Sale a la luz una nueva infiltración policial en los movimientos sociales, en este caso de Madrid. El centro social autogestionado de La Animosa y los colectivos ecologistas Extintion Rebellion y Futuro Vegetal habrían sido víctimas de una infiltración en lo que supone un nuevo ataque al derecho de organización.
Miércoles 15 de marzo de 2023
Apenas dos meses después de que La Directa descubriera al segundo policía infiltrado en el movimiento independentista catalán, el Salto Diario ha publicado una exclusiva según la cual una agente de policía se habría infiltrado en el centro social La Animosa desde noviembre de 2022.
La agente, María Victoria C. S. utilizaba un apellido falso y utilizó las actividades deportivas del centro social para establecer una relación con activistas de movimientos sociales de Madrid. Participó también en actividades de los grupos ecologistas Extintion Rebellion y Futuro Vegetal.
La infiltración comenzó el 5 de noviembre cuando la agente contactó con La Animosa. Desde el primer momento, tal y como han declarado activistas de este centro social para El Salto, mostró un comportamiento sospechoso.
Esta nueva maniobra, que se suma a la infiltración de tres agentes de policía bajo las identidades falsas de Marc Hernández Pon, Daniel Hernández Pons y Ramon Martínez Hernández pone de manifiesto de nuevo que las cloacas del Estado siguen operando con métodos de espionaje e infiltración a favor de mantener un Régimen del 78 que no tiene escrúpulos en atentar contra la clase trabajadora y la juventud que se organiza. El hecho, además, se produce en un momento en el que el Gobierno deja claro que no va a derogar la Ley Mordaza y una semana más tarde de la detención de dos activistas feministas en una movilización contra la carestía en Madrid.
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Es precisamente este gobierno, que se dice el más “progresista” y feminista de la historia, el que ha seguido perpetuando la represión del Régimen. Solo en Catalunya la represión del Estado deja un balance de más de 4.000 procesados en los últimos años.
El ministerio del Interior de Marlaska ha asumido este tipo de infiltraciones como una de sus herramientas comunes de persecución de la protesta y la disidencia política. Unas operaciones que, incluso según el marco de sus propias leyes antidemocráticas y criminalizadoras, solo podrían realizarse bajo un mandato policial y en casos de terrorismo, crimen organizado o tráfico de drogas. Difícilmente pueden adscribirse los movimientos ecologistas o el gimnasio del centro social en el que se ha producido la infiltración a estas actividades. Se trata, en realidad, de una técnica utilizada para reprimir políticamente con total impunidad.
El centro social de La Animosa, en el barrio de Hortaleza, fue okupado un año antes reconvirtiendo un edificio abandonado de Sareb (el “banco malo” rescatado con dinero público) y en él se realizan diversas actividades deportivas y políticas, contando también con una biblioteca. Se trata de uno de los muchos centros que están en el punto de mira del Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid, que ya han desalojado numerosos centros sociales en los últimos años como La Quimera, La Ingobernable o La Dragona.
Las instituciones del Régimen del 78 son partícipes de una permanente política basada en la persecución de la protesta y la represión, tanto bajo gobiernos de derecha y extrema derecha, como bajo gobiernos “progresistas”. Y no hay una solución que pueda venir de mano de estos partidos: ni del PSOE que mantiene a Marlaska en el Ministerio de Interior, ni de Unidas Podemos que avala la represión de su gobierno, ni de ERC que avaló hace unas semanas el intolerable endurecimiento del Código Penal, ni de otros socios del gobierno como Más País que, precisamente en Madrid, proponen reforzar el aparato represivo y llenar de policía los barrios.
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Debemos exigir, por tanto, la inmediata dimisión del ministro Marlaska y comisiones independientes de investigación, ya que no se puede esperar nada de las investigaciones por parte de los mismos responsables de ponerlos en práctica como la judicatura o la policía.
Exigimos también el fin del espionaje y la infiltración, la disolución del CNI, de las otras unidades policiales especialistas en la persecución política, la derogación inmediata de la Ley Mordaza y la Amnistía para los procesados por luchar. Y junto con esto, exigimos la derogación de la Ley de Secretos Oficiales franquista y desclasificación de todos los archivos secretos en manos del Estado, la policía y sus servicios de inteligencia. Sabemos que con ello no se acaba el problema, porque las cloacas del Estado no son algo que pueda reformarse, se trata de los mecanismos habituales del Estado capitalista. Por eso, la única salida es redoblar la lucha y la organización.
