados Unidos, Sheinbaum adelantó que no hay motivos de preocupación por parte del gobierno mexicano.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 6 de noviembre
La conferencia matutina de este miércoles, la presidenta Sheinbaum adelantó que no existen motivos para preocuparse ante el triunfo del magnate Donald Trump, quien nuevamente ganó las elecciones presidenciales del gigante del norte tras celebrarse comicios el día de ayer.
Está en las noticias de que ganó el presidente Trump, pero vamos a esperar a que termine en algunos estados de contarse y poder ya dar el comunicado oficial, vamos a esperar el día de hoy a ver cómo avanzan los estados que faltan y la posición de ambos candidatos. Ya se manifestó el presidente Trump, pero es prudente esperar. A todas y todos los mexicanos, no hay ningún motivo de preocupación. A paisanos y paisanas, a sus familiares que están aquí, a las empresarias y empresarios, no hay ningún motivo de preocupación, México siempre sale adelante, somos un país libre y soberano y va a haber buena relación con Estados Unidos
¿Por qué ganó Trump (otra vez?)
A diferencia de las elecciones de 2016, sin embargo, en las que Trump ganó, por un lado, por un estrecho margen en el colegio electoral, pero que, paradójicamente (como habíamos descrito desde este diario en su momento) perdió el voto popular, esta vez fue totalmente diferente.
Hace ocho años escribíamos, tras los resultados de las elecciones en ese momento, que "el ganador de la elección pueda serlo aunque la mayoría de la población —en términos de sufragio universal— no haya votado por él. De hecho, es justo lo que sucedió: según CNN, Clinton estuvo por encima de Trump si uno solamente se enfoca en el voto popular". Lo mismo ocurrió en la elección del 2000, en la que Bush hijo ganó sin obtener la mayoría de la votación.
Pero en esta ocasión, incluso contrastando con la elección de 2020, las votaciones no favorecieron al Partido Demócrata. En la elección de 2016, la mayoría eligió a Clinton por ser el "mal menor" que se enfrentaría a Trump (aunque el sistema antidemocrático imperialista le dio la victoria a Trump en el colegio electoral), mientras que en la de 2020, Biden se presentó como la alternativa "humanitaria" tras la gestión desastrosa de la pandemia del gobierno de Trump, las deportaciones masivas (incluso de migrantes legales) y la segunda oleada del movimiento #BlackLivesMatter tras la muerte de George Floyd.
Lejos quedaron las cómicas quejas de Trump de "¡Detengan el conteo!" o la desactivación de su cuenta de Twitter. No hubo necesidad de que su base radical fascistizante tratara de asaltar las casillas (como intentó el 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Washington D.C.). Hoy, regresa recargado, con el recuerdo fresco de su intento de asesinato y el rozón de bala en su oreja, con su cuenta en Twitter reactivada y esa red social a su merced gracias a su alianza abierta con Elon Musk.
Queda por tanto patente que, en efecto, el Partido Demócrata es "el cementerio de los movimientos sociales" y que las gestiones de las burocracias de las ONG ligadas a los demócratas, quienes canalizaron la rabia en las calles por la muerte de George Floyd a las urnas, se han mostrado impotentes para frenar a la derecha.
Lo que le jugó en contra a Harris fue avalar las medidas de Biden y, en especial dada la coyuntura actual, no distanciarse del genocidio en Gaza. Los llamados a votar por los demócratas no tuvieron eco en medio del clima de una juventud que ve que ambos partidos apoyan la devastación ambiental, las ganancias de los grandes monopolios y el genocidio y la guerra; tanto Trump como Harris y Biden tienen acuerdo en respaldar al Estado sionista de Israel.
¿Qué postura tomará Sheinbaum?
Como dijimos al inicio de este artículo, Sheinbaum anunció esta mañana que "no hay ningún motivo de preocupación. [...] México siempre sale adelante, somos un país libre y soberano y va a haber buena relación con Estados Unidos".
Queda por ver la veracidad de estas palabras y sus implicancias. El mismo Trump, antes de la victoria de AMLO, había calificado al Morena como una formación "comunista" y sus seguidores son los más rabiosos reaccionarios que, incluso en México, sistemáticamente alzan la alarma por la llegada del "socialismo" y que México "se convertirá en Venezuela". Si bien ante el gobierno de Biden (que abarcó la mayoría del sexenio) el gobierno de AMLO pudo marcar ciertos límites sobre la base de aparentar estar "ante iguales" y dar muestras de independencia y soberanía (por ejemplo, con la reforma eléctrica), falta por ver qué reacción tendría Trump ante semejante actitud viniendo, además, de la primera presidenta mujer de México.
Por otro lado, más allá de las apariencias, las palabras de Sheinbaum de que "va a haber buena relación" con el futuro gobierno imperialista implican la continuidad de la subordinación a sus dictámenes, como lo fue el T-MEC y las órdenes de apertura de determinadas ramas de la industria (ej. la maquila y el sector automotriz) en pleno semáforo rojo de pandemia.
Pero las políticas de Trump y su retorno, de deportaciones masivas y detenciones arbitrarias a migrantes, han sido motivo de inquietud entre sectores progresistas en Estados Unidos y comunidades de minorías étnicas. Concretamente, en Estados Unidos hay 11 millones de indocumentados según datos del Departamento de Seguridad Interna (Department of Homeland Security) de 2022, aunque es posible que la cifra sea mayor. Esta mañana, Sheinbaum declaró:
“Vamos a estar siempre con ellos y defendiéndolos, esa es nuestra tarea y función. Vamos a presentar ya muy pronto todo el esquema de apoyo por parte de los consulados, porque los consulados van a modificar de manera muy importante la manera en la que atienden y facilitan los apoyos legales y administrativos que requieren todas y todos nuestros hermanos que están en Estados Unidos”.
Aún hay muchas cosas inciertas, pero lo que sí podemos afirmar es que la victoria de Trump muestra la crisis política que impera aún en Estados Unidos, donde hay una juventud que rechaza ambos partidos por ser representantes del imperialismo y las opciones moderadas han demostrado su inutilidad para detener a la ultraderecha. Para eso es necesario forjar una alternativa independiente a ambos lados de la frontera, que no se subordine ni a las burocracias de las ONG de los demócratas al norte del Bravo, ni a los cantos de sirena de la 4T y la oposición neoliberal al sur de él.
Por eso desde la Red Internacional de Diarios levantamos en México La Izquierda Diario y en Estados Unidos el diario Left Voice, para juntos construir un partido de izquierda internacionalista y antiimperialista.