La reciente ocupación y puesta en producción de la imprenta Donnelley trae a la memoria la experiencia de las fábricas ocupadas durante la crisis de 2001, que popularizó el lema “ocupar, resistir, producir”. Por entonces, el gobierno hizo lo imposible por aislar el reclamo de expropiación y estatización bajo gestión obrera de los trabajadores de Brukman y Zanon de otras 200 fábricas ocupadas, concediendo cooperativas. Hoy el activismo obrero de la estratégica zona norte, enfrenta desafíos y peligros similares.
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