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Estados Unidos. Nueva Jersey necesita un frente unido para defender a los inmigrantes

Existen diversas iniciativas en Nueva Jersey para resistir los ataques de Trump contra los inmigrantes. Estas pueden fortalecerse aún más si se unen y se organizan en asambleas democráticas donde todos los sectores del movimiento puedan decidir colectivamente la estrategia.

Martes 11 de febrero

Este artículo es una traducción de nuestra edición hermana Left Voice en Estados Unidos, donde fue publicado originalmente en inglés. Mantenemos su contenido fiel al original para compartir el debate sobre la lucha por los derechos de los inmigrantes en Nueva Jersey y la necesidad de un frente unido contra los ataques de ICE y la extrema derecha.

Un estado con tradición de lucha

A lo largo de Estados Unidos, las personas se están organizando para defender los derechos de los inmigrantes, y Nueva Jersey no es la excepción. Esto no es sorprendente: uno de cada cuatro residentes del estado es inmigrante, una tasa un 14.3% más alta que el promedio nacional. Hace apenas unos años, un combativo movimiento casi logra prohibir las detenciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Aunque la administración Biden anuló la prohibición estatal de detención conseguida con tanto esfuerzo, la lucha dejó huella en la memoria de muchos activistas.

Además, la comunidad de Nueva Jersey se vio aún más movilizada tras una redada de alto perfil de ICE en Newark, la cual recibió atención a nivel nacional. La presión por la defensa de los inmigrantes es tan fuerte en el estado que incluso los demócratas han tenido que presentarse como opositores a los ataques de Trump, a pesar de que el Partido Demócrata a nivel nacional se ha movido cada vez más hacia la derecha en materia de inmigración.

Acciones dispersas que necesitan unidad

Diversas organizaciones han convocado reuniones y marchas para discutir cómo responder a estos ataques. Varios sindicatos de trabajadores universitarios, en su mayoría afiliados a Rutgers (la universidad pública más grande de Nueva Jersey), convocaron un ayuntamiento en Newark para debatir estrategias contra las agresiones de ICE.

Make The Road NJ, una ONG cercana al Partido Demócrata, organizó una marcha que reunió a cientos de personas en Passaic en un sábado helado, lo cual es significativo para una movilización en Nueva Jersey. Por su parte, el Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL) convocó una manifestación en Elizabeth, una de las ciudades con mayor densidad de inmigrantes en el estado y donde se encuentra el último centro de detención de ICE que queda en Nueva Jersey.

Si bien la existencia de múltiples acciones es positiva, el hecho de que estén dispersas puede debilitar el movimiento a largo plazo. Para construir un movimiento de masas capaz de derrotar los ataques de la extrema derecha contra los inmigrantes, se necesita un frente unido.

Los sindicatos que luchan por los derechos de los inmigrantes, ONG como Make The Road y grupos abiertamente anticapitalistas como PSL y Cosecha podrían movilizar a más personas si organizaran acciones conjuntas. Es posible que estos grupos aún no estén de acuerdo en todas sus demandas o métodos de organización, pero eso no debería ser un obstáculo para la tarea central: sacar a la mayor cantidad de personas a las calles en la lucha contra ICE. Será clave que las bases del movimiento impulsen esta unidad en la acción.

También es esencial organizarnos de manera independiente del Partido Demócrata, que intentará desviar el movimiento de las calles hacia los espacios que controla, como las próximas elecciones para gobernador de Nueva Jersey.

Democracia en el movimiento: un ejemplo desde Detroit

Para fortalecer el movimiento, es fundamental crear espacios donde las bases puedan debatir estrategias para defender a nuestras comunidades de ICE y sumar a más personas a la lucha. Estos espacios deben ser gestionados de manera democrática por todos aquellos que quieran participar, sin importar si están o no organizados formalmente en un grupo.

Un ejemplo claro de este tipo de organización lo encontramos en Detroit, donde activistas han conformado una “Asamblea del Pueblo”. En este espacio, cientos de trabajadores, miembros de la comunidad e izquierdistas se reúnen para debatir y votar sobre las estrategias del movimiento.

No hay razón para que un enfoque como este no pueda aplicarse también en Nueva Jersey. Sin embargo, para que esto suceda, las bases del movimiento por los derechos de los inmigrantes tendrán que exigirlo, promoviendo una perspectiva de frente unido que reúna a sindicatos, organizaciones y personas dispuestas a luchar.

Como lo expresó un organizador de la Asamblea Popular de Detroit:

“En momentos como este, cuando hay una gran urgencia de actuar, existe la presión de saltarse los debates y establecer estructuras administrativas o decisiones tomadas a puerta cerrada para ‘maximizar la eficiencia’. Sin embargo, esto ignora que el poder de las asambleas de masas y los comités de trabajadores proviene de la confianza y la legitimidad generadas a través del proceso democrático. Puede parecer más lento y complejo, pero es lo que permite que la mayoría se apropie del movimiento y tenga la capacidad de implementar sus decisiones. Con ese fin, los activistas y organizadores deben resistir el impulso de ‘sistematizar’ demasiado. No se trata de rechazar la estructura, sino de evitar que los atajos burocráticos paralicen el potencial de una asamblea”.

También debemos evitar ver a quienes se suman como simples números que deben integrarse a una campaña en marcha. En cambio, debemos tratar cada espacio de lucha como un organismo vivo y democrático, donde cada activista pueda aportar y decidir el rumbo del movimiento.

Unir las luchas: inmigración y solidaridad con Palestina

Otro punto clave es la necesidad de vincular la lucha por los derechos de los inmigrantes con otras luchas sociales. Incluso cuando ciertos liderazgos no lo hagan, los activistas de base pueden promover esta unidad.

Por ejemplo, en Nueva Jersey, varios activistas que han estado organizándose en solidaridad con Palestina durante más de un año asistieron a la marcha de Make The Road NJ portando keffiyehs y carteles que denunciaban cómo la política de Trump contra los inmigrantes también se extiende a los ataques contra estudiantes que se solidarizan con Palestina. Este es un ejemplo de cómo cualquier persona puede aportar perspectivas para fortalecer el movimiento, conectándolo con otras luchas.

Ahora imaginemos un espacio donde estos activistas pudieran proponer ideas sobre cómo articular el movimiento contra ICE con la causa palestina, intercambiar opiniones con otros organizadores y votar sobre iniciativas para implementarlas en conjunto.

Tal vez la gente proponga movilizar a sus sindicatos para que hagan paros en defensa de los inmigrantes en sus centros de trabajo. Quizás se generen debates sobre cómo las comunidades pueden organizarse para resistir las incursiones de ICE en hospitales y escuelas. O tal vez se discuta cuál es la mejor ciudad para realizar una gran marcha, y a través de ese debate, todos puedan decidir democráticamente el curso de acción.

Todas estas son discusiones fundamentales que una asamblea democrática podría retomar.

Cada activista de base puede y debe impulsar esta perspectiva de organización democrática, para que podamos aprovechar toda la creatividad y fuerza de los trabajadores, comunidades oprimidas y activistas dispuestos a defender a nuestros vecinos inmigrantes.

Traducción: Redacción LIDMx


Samuel Karlin

Escribe en Left Voice, Estados Unidos.