Aragonès ha presentado este lunes a los nuevos miembros de su gabinete tras la salida de JxCat del ejecutivo catalàn. Siete caras nuevas, cuatro de ERC y tres "independientes", dos de ellos con pasado en el PSC y otra en los Comunes.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Lunes 10 de octubre de 2022
Foto: GRAFCAT1676. BARCELONA (ESPAÑA), 04/10/2022.
EFE/Andreu Dalmau
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, se había marcado como objetivo tener el nuevo ejecutivo catalán listo antes del martes 11 de octubre. Concretamente para la sesión del ejecutivo de este lunes 10. Y así ha sido.
Durante la jornada del domingo y la primera hora de este lunes, se han dado a conocer los nombres de los siete nuevos integrantes del gabinete de Pere Aragonés, que sustituyen a otros tantos conselleres de JxCat.
Del referéndum del 1-O han pasado tan solo cinco años. Pero por la política llevada adelante por la dirección del procés, con ERC y JxCat (herederos de CDC) parece que se hayan sido varias décadas.
En contra de la voluntad expresada en 2017 en las urnas por más de dos millones de catalanes y catalanas, tanto ERC como JxCat se han dedicado a echar jarrones de agua fría sobre las aspiraciones democráticas del pueblo catalán y volve a una "normalidad" de la Autonomía en versión recortada.
El cuestionamiento creciente de las bases del independentismo a esta especie de "restauración autonómica" ha ido creciendo, como se expresó el la última Diada con decenas de miles protestando contra el Govern.
Esta restauración ha sido llevada adelante en común por ERC y JxCat, y es la contracara catalana de la "restauración progresista" del gobierno del PSOE y Unidas Podemos para apuntalar el Régimen del 78 y cerrar el ciclo abierto con el 15M y el movimiento democrático catalán.
Finalmente las disputas por ver quién de los dos partidos procesistas lideraba la gestión autonómica y como se repetían el desgaste, ha llevado a implosionar el gobierno de coalición que conformaban hasta el pasado viernes.
Tras conocerse el resultado de la votación efectuada por los militantes de JxCat, que decidieron salir del ejecutivo, Jordi Sànchez, ex Secretario General de dicha formación afirmó: “el procés, definitivamente, se ha cerrado”.
Sin duda, la voluntad de la dirección procesista ha sido acabar con la lucha por el derecho de autodeterminación. Pero esto no viene de la ruptura del acuerdo de gobierno de estos últimos días, ni de las disputas de últimos meses, sino desde el mismo 1-O, cuando demostraron abiertamente que ni ERC ni los herederos de CDD, estaban dispuestos a nada parecido a llevar adelante el combate contra el Estado que se precisa para hacer efectivo el derecho a decidir.
Bien al contrario, trabajaron para que aquella enorme movilización social se contuviera y disipara, y optaron por una claudicación total - aún a pesar de que les llevará a la cárcel o el exilio- antes de permitir que la clase trabajadora y los sectores populares conquistaran ese derecho con una movilización que, seguramente, hubiera avanzado en otros cuestionamientos sociales más profundos.
El nuevo gobierno de Aragonés es una constatación de la firme voluntad, en este caso de ERC, de volver a un ciclo de gestión autonomía respetuosa con el Régimen del 78. Estamos ante un revival senil de la etapa del Tripartito, el gobierno social-liberal que entre 2006 y 2010 compuso el PSC de Maragall junto a ERC e ICV.
Pere Aragonès ha decidido incluir en el gabinete a falsos independientes proveniente del PSOE y los Comunes. De los tres nuevos consellers, uno es Quim Nadal, a cargo de Universidades. Se trata nada más y nada menos que un histórico del PSC, alcalde de Girona durante más de 22 años y candidato a la Generalitat por los socialistas catalanes en 1994.
Entre las nuevas caras está también Gemma Ubasart, politóloga, que tuvo un paso fugaz por Podemos, cuando de la mano del por entonces líder del partido morado, Pablo Iglesias, llegó a ser nombrada Secretaria General de Podem. Será la nueva consellera de Justícia.
Desde ERC se dice que se cierra la puerta a pactos de cierta envergadura con el PSC, así lo afirmó este fin de semana Oriol Junqueras. Pero vista la composición del gabinete parece más bien una estrategia comunicativa para ocultar lo máximo posible la situación de debilidad en la que se encuentra ERC actualmente, con tan solo 33 escaños en el Parlament y con unos presupuestos por aprobar.
ERC ha podido arrancar tan solo migajas de Moncloa, a pesar de haberse convertido en el principal enterrador del procés y haber sido un soporte vital para políticas centrales del Gobierno central como los Presupuestos Generales. Migajas con las que pretendrá seguir alimentando el discurso y la hoja de ruta de la “mesa de negociación”.
Si situación ahora parece que será más comprometida. Aragonés sabe que va a tener complicado pactos centrales con JxCat. No cabe mucha duda viendo las primeras declaraciones de Laura Borràs (que sale fortalecida tras la votación) de tachar de “ilegítimo” al nuevo ejecutivo catalán. Por ello no le queda más alternativa, a pesar de la estrategia discursiva de Junqueras, de mirar al PSC y a Comuns. Es decir, mirar y revivir el espíritu del Tripartito.
Mientras, Sánchez y los suyos verán con alivio como en las negociaciones en el Congreso con ERC, podrán imponer una relación de fuerzas más favorable que hasta la fecha, ya que ahora pueden jugar un rol clave en la gobernabilidad de Catalunya.