Con la llegada de la crisis sanitaria se impuso la cuarentena para impedir la propagación del virus, los y las repartidoras fueron un sector esencial pero con terribles condiciones laborales.
Emilia Macías @EmiliaMacas1
Martes 9 de noviembre de 2021
Cada vez se ha hecho más popular el trabajar para diferentes apps como Uber, Rappi, Postmates, como repartidor. Sobre todo la juventud —que en algunos casos ha tenido que dejar sus estudios para apoyar económicamente en casa—, que ante la falta de mejores empleos las filas de este precario trabajo.
A 20 meses del inicio de la pandemia, continúan laborando en pésimas condiciones a pesar de convertirse en trabajadores esenciales: carecen de derechos elementales, mantienen extenuantes jornadas, no cuentan con seguridad social, se exponen al virus y a accidentes viales que han cobrado la vida de varios y varias.
Además de laborar en tales condiciones, han sufrido discriminación por parte de algunos restaurantes o centros comerciales donde no les dejan entrar a los establecimientos ni a las zonas de comida, ni siquiera para ir al baño, por el sólo hecho de ser repartidor.
El miércoles de la semana pasada, se sumaron al quinto Paro Internacional de Repartidores. Salieron a las calles de la Ciudad de México para exigir que se reconozcan sus derechos y en contra del acoso que sufren las repartidoras, pues, según el colectivo Ni Una Repartidora Menos, ocho de cada diez trabajadoras han pasado por acoso o violencia por parte de los restauranteros, personal de seguridad de las plazas y clientes.
Lamentablemente, la mayoría de las y los que trabajan repartiendo, tienen que sobrevivir de este empleo. El salario sólo alcanza (y a duras penas) si pasan horas y horas al día pedaleando por la ciudad. De acuerdo con un estudio del Colegio de México (que entrevistó a mil repartidores) más de 40 por ciento ingresaron a esta labor en los primeros meses de la pandemia y para ocho de cada 10 es su único empleo.
Las ganancias que generan miles pedaleando se concentran en un puñado de empresarios millonarios. En 2020, la empresas obtuvieron 200 mil millones de dólares en ganancias sólo en México; mientras que 685 personas sufrieron lesiones por accidentes viales o perdieron la vida, y los miles de repartidores tienen salarios muy bajos e inestables. Esto demuestra que el discurso de “ser tu propio jefe” o ser “socio” no solo es falso, sino que oculta la precarización laboral de la que se enriquecen los dueños de las apps.
Por esto, es necesario y urgente que todas y todos los trabajadores de las apps, pero también de otros trabajos precarios de call centers, tiendas departamentales, restaurantes de comida rápida, nos unamos por mejores condiciones laborales.
Es absurdo que mientras hay quienes trabajan 10, 12 o 14 horas, hay muchos más sin empleo, y las obscenas ganancias que acumulan los capitalistas a costa de nuestro trabajo muestran que es completamente posible que podamos ganar salarios dignos trabajando 5 días a la semana, 6 horas diarias, con un salario acorde al precio de la canasta básica. Pero no será por la voluntad de las patronales, pues han demostrado que la vida de las y los trabajadores no les es importante; sólo podremos conseguirlo mediante un movimiento masivo de jóvenes, trabajadores y trabajadoras que arrebate nuestros derechos.
Seamos miles organizándonos por un presente y futuro que merezcan ser vividos.