Para extender y fortalecer la lucha, es necesario unir fuerzas para la organización democrática desde las escuelas y junto a otros movimientos, como el de estudiantes contra los porros y el genocidio del pueblo Palestino.
Martes 14 de mayo
A menos de tres semanas de las elecciones, este 15 de mayo inicia el paro nacional indefinido convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con movilización en la capital y los estados, y la instalación de un plantón en el Zócalo de la CDMX.
Con el sexenio de López Obrador por concluir, no sólo no se han cumplido promesas como la revalorización del magisterio y la abrogación de la reforma educativa (que se preservó en aspectos como el régimen de excepción laboral a través de la USICAMM), sino que el gobierno se niega a solucionar las demandas planteadas por la CNTE, en el marco de la reactivación del movimiento magisterial en los últimos meses.
Mientras tanto, ante la inflación, crece la pérdida de poder adquisitivo del salario y en las escuelas, contrario a la democracia prometida, se endurece el autoritarismo, el cansancio y la carga laboral.
Lejos de una transformación educativa real, profunda, el insuficiente presupuesto educativo se sigue reflejando en grandes carencias de infraestructura, equipamiento y personal escolar, mientras que las condiciones sociales de vida de nuestros alumnos y sus familias se expresan en problemas como el bajo aprovechamiento, el rezago educativo, la deserción y la violencia en las escuelas.
Es cierto que se avanzó en la basificación de una parte de los interinos, o en revertir parcialmente las afectaciones de la reforma educativa (como con la reinstalación de un sector de los cesados en el gobierno de Peña Nieto), pero que a meses de terminar el sexenio no se hayan resuelto por completo estas cuestiones, muestra que no han sido prioridad para el gobierno, como sí lo han sido otras, como los megaproyectos, la Guardia Nacional y la militarización del país.
En la Nueva Escuela Mexicana, por otra parte, una metodología laberíntica, confusa y que incrementa significativamente el trabajo docente, convive con aspectos progresivos en la orientación pedagógica y en materiales como los libros de texto gratuitos; aspectos susceptibles de apropiárnoslos, pero críticamente, pues el desarrollo de su potencial depende de mayor presupuesto para contar con plenas condiciones en las escuelas y de la organización democrática de la comunidad escolar, necesariamente en una perspectiva de transformación social radical.
¿Cómo fortalecer el movimiento?
Si bien la demanda central en los paros de la CDMX -desde noviembre- ha sido el aumento salarial, muchas otras demandas se expresaron en las movilizaciones, a lo que se sumó el pliego de 12 puntos entregado por la CNTE al presidente a inicios de abril, y luego uno más amplio el 1 de mayo, cuya solución depende de conquistar una relación de fuerzas favorable al movimiento.
En ese sentido, para extender y fortalecer la lucha, desde la agrupación Nuestra Clase dentro de la CNTE consideramos necesario que todas nuestras fuerzas estén puestas en profundizar una política de organización democrática desde las escuelas, las zonas, las secciones y a nivel nacional, manteniendo la coordinación mediante los comités de lucha de la CNTE, denunciando al charrismo enquistado en el SNTE y planteándonos la necesidad de transformar el movimiento también en una gran lucha por la democratización de nuestro sindicato y su independencia política respecto al Estado.
Desde nuestro punto de vista, se hace necesario construir un paro nacional eficaz y contundente para hacer efectivas de una vez nuestras demandas, lo que podremos lograr a partir del impulso de asambleas de base en todas las escuelas y brigadeos en cada zona escolar para sumar a más y más docentes, así como impulsando la unidad con las madres y padres de familia, no solo para lograr su necesario apoyo, sino para recobrar a nuestros aliados naturales, que en su mayoría son nada menos que las y los trabajadores de todo el país.
Mediante la organización democrática desde las bases, discutiendo sobre los problemas que enfrentamos en el sector educativo, las demandas planteadas y otras que surjan, busquemos las vías para darles solución y resolvamos los pasos a seguir en el desarrollo de la lucha. Creemos que así, podemos lograr que más trabajadoras y trabajadores de la educación puedan identificarse, sentirse sujetos del movimiento y sumarse.
En el pliego entregado por la dirección de la CNTE el 1 de mayo, por ejemplo, se plantean exigencias muy sentidas como el aumento al presupuesto educativo para mejorar la infraestructura y el equipamiento escolar, además de comedores gratuitos en todas las escuelas, todo lo cual puede fundamentar una alianza imparable con las madres y padres de familia, considerando que las condiciones educativas son al mismo tiempo nuestras condiciones laborales.
Otra demanda planteada, muy progresiva, es la renacionalización del sector energético. Consideramos que eso, junto con otras medidas como el no pago de la deuda externa, impuestos progresivos a las grandes fortunas y el redireccionamiento de los recursos que hoy se destinan a los megaproyectos, la Guardia Nacional y la militarización del país, puede ser la base para aumentar el presupuesto educativo, pero también para salud y otras necesidades sociales; y que para alcanzar esos objetivos y darle solución al conjunto de nuestras demandas, es indispensable impulsar la unidad con otros sectores de trabajadores y populares, para empezar de todos los niveles y sectores educativos, incluyendo sindicatos como el SNTEA, el SINTCB, el SUTIEMS y el STUNAM, entre otros.
Pero además, para lograrlo contamos con un importante hándicap a nuestro favor, pues nos encontramos ante la emergencia internacional del movimiento estudiantil en solidaridad con el pueblo palestino, que enfrenta una dura represión en países como Estados Unidos, Francia y Alemania, y que en México se expresa mediante campamentos en la UNAM y la Universidad de Guadalajara, contexto en cual se produjo el reciente ataque porril en el CCH Naucalpan, que dejó a un estudiante muerto.
Esta situación plantea la posibilidad de desarrollar una poderosa alianza entre el movimiento estudiantil y la clase trabajadora, en donde la CNTE y el movimiento magisterial pueden jugar un papel muy importante, fortaleciéndonos de conjunto en la pelea por nuestras demandas, incluyendo ¡Fuera porros de la UNAM!, y por la ruptura de relaciones con Israel, el alto al genocidio y la liberación de Palestina.
¡Necesitamos fomentar la más amplia unidad y luchar en las calles!
Nos encontraremos para movilizarnos el 15 de mayo en la secundaria anexa a la ex Normal Superior de México (a un lado del metro San Cosme) a las 8:30am, contáctanos.