Ya es “costumbre” que año a año con las altas temperaturas se propaguen incendios forestales en Chile. La región del Bío Bío estuvo en alerta roja durante esta semana, y la comuna de Navidad en O’Higgins tiene a varias de sus localidades con fuegos descontrolados. Así lo informó el SERNAPRED, al igual que declaró Alerta Roja por las altas temperaturas.
Viernes 2 de febrero
Ya llevan más de 1.566 hectáreas (ha) quemadas en Navidad, que se suma a 750ha en Maule, 96,5ha en Bío Bío y 69,5ha en Ñuble. O sea, varias regiones están con altas temperaturas y con incendios forestales. Aún está sin esclarecerse el comienzo de las llamas, pero en general éstas comienzan debido a la irresponsabilidad humana.
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Pero como hemos señalado en anteriores ocasiones, las responsabilidades individuales no son el factor principal para explicar porqué suceden estos enormes siniestros. En cambio, tenemos que tomar en cuenta los efectos de la acción empresarial con el monocultivo de árboles exóticos como pinos y eucalyptus, que secan bosques y cerros, y que son altamente inflamables. Para plantar estas especies, muchos empresarios forestales lo que hacen es aprovecharse de los incendios, si es que no ellos mismos los provocan para erradicar bosques nativos para reemplazarlos.
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Esto se suma a la enorme crisis hídrica/sequía que nos afecta como una consecuencia del cambio climático a nivel global. Y es que ya los ríos de O’Higgins, así como de otras regiones, ya no son lo que eran antiguamente en tanto el volumen de sus caudales ni de sus “recorridos”. La mina de El Teniente utiliza brutales cantidades de agua sacada de los ríos o de otras reservas naturales para producir el cobre que venden al extranjero, así como otras empresas como Agrosuper, lo mismo. Y qué decir de los grandes terratenientes y empresarios agrícolas que no solamente se apropian del agua dejando a pequeños productores sin agua, sino que también a comunidades enteras. El interés en maximizar las ganancias de ellos está ppr sobre las necesidades vitales del pueblo trabajador.
Lamentablemente, de nuevo estamos sufriendo las consecuencias de este sistema irracional que nos arroja a ver cómo los bosques y cerros se queman y provocan la depredación de la flora y fauna nativa que aún queda. Los negocios capitalistas siguen estando por sobre los intereses de las comunidades, del bienestar y del respeto por la naturaleza. Si el capitalismo destruye el planeta ¡destruyamos al capitalismo!
Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios