Docenas de telegramas están llegando a los domicilios de los trabajadores de planta 2, que la empresa mantiene cerrada. Mientras tanto, avanza el traspaso de la compañía a Granja Tres Arroyos.
Jueves 7 de junio de 2018 20:43
Los despidos se producen en el medio de un nuevo proceso de venta que mantiene a los trabajadores sin cobrar y sin tener en claro su situación; la incertidumbre es completa para cientas de familias obreras.
En medio del plan operativo de Granja Tres Arroyos, que busca despedir a cientos de trabajadores y que fue impuesto a base de extorsión y represión, los operarios de Cresta Roja hoy se encuentran con telegramas de despido emitidos por la ahora concursada Proteinsa (primera operadora de la quiebra, al retirarse Rasic Hermanos).
La confusión es total, y tiene tufillo a maniobra para que se beneficien los empresarios y los que paguen sean los trabajadores: la empresa que opera la firma es Granja Tres Arroyos, la que despide a los trabajadores es Proteinsa, pero ninguna paga lo que debe pagar; los apenas 180 que ingresaron a trabajar en planta 1 no cobran como corresponde y los que esperan el ingreso tampoco cobran los $10 mil acordados, dinero que además es provisto por el Estado y no por las empresas.
Por otro lado, los trabajadores denuncian persecución sindical, ya que todos los telegramas fueron enviados a activistas reconocidos de la lucha. Esto demuestra que pretenden derrotar la organización de los trabajadores para imponer condiciones leoninas de explotación, cómo ya muestran las jornadas de 10 o 12 horas, la falta de ropa de trabajo y la dictadura que ya implementan sobre los 180 que ingresaron en planta 1, un número muy alejado de lo que prometieron Mauricio Macri y la gobernadora Vidal cuando visitaron la planta.
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Ante esta situación, los dirigentes del sindicato que nuclea a los trabajadores, la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA) dejaron solos a los trabajadores y la jueza a cargo del proceso judicial Valeria Pérez Casado se mantienen como cómplice de la situación actual donde hay una especie de limbo donde Proteinsa y Granja Tres arroyos deslindan responsabilidades hacia los obreros.
